No son buenos tiempos para los equipos nacionales
Mira cómo gana la Selección. Así es cómo recuerdo los tiempos en que la Selección Española me encantaba, cuando Los Nikis cantaban eso, aunque se refirieran al baloncesto. Cuando yo era niño y adolescente y adulto, hasta la explosión tiquitaquera y campeonísima, la Selección no ganaba nunca. Se podía, pero no se conseguía. Cuando me empecé a dar cuenta de algunas cosas (no muchas), vinieron las maldiciones de cuartos y esas leyendas como de hijos de la Alhambra.
A mí lo que me gustaba de la Selección eran las medias negras con la bandera en la parte superior. Y Arconada y López Ufarte. Luego dejó de interesarme. Cuando la roja (ya no era la Selección) fue al fin el equipo campeón durante más de un lustro, yo ya estaba de vuelta de mi afición de selecciones. Cuando España ganó la Copa del Mundo yo me dejé llevar por la marabunta salida del fondo de la tierra, casi como un autómata.
Me dejé poner una camiseta roja e incluso que me pintara unas banderitas en las mejillas la anfitriona de la casa donde vi la final. No era cuestión de ponerme reaccionario o subversivo. Me asimilé a la fiesta de las calles de Madrid de un modo mecánico hasta que las copas (las copas del mundo) empezaron a hacer su efecto y ya no pensaba en que me había quitado mi polo azul sin ofrecer resistencia para ponerme una camiseta roja prestada.
La denuncia de Toni Kroos a la FIFA, junto a las últimas lesiones madridistas (el Madrid ha sido uno de los principales, si no el principal, suministrador histórico), ha despertado en mí la adormecida manía madura por la Selección, que ahora es llamada, casi en cúmulo de desgracias, la roja. Dónde estarán esas medias negras, esos pantalones rocky. Dónde quedó la exhibición de Butragueño ante Dinamarca que no sirvió nada más que para encumbrar al Buitre (cuando las selecciones encumbraban a los jugadores) y para hacerme feliz.
Recuerdo con más cariño a Míchel gritando sus tres goles por la banda: “¡Me lo merezco, me lo merezco!”, que todos esos pases para la gloria que no fue la mía. Qué le voy a hacer. El seis a cero contra Alemania del otro día fue como un seis a cero de Malí a Burkina Faso. Igual es una cosa de la edad o igual es una cosa de que la Selección ya no es la Selección (quizá nunca lo fue en realidad), ni los partidos entre selecciones son partidos entre selecciones. Al menos para mí. Y nada tiene que ver con los colores. Nos han quitado aquellos amistosos, que es casi como quitarnos la amistad.
No hay sitio en el orden futbolístico para las competiciones por países más allá de la explotación. Y menos (y cada vez menos) en medio de una pandemia. No sabía que la UEFA Nations League fue una idea del corrupto expresidente Platini, cuyo vicepresidente fue el igualmente corrupto Villar. Villares y Platinis manejando federaciones y equipos y cogiendo futbolistas (sí, cogiéndolos sin respeto alguno para beneficio propio) puede traer como consecuencia que a la Selección Española la hayan acabado llamando la roja, lo cual no es, como todos sabemos, ni mucho menos, lo peor.
Fotografías Getty Images.
Estoy muy de acuerdo. Yo quiero ver a mi selección en mundiales y eurocopas, con sus fases de clasificación. Todo lo demás, metido en el un calendario de clubs ya imposible per se, no sólo no sirve para un mayor arraigo del equipo nacional entre la afición patria sino que además trae desgracias en forma de lesiones que pueden marcar el devenir de la temporada de algunos clubs, que pagan sumas millonarias a sus estrellas y luego ven que vuelven exhaustos y a menudo gravemente lesionados de estos partidos que la FIFA ha convertido en oficiales por un interés meramente económico.
De la gracia del 6-0 a Alemania en un torneo que vale menos que un euro de madera, nos vamos a acordar si a la vuelta de 2 semanas y tras las visitas sin Sergio Ramos al Villarreal, Inter y Shakthar, nuestra temporada se nos ha puesto en chino. Para que luego llegue la Eurocopa y el mundial y no nos comamos ni un saci.
"Villares y Platinís cogiendo futbolistas". Si se usa el término "cogiendo" con su significación argentina queda todo meridianamente claro, cristalino
Más de uno hemos pensado lo mismo. Estoy seguro que empezando por el propio articulista. Niquelao.
Y, encima, torneo de la Galleta ideado por los HDLGP de Angelito y Miquel.
Totalmente de acuerdo con el artículo. Jugamos muy bien, pero es que han conseguido que este tipo de partidos ya no signifiquen nada.