Sexo y violencia

Buenos días. La actualidad de este lunes viene marcada por el sexo y la violencia. El sexo es el de la progenitora de un juez de línea, gentilmente mentado por parte de Mascherano, aunque hay quien asegura que el menudo defensa argentino aludía en realidad a la genitalidad no tanto de la madre cuanto de la hermana del auxiliar, lo que por supuesto eximiría de toda culpa al jefecito: tan cierto es que a nadie agrada que le hablen de la vulva de su madre como que, en cambio, aludir a la de la hermana es detalle de inmejorable gusto y saludo muy practicado en Versalles durante el reinado de Luis XVI.

La violencia viene de la mano (o del pie) de Rossi y su patada a Márquez (no os perdáis el artículo de Mario de las Heras que saldrá por la tarde), si bien para violencia conceptual nadie como Alfredo Relaño.

El Real Madrid tiene que pedir perdón por tener a Keylor Navas. De eso trata básicamente el fenomenal artículo galernauta de Juanma Rodríguez hoy, y así lo resume el inefable Alfredo desde la portada de AS, aka The Ouija Daily.

"El equilibrio es Keylor Navas", pontifica Alfredo desde la portada del que ha entrado ya en en Libro Guinness de los Récords como el diario más desahogado del mundo. ¿Os parecía que Rafa Benítez estaba dando al equipo un empaque, una solvencia, una solidez táctica notable? Nada de eso: es solo Keylor Navas. ¿Teníais la sensación de que Casemiro era el mediocampista que anhelábamos desde tiempos inmemoriales, el hombre capaz de dotar a la zona ancha de la cualidad granítica, la seriedad que tanto echábamos en falta? Una vana ilusión: no hay más equilibrio que el que brinda Keylor. ¿Albergabais la tranquilidad de percibir lo que pensabais era un equipo en armonía, donde cada uno hace lo que le corresponde, comprometido con su jefe y con la empresa que le paga? No abracéis espejismos: es solo Keylor y nada más que Keylor, ingenuos.

Es necesario que Alfredo sepa que sabemos por donde va. De hecho, ¿hay alguien tan ciego como para no verlo? La estrategia ahora es aprovechar el excepcional momento de Keylor para dar a entender que la buena marcha del equipo es únicamente imputable a su buen hacer, lo que equivale a decir que cualquier éxito del equipo hay que atribuirlo al fax que no llegó el 31 de agosto, lo que a su vez equivale a decir que no hay más que azar en el éxito eventual, como no lo habrá en el definitivo, por parte de un club que sigue siendo chapuceramente gestionado por Florentino. A Florentino había que echarle el 1 de septiembre por no haber podido traer a De Gea y hay que volver a echarle ahora por haber intentado traer a De Gea.

El sarcasmo máximo llega cuando recordamos el nivel apabullante de ninguneo al cual esta misma publicación sometió durante más de un año al mismo hombre al cual utiliza ahora desvergonzadamente como arma arrojadiza contra el presidente del Real Madrid. Pero Alfredo, si vosotros ignorabais a Keylor cuando era vox populi que humillaba a Iker en los entrenamientos porque el Santo tenía que jugar por decreto (por vuestro decreto, junto al de otros). Pero Alfredo: si vosotros omitíais la existencia de Keylor el verano pasado, cuando solo el susodicho Iker y David De Gea eran personas dignas de ser tenidas en cuenta cuando el tema de análisis era la portería del Real Madrid.

La pregunta exacta e ineludible, Alfredo, es: ¿hasta qué punto infravaloras la inteligencia y la buena memoria del lector de prensa deportiva?

Hay que agradecer muy mucho a la prensa deportiva catalana que nos ahorre (al menos en sus portadas) disquisiciones sobre el carácter coloquial de la mención airada que Mascherano dedicó ayer a la vagina de la madre del linier del Barcelona-Eibar (o de la hermana, cuidado, porque este equívoco, de confirmarse, comportaría la inmediata absolución del argentino). Quim Domenech y Jorge D'Alessandro os pueden explicar perfectamente por qué es comprensible enfurruñarse un poquito -lo justo- cuando alguien te habla sobre la concha de tu madre (siempre y cuando sepas, aunque no tienes por qué saberlo, pues quién te manda a ti estar tan bien informado, que concha es en Argentina lo que matriz o coño es en España), pero que en cambio no procede sino una cortés sonrisa y un somero apretón de manos cuando la concha que resulta mentada en la conversación es la de tu hermana. Es en todo caso (que os lo expliquen Quim o Jorge, insistimos) una cosa coloquial sin la menor importancia que está descontextualizada, de igual forma que quien dice cagarse en tu puta madre no piensa de hecho en bajarse los pantalones y defecar sobre la mujer que te dio la vida previa comprobación de su inclusión en la nómina de ninguna casa de lenocinio, lo que de inmediato (el que no lo piense) valida el uso de la expresión como paradigma incluso del civismo y la urbanidad más intachables.

Si tenéis dudas, podéis acudir de inmediato a @quimdomenech y/o @pibedale, quienes (insistimos) os lo explicarán mucho mejor que nosotros. Barcelonismo y semántica.

Marca trae a su portada el incidente de Rossi con Márquez. Poco vamos a añadir nosotros sobre el tema ahora mismo. Nos limitamos a remitiros al artículo de Mario de las Heras sobre el particular, que no dejará indiferente a nadie y que saldrá a lo largo de la tarde:  el incidente desde una óptica no por cuyo madridismo estaréis necesariamente de acuerdo.

Buenos días.