Nunca el Madrid había soportado antes, o no desde que yo tengo uso de razón futbolera, un acoso tan intenso, prolongado y brillante como el que sufrió el miércoles a manos del City, y por tanto tampoco antes había obrado epopeya tan denodada. Nunca hemos eliminado a un enemigo mejor. Históricamente nos hemos enfrentado a rivales tal vez casi tan buenos como los de Guardiola, pero nos zarandearon.
Esta vez no. Prevalecimos.
Lo dijo Valverde de manera casi cándida: "Jugaron mucho mejor que nosotros". Sin dejar de ser un elogio más que merecido al fútbol desplegado por el City, en ese halago al rival se agazapaba un prurito de orgullo. "Y sin embargo ganamos", habría rematado el uruguayo de haber querido explicitarlo.
¿Fue superado el Madrid? Durante la segunda parte del partido y la prórroga casi entera, sin duda. ¿Señalarlo resta mérito a su clasificación? Sólo en la óptica desesperada del anti: la realidad es que lo incrementa, porque habla libros de la capacidad de competir de este equipo. Es única, y no lo es porque tenga un entrenador que la adiestre (que también), o porque sus jugadores actuales sean deportistas ejemplares con una resistencia granítica a la derrota (que también también). Lo es porque A y B entroncan con el legado de otros que precedieron a los ídolos actuales. Hay un legado inimitable que juega también. Mi hija tiene una camiseta con la firma de una leyenda blanca, y le tengo que decir que no se la ponga, y menos para jugar, porque luego hay que lavarla y la firma se borra. Cada jugador del Madrid luce una camiseta firmada por Di Stéfano, pero esa rúbrica no se borra ni con todo el sudor o el jabón del mundo. Es indeleble.
El City fue mejor. El City, posiblemente, ES mejor. Por eso (y no a pesar de eso) el Madrid, que eliminó al City, es EL mejor
Me llega el vídeo de un prócer youtubero del barcelonismo en el que felicita (sic) "al Getafe por su clasificación para las semifinales de la Champions League". El sarcasmo, cuando es demasiado descarnado, deja a la intemperie un padecimiento, un complejo tales, que pierde su eficacia para la denuncia y se vuelve contra uno. El Madrid tiene una condición camaleónica reactiva a la propuesta del rival para hacerle daño donde él elige, como el duelista que cediera gentilmente la elección de las armas. Ha ganado y gana de cien mil formas distintas. El miércoles fue (sí) el Getafe del City, y a muchísima honra. Enterró el oropel y los jugadores lanzaron a la tumba abierta el lastre de sus egos. Esa humildad es puro fútbol, y constituye la sublimación de la grandeza.
El City fue mejor. El City, posiblemente, ES mejor. Por eso (y no a pesar de eso) el Madrid, que eliminó al City, es EL mejor.
Getty Images.
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