Impresiones de un Clásico
Este cronista anticuado se imagina los prolegómenos de un Clásico con los jugadores vestidos de gala posando con sus presidentes y entrenadores de forma ceremonial. Y una foto final comparativa con las equipaciones futbolísticas, con los rostros marcados por el esfuerzo, los cuerpos por las cicatrices de la batalla y las cabelleras engominadas por el sudor. Unas imágenes que plasmarían el orgullo de los contendientes, la rudeza de un choque entre dos fuerzas antagónicas, irreductibles. Un friso para la Historia, la portada y la contra de los anales del encuentro más significativo y enconado en el mapa del fútbol. Ayer, la diferencia fue tan marcada, que al Real Madrid le hubiera sobrado la instantánea final.
De hecho, el Real Madrid tiene tres jugadores que nunca prescinden de la levita. Son la columna vertebral del juego exquisito, del equilibrio de los tiempos. Los que deciden cuándo y cómo tener la pelota, a qué velocidad moverla o en qué pies debe estar. Privilegiados que parecen tener más ojos que el resto o con el sentido del fútbol desarrollado por vías mutantes. Seres que flotan, con el don de la precisión y el momento, que juegan vertiginosos pareciendo lentos. Por supuesto, son Modric, Kroos y Benzema.
el Real Madrid tiene tres jugadores que nunca prescinden de la levita. Por supuesto, son Modric, Kroos y Benzema
De este trío de mozalbetes, el alemán parece el más rejuvenecido. Ha vuelto con una potencia física que parecía menguar y conserva su pie matemático, maquinal por su exactitud, fino como el coral por generar la simetría de lo artístico. Ayer, omnipresente, remarcó la diferencia entre los grandes jugadores y la excelencia.
Como todo gran equipo ha de estar compensado, el Real Madrid tiene otros jugadores cuya virtud es el barullo. Vinicius ha extraviado algo de la lucidez que le acompañó el curso pasado, si bien el asunto no ha mermado un ápice su confianza. En contra de la lógica, que invitaría al recato, Vini insiste sin desmayo, y junto al desorden siempre trae ocasiones de gol o él mismo los consigue.
Cuando veo a Mendy merodear por los terrenos propios de Benzema o el propio Vinicius, invadiéndolos sin pedir permiso, pienso que alguien debería moderar su afán ofensivo. Sin embargo, atrás es un tapón roqueño, un guardián que dispara antes de pedir la contraseña, porque ésta no existe para entrar por su banda.
Precisamente, gran parte del éxito de este Real Madrid ha sido reconstruir la línea tradicionalmente más vulnerable. La sustitución de la pareja Ramos-Varane —ambos campeones del mundo con sus selecciones—, se ha resuelto con una continuidad asombrosa. Ayer, la zaga madridista se movió con frescura y anticipación, leyendo los movimientos azulgrana con una claridad desconcertante para el rival. Allá donde se hubiera cruzado el camino de un balón y un delantero, Militao se anticipó para hacerlo imposible.
Todas las palancas del mundo no se acercan a compensar el peso de una historia y la voluntad granítica de unos jugadores encelados en honrar su escudo
El Real Madrid demostró en el Clásico ser un equipo con alma, con principios que lo sostienen más allá del mero fútbol. No importa que a momentos de lucidez asombrosa siga cierto despiste, porque siempre se recomponen, impulsados por su calidad, su fuerza y su compromiso con la Historia del club.
Al contrario, el Barça apareció supeditado a una idea, esclavo de una forma de jugar mecánica pero sin energía. Una carencia de vigor físico y anímico notable, acaso porque todas las palancas del mundo no se acercan a compensar el peso de una historia y la voluntad granítica de unos jugadores encelados en honrar su escudo.
Getty Images.
Gran artículo.
Esa todo de Modric y Mendy felicitando a Kroos tras el primer gol es maravillosa.
Y porque un Real Madrid afligido por tantas bajas, hace unos días en el vetusto y cochambroso palau babaugrana, lanzó un último tiro que estuvo en un tris de entrar...si mete el triple Llull...
Yatekaga (no es un nombre nipón).