Soy dibujante profesional de cómics. Mi editor me citó un día con una propuesta para lanzar al mercado un episodio piloto sobre un nuevo Superhéroe.
- Quiero que te encargues personalmente de ello. Nuestro héroe se llamará "El Vikingo". Lo tengo en mente desde hace años y creo que ha llegado el momento de darle a conocer al público. Yo no dibujo tan bien como tú, pero he realizado este esbozo para que te hagas una idea de cómo quiero que sea su apariencia. ¿Qué te parece?
Lo analicé detenidamente unos momentos.
- Aparte de que en vez de orejas puntiagudas lleva un casco de vikingo, yo diría que es clavadito a Batman, aunque ataviado totalmente de blanco.
- Sí. Con eso debería ser suficiente para esquivar cualquier denuncia por plagio.
- Buff... –dije yo.
- ¡Deja de poner pegas! Mi idea es que sea más o menos así y punto. Pero dejo de tu cuenta la creación del resto de los personajes. Quiero unos villanos que acongojen, que causen pavor al lector. ¿Crees que podrás conseguirlo?
- No resultará difícil crear personajes que aterroricen más que un "pingüino". Dalo por hecho.
- Estupendo. Tienes seis meses para hacer el primer capítulo. ¿Necesitas un adelanto? Ahora me dirás que sí, claro...
- Sí.
- Está bien, aquí tienes. No lo malgastes. ¡Y no te retrases con la entrega! Quiero supervisarlo todo antes de llevarlo a edición.
- No te preocupes. Te enviaré una copia en cuanto lo tenga.
A las dos semanas ya lo tenía acabado, pero como soy bastante vago me tiré cinco meses rascándome la barriga. Después de ese periodo de asueto le envié la copia prometida y no tardó en llamarme por teléfono.
- Ven mañana a mi despacho sobre las nueve. Tenemos que hablar acerca del cómic.
Como soy escrupulosamente puntual, a las once en punto llamaba a su puerta. Me acomodé ante su escritorio en el sillón de las visitas y observé su semblante. Parecía preocupado por algo.
- ¿Algún problema con el episodio piloto? –pregunté.
- Creo que te has pasado...
- ¿A qué te refieres? ¿No te gusta como ha quedado "El Vikingo"?
- El Vikingo está bien. Mejor de lo que esperaba. El problema está en los malvados...
- ¿Qué les ocurre?
- ¡Lo son demasiado! ¡Demasiado espantosos! Date cuenta que el cómic lo leerá gente muy joven. Incluso niños. No quisiera ser responsable de que sufran pesadillas nocturnas...
- Me pediste unos enemigos para "El Vikingo" que generasen inquietud...
- ¡Pero no hasta este punto! Acércate; quiero que analicemos juntos a estos... ¡A estos seres!
Arrastré mi sillón hasta detrás de la mesa y me puse a su lado para ir viendo las tiras del cómic.
- Aquí tenemos a este monstruo -comenzó a decir mi editor- "El Brutons". ¿Qué tienes que decir de él?
- Como su propio apodo sugiere, se trata de un tipo extremadamente bruto; de una fuerza descomunal. Intenta siempre machacar a "El Vikingo", que tiene que hacer gala de toda su destreza para esquivar esos golpes. Aunque "El Brutons" es de movimientos lentos y previsibles. Nuestro héroe no tiene grandes problemas para derrotarle, como se puede apreciar en esta viñeta.
- Sí. Pero se levanta y continúa intentando golpear. Y sigue pareciéndome un rostro demasiado desagrable. Quiero que suavices un poco sus rasgos. Y sobre todo su terquedad. ¡Es desquiciante!
- Como quieras.
- Luego tenemos a "El Lobo". No sé cual será el motivo, pero careciendo de grandes garras o colmillos, su sola presencia provoca un horrendo repelús...
- Es debido a sus espeluznantes aullidos. Cuando "El Lobo" comienza a aullar, no hay fuerza humana capaz de contenerle. Los simples mortales sucumben ante esos espantosos sonidos. Incluso "El Vikingo", como vemos en esta viñeta, tiene que luchar contra él con las piernas, mientras con las manos se tapa los oídos. Es la única manera de poder vencerle.
- Resulta demasiado irritante. Ponle algo más de garras y rebaja el tono de esos aullidos.
- Tú mandas.
- Luego está "El Hombre Morena". Explícame en qué demonios te has inspirado para dibujar semejante organismo.
- La "morena" es un pez marino, de la familia de los "murénidos". Acecha a sus víctimas entre las rocas del fondo. No pocos buceadores han sufrido contundentes infartos al encontrarse de cara con una de estas criaturas. El proceder de "El Hombre Morena" es muy similar al de este pescado. Se aproxima a "El Vikingo" como si de una inofensiva sardina se tratase. Y cuando le tiene a tiro, muestra toda su magnitud, abre sus inmundas fauces y trata de devorarle. Afortunadamente, los poderes de "El Vikingo" consiguen que...
- ¡Es demasiado horrible! Tienes que humanizar algo más a "El Hombre Morena". Nadie se creerá que pudiera existir un ser de estas características...
- De la morena cualquiera se puede esperar esos actos horribles...
- Insisto.
- Está bien. Tú eres el que pone la pasta...
- ¿Y qué me dices de este otro villano? "El Dalai".
- "El Dalai" es un enemigo de cuidado. Un líder que arrastra masas de acólitos ansiosos de luchar junto a él. Y no necesita pagarles para ello, pues se conforman con su espiritualidad y su encanto, por lo que puede permitirse con lo que se ahorra ofrecer generosas limosnas, con las que se gana aún más simpatías y nuevas huestes de luchadores a su disposición.
- Y encima parece ser inmortal...
- Sabe apañárselas. Como buen "Dalai", goza del poder de la reencarnación. Cuando parece estar acabado, vuelve a surgir, con su propio aspecto o con el de cualquier otro; y se lanza de nuevo contra "El Vikingo" para intentar estrangularle.
- Sí, es horrible. Se diría que no solo intenta retorcerle el cuello. Da la sensación de que intenta retorcer todo lo que toca...
- Esa es una de las características de "El Dalai".
- Horroroso. Intenta moderar un poco su maldad.
- Haré lo que pueda. Pero no te prometo nada...
el dalai arrastra masas de acólitos ansiosos de luchar junto a él
El editor pasó un par de páginas y señaló con un dedo.
- Este de aquí. "El Carroña". ¿Qué puedes decirme de él?.
- Se le aplica ese sobrenombre porque no duda en alimentarse de los cadáveres que encuentra en el escenario de la batalla. Incluso de los moribundos...
- Sí, es repugnante... Hasta parece que le gustan más estos últimos.
- Puede que sea porque aún están calentitos...
- ¡Es asqueroso! Intenta que al menos no se vea tanta sangre alrededor de sus labios... Éste también lucha contra "El Vikingo", ¿no..?
- Todos luchan contra "El Vikingo". A este nada le gustaría más que una buena carroña de "Vikingo" que llevarse a la boca.
- ¡Nauseabundo! –dijo y pasó a otra página.
- ¿Y qué me dices de este otro?
- Se trata de "El Regaño". Se le da en llamar así porque tiene la peculiaridad de que no solo combate contra "El Vikingo", sino que además le reprende y le sermonea mientras lo hace.
- Ya veo –dijo el editor ojeando las viñetas– Literalmente le pone verde...
- Fíjate en la cantidad de ofensas y de agravios que le dirige en cada movimiento. Por la derecha, por la izquierda, bajo el mentón...
- Incluso ultrajes y vilipendios... ¡Es demasiado! Ni siquiera "El Vikingo" podría soportar una pelea en tales condiciones...
- "El Vikingo" puede con todo. Es una de las premisas que me sugeriste para nuestro héroe...
- Pero no hay que pasarse. El personaje perdería credibilidad ante tanto aguante. Suprime unos cuantos improperios y algunas injurias.
- Como quieras...
- Analicemos ahora a este ser grotesco. "El Payaso Numantino".
- Sí. En todo cómic de acción ha de haber algún personajillo que provoque cierta hilaridad. "El Payaso" intenta herir o hacer daño de alguna manera a "El Vikingo", el cual se limita a soltarle un soplamocos de vez en cuando mientras pelea contra el resto de enemigos.
- Su aspecto es lamentable. ¿Es necesario todo ese colorido a la altura de sus tobillos?
- Forma parte de su disfraz.
- ¿Y lo de numantino a qué viene?
- Algún apellido había que ponerle...
- Humm... No sé... No acaba de gustarme este personaje. Quiero que lo elimines.
- Lo haré con mucho gusto.
- Pasemos ahora a "El Agosto Abrillantado". ¿Debe su nombre a una consecuencia de algo?
- A una secuencia de algo.
- Ah... Ya caigo.
- Como puedes ver, "El Agosto Abrillantado" es uno de los que más se ensaña con "El Vikingo", atizándole en el vientre, en el cráneo, en la espalda, en los riñones...
- Sí. Y lo hace con un ardor desmesurado... ¿Por qué lleva esas plumas en la cabeza?
- Forman parte de su propio ser. Aumentan su odio irracional hacia "El Vikingo".
- Resulta estremecedor. Haz que "El Vikingo" le aseste un buen mandoble y que no vuelva a aparecer.
- Lo haré. Aunque te advierto que la naturaleza de esta criatura es tal que se pensará vencedor ante "El Vikingo"...
- Me da lo mismo; hazlo. Luego tenemos a este otro personaje: "El Lozano Catalán". Me parece excesivamente sangriento. Un engendro aterrador...
- Una de las singularidades de "El Lozano Catalán" son las armas que emplea.
- Sí, muy extrañas. ¿Qué diablos son?
- Ánforas. "El Lozano" las blande a dos manos y sacude con ellas a cualquiera que se menee, aunque evidentemente su objetivo prioritario es "El Vikingo". Incluso se las arroja a distancia.
El editor fue repasando las imágenes con patente gesto de disgusto.
- Es una auténtica masacre. Muy desagradable. Toda esa sangre resbalando por las ánforas... Procura limpiarlas un poco antes de la edición.
- Bueno.
- ¿Y qué me dices de estos dos?. Parecen actuar conjuntamente contra "El Vikingo".
- Ya sabes, la unión hace la fuerza. Son "El Menoscaró" y "El Santo Olla".
- Tienen un aspecto de lo más siniestro. Especialmente "El Santo Olla". Fíjate con qué crueldad arremeten los dos contra nuestro héroe.
- Sí, son de lo más despiadado. Además tienen la capacidad de generar negros nubarrones sobre la cabeza de "El Vikingo", que le descargan rayos y truenos de todo tipo...
- Me parece un abuso repulsivo. Haz que "El Vikingo" les derrote y les condene al destierro.
- Está bien.
Estuvimos cerca de dos horas analizando y corrigiendo matices al resto de los numerosos villanos. Tuve que emplear varios días en realizar todos los cambios. Finalmente la versión definitiva se llevó a las rotativas y se hizo una primera tirada de 25.000 copias.
Esa primera tirada tuvo la particularidad de ser también la última, pues al cabo de un año solo se habían vendido doce ejemplares en los quioscos. A pesar de las buenas críticas fue un fracaso comercial; hay que reconocerlo. Indagamos acerca de las causas del mismo y uno de los quiosqueros nos dio la clave del asunto.
- Este tipo de publicaciones ha ido perdiendo adeptos poco a poco. Los jóvenes de ahora encuentran más violencia, más sangre, más truculencia y más morbo en la prensa deportiva de los últimos tiempos. Los cómics de acción no les estimulan tanto como ella...
Cabizbajos, mi editor y yo nos alejamos lentamente del quiosco. Caminamos varias manzanas en silencio hasta que él se pronunció:
- El próximo cómic que hagamos estará relacionado con el mundo del deporte...
¡Absolutamente, genial!
Sólo ha faltado el bufón que cambia de bando cada minuto y medio, el bobo, el bobyto.
Magnifico retrato. Hilarante.
Si eres del Madrid que Dios te bendiga, si no, que te perdone
Bestial, genial, chapó, increíble, perfectooooo!!!