Arbitró César Soto Grado, del comité riojano. Y el catalán Estrada Fernández estaba en la sala VAR.
En los primeros minutos del partido parecía que arbitraba Mateu Lahoz y no Soto Grado. El toledano dejaba jugar, permitía el contacto físico y las fuertes disputas del balón sin pitar faltas. Eso le pasó factura cuando en el 5' no decretó una ley de la ventaja a Benzema y pitó falta de sobre Hazard de Lejeune, que le pegó duro abajo. La acción hubiera tenido más razón de ser si muestra amarilla al francés por la entrada por detrás al belga.
Tres minutos después también fue permisivo con Nacho, quien en un salto con Joselu golpea con el brazo la cabeza del gallego y se libró de la amarilla. El que sí la vio de forma merecida fue Manu García en el 34' después de una entrada en tijera muy dura a Benzema. El Alavés en el 37' pidió penalti por mano de Lucas Vázquez, pero en la repetición se aprecia que primero le da en el pecho y luego en la mano. Por tanto, es uno de los supuestos que no es mano punible al ser un rebote. En la última jugada antes del descanso, en una pugna entre Hazard y Martín, el belga braceó y golpeó de manera fortuita en la cara al vasco sin ver la amarilla.
En la segunda mitad, los vitorianos en el primer gol madridista protestaron un offside de Karim, pero el francés, que estaba adelantado, no interviene directamente en la jugada. El único amonestado del segundo acto fue Bale por un plantillazo en el minuto 53'. Las otras jugadas dignas de mención fueron el penalti claro de Courtois a Guidetti por el que vio una amarilla, la no mano de Militao que desembocó en una falta peligrosa a favor del Alavés cerca de la frontal y la caída de Alaba en el 86' con Loum que no era suficiente para ir a los once metros.
Soto Grado, BIEN. La sala VOR no le pidió revisar ninguna jugada polémica.
Fotografías: Imago
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