Periquín vivía con su madre, que era viuda, en una cabaña del bosque... no, perdón que me he equivocado de cuento. Quería decir que Íker Casillas era el yerno que todas las madres de España deseaban. Al mismo tiempo, era ver pasar por delante a Vicente del Bosque y sonreír con admiración mujeres, hombres y niños por igual. Casillas era el príncipe de todos los cuentos y Del Bosque el señor de todas las prudencias.
Sucedió que llegó al Real Madrid, el palacio del príncipe Íker, un hombre muy malo: el nuevo visir José Mourinho, quien, después de una temporada feliz, empezó a conspirar contra el bello príncipe. Estalló una cruenta guerra intramuros y al final los partidarios de San Íker, como también era conocido el heroico príncipe inmaculado de los cancerberos, no sin horribles dificultades, lograron expulsar al malvado Mourinho.
El antiguo visir madridista, el marqués Del Bosque, señor de la sensatez y de la cordura, que en aquellos tiempos convulsos de la casa blanca (previos al derrocamiento del infame portugués), era el virrey de la casa roja, puso todas sus huestes al servicio del malhadado príncipe, gracias a lo cual el noble Íker de todos los Santos y de todas las Casillas pudo sobrellevar el terrible trance de verse apartado de sus posesiones, acogido con tratamiento de rey en el palacio de don Vicente.El príncipe Casillas volvió después a su apacible vida en el Real Madrid sin renunciar a los placeres con los que le obsequiaba su amigo, el poderoso marqués. Hubo justas y torneos, y a pesar de que no resultó vencedor frente a imponentes y renovados y jóvenes arqueros, siguió disfrutando de su posición de merecido privilegio. Pero ocurrió que otra vez la desgracia se abatió sobre el desafortunado (tan afortunado en otros tiempos) príncipe, y luego de una pérfida decisión del consejo del reino, aunque él compareció ante el pueblo para afirmar que había llegado el momento de conocer el mundo, como Siddharta, tuvo que marcharse no sin antes encontrar un bonito lugar frente al mar donde empezar de nuevo.
Sus súbditos lloraron con la despedida, pero a él aún le quedaba la protección de don Vicente y la influencia de su selección española para seguir siendo el príncipe de todos los Santos, de todas las Casillas, de todos los Muses y de todas las Filtraciones. Del Bosque primero le confió la defensa de sus predios, buena parte de los cuales se perdieron en la dura batalla, en la debacle, de Brasil; y a pesar de ello, dos años después, en Francia, volvió a hacerse acompañar por él a la guerra, esta vez como ayudante de De Gea, el joven y nuevo principito del arco.
La abultada derrota de Brasil volvió a producirse, esta vez en París, y el poder del gran virrey Del Bosque se vio seriamente mermado. De regreso a sus tierras, tras varios días de dudas, de zozobra entre el pueblo rojo (como eran conocidos los vasallos de don Vicente), el señor marqués decidió retirarse de la vida pública, no sin antes despedirse con una noticia de un impacto como no se había conocido desde que el patito feo se convirtió en cisne: se había despedido de todos sus valientes soldados menos del príncipe Casillas, que con él, dijo, se había portado "comme ci, comme ça".
Era el francés el idioma de los aristócratas rusos, y don Vicente, aristócrata español, quiso dejar el sello del mariscal Kutúzov, pero dejando en su lugar, ¡ay, la naturaleza!, el sello de los villanos. Ya no era sólo el malvado Mourinho quien conspiraba contra el príncipe Íker (nunca nadie reservó una punta de flecha tan retorcida como la que guardaba el señor de la bondad y de la discreción y de la mesura) sino también uno de los más fieles defensores de su virtud, que quedó para siempre, la de ambos, destapada.
Fue sin embargo, tan sólo unos días después, para sorpresa de todos y alborozo de sus fieles (las nubes se abrieron dejando penetrar los rayos del sol y se escuchó un rasgar eufórico de laúdes y un tronar bendito de timbales y trompetas), cuando la amistad entre ellos regresó por arte de magia, ¡las habichuelas mágicas!, y fueron vistos de nuevo juntos, con la sonrisa llena, en los dominios del marqués con tanta felicidad como la de Periquín y su madre (al final no me había equivocado tanto de cuento), quienes vivieron felices con aquella cajita robada al malvado gigante que al abrirse dejaba caer monedas de oro.
La pena es que no es un cuento.
Nunca vi un ejercicio de cinismo igual al protagonizado por estos dos personajes, Casillas y Del Bosque. Habrá que prepararse para, por obra y gracia de la prensa deportiva española, comulgar con ruedas de molino.
Por un lado ... veo-oigo-leo esta historia... y me parto de risa. . . por otro lado... me produce depresión y ganas de llorar ... Y , después de intentar pensar , bloquearme unas cuantas veces... sólo llego a una conclusión , ( seguramente la menos buena ) ... Demos a estos dos personajes... ! Un gran aplauso ¡ un Oscar ... Un premio Nobel ! Y . . . por favor ! Dejemosles tranquilos , en su cortijo federativo , que puedan seguir llevando un humilde sueldo a casa ! ... Si , al fin y al cabo ... El único culpable aquí es Mou ! ( quien si no )
Un cuento basado en hechos reales y plagado de cuentistas...
Te ha faltado el personaje del trovador cantamañanas que glosara tan bella gesta. Podría dársele el nombre de Roberto "Plómez" .... se me ocurre .... tras inspirarme en una patética intervención radiofónica contra los que osan poner en duda esta preciosa historia de amor
Muy buena puntualización
Yo es que paso olímpicamente de estos dos botarates. Están acabadísimos desde hace muchos años. Gracias por los servicios prestados y que entre aire fresco. Tengo el pálpito de que la historia va a ser bastante cruel con Iker, no tanto con el Marqués.
D. Mario cuento o ensayo?
Magnífico sentido del humor ante figuras patéticas. Enhorabuena una vez más.
Que pena que alcanzando grandes metas deportivas se destrocen por su:
Estilo, educación.......???
Es ver la foto de los dos y es ver la imagen real de la hipocresía, por duplicado. Se puede hacer el ridículo de muchas maneras, pero con tanta soltura... Yo me quedo admirado.
Este abrazo es para limpiar la imagen del hombre bueno y del santo que estos días ellos mismos se habían encargado de tirar por los suelos. No me creo el abrazo. Es un gesto interesado y nada espontáneo que conviene a las dos partes, de ahí las luces y los taquígrafos. Imagino que colará para mucha gente y máxime por que la prensa, por la cuenta que les trae, se encargará de autentificar.
Para mí estaban retratados hace años, pero me vino muy bien que fuera el propio Del Bosque el que se ocupara de despejar todas las dudas para quienes las tuvieran 😉
Muy bueno este cuento/realidad, para mi este par de individuos hace varios años que no existen, así que, tengan tanta salud como descanso dejan, o eso espero.
Aunque parezca mentira, Casillas aún aspira a ser el portero de la selección. Este hombre definitivamente no vive en este mundo ...
La culpa es de Arbeloa.
Cada vez que pienso en estos dos sujetos me invade una sensación de alivio tremebunda cuando recuerdo que ya no están en nuestro equipo. Es muy similar a la que se experimenta tras tener éxito en tu trabajo más fisiológico después de ir extreñido unos días. Glorioso.
Por cierto, ¿soy yo o en esa foto el Topor tiene cara de pan y teticas? Una buena pista es que lleva la camisa por fuera, que yo de eso sé un huevo. Además juraría que le tira la sisa. LOL
A mí lo que me parece ridículo, patético y grave de esta "reconciliación pública" es que es auspiciada, perseguida y demandada por muchos periodistas tipo Lama o Pulido, para no dar armas al enemigo. ¿Y cuál es este? Pues según esa legión de periodistas, los mouriñistas. Tela.
El hecho es que cometieron un linchamiento. Que no reconocen pero del que se enorgullecen. Y siguen. Y con el rollo mouriñista ya tienen excusa para meterse, cargar tintas, contra el RM.