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Otra vez. Sucedió de nuevo. Sergio Llull, el mismo jugador que según algunos, sobre todo tras la Final Four, no defiende, no dirige, no lidera, no nada, puso patas arriba el Palacio de los Deportes y dio al Real Madrid el primer punto en una serie de semifinales que se presume dura y donde el factor cancha tendrá un factor determinante.
Al último cuarto entraba el Madrid con las exigencias de la vida, de la vida de una eliminatoria que no tiene pinta de perdonar demasiados errores. Los había cometido de inicio (6-12) pero enmendado después bien, principalmente por la solidez de Gustavo Ayón y de unos minutos finísimos de Andrés Nocioni, del que nos preguntamos si es de verdad obligatorio que se retire dentro de unas semanas. No pasaría nada porque, por una vez, el argentino faltara a su palabra. 9 puntos, 2 tapones y una rapidez impropia quizá de alguien que está a horas de colgar las botas, fueron la aportación del ala-pívot, en uno de sus últimos servicios para la causa. Su segundo cuarto, con 7 tantos, fue aire puro para un Madrid donde no carburaba, ni carburaría, la zona exterior. Mal Doncic, mal Rudy y mal Carroll. E incluso así, siempre discretas ventajas para los de Laso, en parte porque el Unicaja fue un hoyo ofensivo, dentro de una velada en la que la profusión anotadora no hizo acto de presencia. Raro es, al menos en el Real Madrid.
Con 38-34 acababa el primer tiempo; Llull ya 10 puntos, 14 tras el tercer cuarto. Pero no estaba siendo, en general, una gran noche de acierto para nadie, lo que le permitió al Unicaja, ocultadas sus carencias con el trabajo colectivo, acercarse más a la presa blanca (52-50).
Despierta la bestia
Quizá ya saben lo que viene ahora, pero se lo quiero y debo contar. Con 52-50 empezaba el cuarto final, el que iba a decidir qué equipo se adelantaba en las semifinales y obtenía ese primer punto de la serie, que dicen los datos que es definitorio en los cruces a cinco partidos. Y ganó Llull. Y ganó el Madrid. Pero primero ganó Llull, él solo, a lomos de su propia historia, cada vez más grande. El encuentro pasó de ese 52-50 a un esclarecedor 62-54. Y hasta luego. Llull le endosó a todo el Unicaja un parcial de 10-2. En apenas dos minutos y medio, el 23 del Real Madrid había fulminado al cuadro malagueño. Plaza, el hombre que lo pidió para el conjunto blanco hace una década, se vio obligado a solicitar tiempo muerto. Estaba todo perdido, a pesar de que los andaluces fueron capaces de sostenerse ante ese huracán durante el resto del choque, sin irse del todo y entrando en las últimas posesiones con algo que decir. Pero Llull ya les había quitado la palabra.
Final, 71-68, menos tensos los segundos postreros de lo que refleja el marcador. Llull, 28 puntos y abrazo sincero con Plaza en la pista. Cría cuervos, quizá pensó el técnico catalán. Porque Llull le sacó los ojos. Primer golpe para el Madrid. Quedan muchos.
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La clase se tiene o no.
🎂Cumple 33 años el hombre que le enseñó a Bellingham lo que significaba «chilena», el hombre tranquilo que no flaqueará jamás ante un penalti decisivo, el gran @Lucasvazquez91
¡Felicidades!
Lamine Yamal es muy joven.
Enormemente joven.
¿Y?
#portanálisis
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En el hecho de que @AthosDumasE llame a la que muchos llaman "Selección Nacional" la "selección de la @rfef" encontraréis pistas de por qué no la apoya.
La explicación completa, aquí
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Tal día como hoy, pero de 1962, Amancio rubricaba su contrato como jugador del Real Madrid.
@albertocosin no estaba allí, pero te va a hacer sentir que tú sí estabas.
Puede que la inercia le sea suficiente al Madrid para ganar esta Liga, pero es evidente que el descalabro de la Final Four ha dejado huellas anímicas en el equipo. Igual que en 2013, no es por haber perdido sino por la forma en que se hizo. Ahora mismo el Madrid vive de arreones individuales, y generalmente gana porque tiene grandes individualidades, pero no está jugando bien.
Estoy de acuerdo con el bajo momento del equipo pero discrepo en lo del aspecto anímico, por desgracia esta situación ya la han vivido y la mayoria estan curtidos, creo que es más un problema físico motivado por el nuevo formato de la Euroliga , del que no se tenía ninguna experiencia previa , que parece muy difícil de compaginar con una liga tan exigente como la ACB (los dos finalistas Eurocup y el campeón de la liga de campeones juegan aquí ) con las plantillas y calendarios actuales. Y creo que el rendimiento en los PO de RM, Barca y Baskonia , y los problemas en la última reunión de la ACB, con los equipos de Euroliga ,confirma mi opinión.
Ya veremos al Unicaja como juegue Euroliga el año que viene, igual no se clasifica ni para los play-offs. Lo que nadie habla mucho es de los arbitrajes sibilinos, aunque a veces va y les salen los tiros por la culata. En cuanto queremos subir un poco la intensidad de la defensa, faltas a tutiplén, ayer le pasó a Taylor y a Otello. 8 faltas en el último cuarto, y ninguna hecha a propósito para forzar tiros libres y eso que íbamos ganando. Ellos yendo atrás y teniendo que remontar ni llegaron al bonus. Al Unicaja, como el otro día al Farsa en Valencia, y como nos pasó en Estambul, se le pitaron las faltas que quieren que se les piten, es decir, falta para parar un contraataque, falta debajo del aro para que un Otello no marque, y cosas así. Apenas hay 2+1, y olvídate de esas faltas cuando inicias penetración que a nosotros nos las pitan todas. En Estambul, el señor Udoh, fino estilista él, jugó 35 minutos y le pitan la segunda falta al final del partido, de risa.
El equipo, al no hablar nadie del tema árbitral, está en depresión, y demasiado dependiente de Llull, que a pesar de su tremendo cuarto cuarto, se le ve muy cansado. Laso por alguna razón no está moviendo con frescura el banquillo. Es vital para esta liga el segundo partido. Ganándolo nos puede dejar en la final y con algo de tiempo para descansar y recuperarnos anímicamente. Perdiendo, nos mete en un jardín que nos puede dejar muy tocados.
Es que lo del culéarbitraje en basket al Madrid, ya es crónico. A menos de un minuto para acabar el primer cuarto, nos habían señalado ¡8 faltas y a Unicaja, sólo una! Y, poco más o menos, lo mismo en los otros tres cuartos.
Hay una jugada evidente en el último cuarto: con ocho o nueve puntos arriba, robamos un balón en defensa que Taylor salva en la banda izquierda, iniciando un contraataque en lara ventaja que podría haber roto, definitivamente, el encuentro. Pues buen, señalan que ha pisado la línea y le dan el balón a Unicaja. En la repetición, se puede apreciar, perfectamente que no sólo no pisa la línea sino que su pie está a más de 10 cm de ella.
Y, no sólo no hay 2+1 nunca sino, entradas claras a canasta que no se meten por personales flagrantes que nunca se pitan a favor y, siempre, en contra. Es escandaloso.
El Madrid ha jugado 76 partidos desde Septiembre hasta ahora, un partido cada 3 días sin descansos ni en Navidad, con una plantilla de 13 jugadores. Para hacernos una idea, en fútbol el equipo ha jugado 52 partidos con una plantilla de 24, pero mientras que estos pueden descansar en partidos enteros en baloncesto todos juegan en casi todos los partidos. De esta forma, sin entrar en otros factores como arbitrajes, etc, es imposible llegar a la recta final en condiciones óptimas frente a equipos más descansados (Unicaja ha jugado 60 partidos en total y frente a unos rivales, en Europa, a años luz de los del Madrid). Si esto no se soluciona Madrid,Barca y Baskonia, tarde o temprano, van a tener que elegir entre euroliga o ACB.