Suena Míchel

Hieratismo de sofá, homenajes a pioneros (¿o no lo son los inventores del fútbol?) y encuestas pasmosas nos zarandean la resaca de esta mañana de sábado. Todo en el marco de la apasionante (para unos más que para otros) última jornada de Liga.

Suena Míchel, con un 12% de los votos.

Lo vemos debajo de la declaración de amor a Ancelotti con la que se despacha hoy As, seguramente porque le da por perdido para la causa y debe posicionarse allá donde NO esté la decisión de Florentino.

Nosotros, en un mundo donde decir que suena Míchel es una broma pero al mismo tiempo no lo es porque bastantes personas le votan, poco más podemos agregar. Conste que no tenemos nada contra el que fuera excelso interior derecho de la Quinta del Buitre. Todo lo contrario: le consideramos una leyenda viva, un tipo ejemplar -simpatiquísimo, ingenioso y carismático- y un buen entrenador. Pero es que un mundo en el que, tras convertirse la frase en una broma universal, la gente hace que suene Míchel, pero que suene de verdad, es como un mundo en el que pudiera decirse "Hasta luego, Lucas" como colofón a ponencias de Derecho Comparado sin provocar el menor arqueamiento de ceja.

Ay, la ceja... Conste que en nuestra "Tangana" los lectores de La Galerna están votando aún más masivamente a favor de la continuidad de Ancelotti que los de As. Y los nuestros presumiblemente, a diferencia de los suyos, no son del Barça ni del Atleti.

Marca declara la llegada del "Juicio final" con un dramatismo que nada, pensamos, tiene que ver con Iker ni Carletto -pese a que son ellos quienes vienen a la foto de portada-, sino con las aspiraciones europeas o de permanencia con que se presenta un nutrido grupo de equipos a la última jornada de Liga. ¿Pretenderá no obstante el Diario de la Hernia, en la conjunción de titular y foto, hacer un guiño subliminal al posible juicio sumarísimo del Bernabéu a los dos protagonistas de la instantánea? No tenemos ninguna duda, y nos parece un recurso interesante. Lo llamamos el Diario de la Hernia porque lo es, pero es necesario admitir que últimamente hace gala de cierta sabiduría y buen gusto en sus portadas.

Si Iker hubiera anunciado su despedida del club, esta tarde cosecharía una mayoría de aplausos. Habiendo anunciado lo contrario -otra cosa es que lo contrario sea lo que efectivamente suceda-, es muy probable que reciba del Templo un severo correctivo sonoro. Me cuesta creer que sea lo suficientemente ingenuo como para no haberlo previsto. Aun así quiere jugar, lo que nos hace pensar que este asunto está ya presidido por un cinismo insalvable, como esas parejas que siguen juntas aunque no haya solución y a estas alturas solo se dedican una sonrisa displicente como respuesta a las invectivas, el mando en dirección a la tele y el hieratismo del sofá como arma ofensiva.

Gran homenaje a Xavi por parte de Mundo Deportivo, que anuncia una orgiástica fiesta culé donde se concitarán la despedida del centrocampista, la entrega del trofeo de la Liga y el paso de la Audiencia de Madrid a Barcelona del caso Neymar. El protagonista de dicho caso, el inefable Barto, puede estar a punto de lograr un Triplete histórico para el club que preside, demostrando la teoría de un famoso político, cuya entrevista llegará bien pronto a vuestras pantallas a través de La Galerna, y que preconiza la eliminación de los presidentes de los clubes de fútbol. Si el Barça puede lograr el triplete con Bartoméu de presidente, ¿qué proezas no podría desempeñar si no tuviera ningún presidente en absoluto?

Previsible pero no por ello menos comprensible es la portada de Sport, aunque el titular nos desconcierta no poco. "Tot el camp es un... Xavi". ¿Qué resulta si haces del nombre propio un nombre común? ¿En qué exactamente se convertirían las decenas de miles de espectadores del Camp Nou si se convirtieran todos en un xavi -así, en minúsculas-? La visión resulta estremecedora, apocalíptica, digna de aquel "muro" de Pink Floyd. Pero hay una extraña coherencia en querer llenar un estadio con decenas de miles de personas que comparten exactamente las mismas facciones cuando durante lustros has pretendido reducir el fútbol a una única forma de practicarlo. Se va un gran jugador.

Y se va con él el dogmatismo. Que le vaya bien allá donde se reinstale.