Supercopa: las alternativas a la BBC

Sin Bale, Ronaldo, Pepe, Keylor Navas, Kroos y con la duda de Benzema. Así se presenta el Real Madrid en el partido que dirimirá el primer título de los cinco que puede conseguir esta temporada. Desde luego habla muy bien de la plantilla del Madrid que, aun con esas terribles bajas, sus posibilidades de ganar sean grandes ante el meritorio vencedor de la Europa League los últimos tres años.

Por ello se entiende que a Florentino le esté costando mover ficha este verano. No parece poca cosa haber reincorporado al delantero titular de la selección española, a un gran suplente de Marcelo cuando está activado y a Asensio, en opinión del que suscribe, un jugador con capacidad de marcar la diferencia desde ya. Con una plantilla que afronta con garantías una final en estas circunstancias la mayoría de cambios serían a peor, como bien dice aquí @erzuru2000.

Ante esta complicada coyuntura, se presenta una gran oportunidad para los menos habituales en la delantera. Presumiblemente, Benzema no podrá disputar el encuentro completo, por lo que Lucas, Asensio, Morata y James tendrán minutos de mucha importancia.

Lucas está ante la temporada de su confirmación. El año pasado contaba con la ventaja de que todo lo que hiciera sería visto como un plus. Su posición inicial en la plantilla le colocaba en una situación muy cómoda para no defraudar. Sin embargo, este año con su internacionalidad de nuevo cuño y su gran desempeño la temporada anterior, la cosa cambia. Ahora Lucas no es el último y el club ya toma decisiones que privilegian su estatus en la plantilla. La salida de Jesé es un buen ejemplo.

Asensio parte en la posición que ha dejado Lucas en su ascensión. No cabe exigirle lo que no se exigió a otros recién llegados en edad muy temprana. Sin embargo, Marco tiene el "problema" de haber generado unas expectativas de las que es difícil desprenderse. Cuesta creer que Asensio no sea capaz ya de casi todo. En cada cabalgada del balear uno imagina una jugada para el recuerdo.

Morata está ante un verdadero desafío. Pese a que ha manifestado que no tiene nada que demostrar, ni él mismo se lo debe creer. El año pasado la BBC liberó veintinueve partidos de liga (al menos uno de sus miembros estaba lesionado). El reto de Morata debe ser ganarse muchos de esos minutos hasta el punto de hacernos dudar de si merece muchos más. Pese a su buen papel en la Eurocopa y en los partidos más decisivos con la Juve, Álvaro aún tiene que demostrar que es capaz de acercarse al gol con cierta naturalidad y suficiente rutina. El canterano tiene también el reto de saber gestionar la presión que la prensa ejercerá en su favor en cuanto lleguen sus goles.

Su velocidad al espacio pueden suponer una variante muy interesante para el equipo este año y particularmente para esta final. Sampaoli ya ha anunciado que será fiel a su estilo. Su Sevilla tratará de copiar la presión asfixiante y adelantada de su selección chilena. Los espacios a la espalda deberán ser aprovechados por la zancada de Morata.

Pero si hablamos de reivindicación, el protagonista debe ser James. Mucho se ha escrito sobre el colombiano. Su enorme primera temporada y su mediocre segunda temporada han sido las culpables. En todos los sentidos, James tiene la culpa de que escribamos y hablemos tanto de él. Es demasiado bueno como para conformarnos con otro año igual al anterior. Al colombiano se le caen de los bolsillos los goles y las asistencias. Su fútbol gana quilates cuando se acerca a la portería. Allí donde a otros se les cierra la puerta, James la ve más abierta que casi todos.

Al Madrid no le va a sobrar gol en esta ocasión. El elenco de bajas priva de mucho poder de intimidación al equipo y James está ante la oportunidad perfecta de ser decisivo en la consecución de un título. Seguro que esa idea no se le va de la cabeza al colombiano, que estará vislumbrando la ocasión perfecta de anunciar que ha vuelto para quedarse.