El Real Madrid femenino sumó su segunda victoria consecutiva tras derrotar (3-0) al Deportivo de La Coruña en la quinta jornada de la Primera Iberdrola. Las suecas Kosovare Asllani, con un doblete, y Sofia Jakobsson permitieron con sus tantos que el equipo blanco disfrutase de un partido plácido en Valdebebas.
Hace ahora ocho meses, el Deportivo de La Coruña visitó Valdebebas para disputar ante el CD Tacón un duelo entre recién ascendidos. Por entonces, el equipo gallego ya era la revelación de la Liga y en Madrid dio buena cuenta de ello tras penalizar todos los defectos del embrión madridista. En diez minutos, aquel Dépor tuvo la fortaleza mental y la calidad para remontar un 3-0 desfavorable en diez minutos, llevándose la victoria.
Kosovare Asllani, con un doblete, y Sofia Jakobsson permitieron con sus tantos que el equipo blanco disfrutase de un partido plácido en Valdebebas
Ocurrió el 1 de marzo de 2020, pero aquella anécdota, como casi cualquier acontecimiento previo a la crecida del coronavirus, parece una historia de otra época. Poco se mantiene intacto desde entonces y los dos equipos en liza tampoco escapan a los vaivenes de este año sin igual. El Deportivo perdió en verano a un buen número de las futbolistas que protagonizaron su éxito, el Real Madrid se reforzó con inteligencia —firmando, entre otras, a las deportivistas Abelleira y Misa— y las dinámicas de ambos clubes parecen seguir trayectorias opuestas.
En esta ocasión, el Real Madrid desplegó su solidez durante los noventa minutos de juego y nunca se vio inquietado por un rival que suma ya cinco derrotas consecutivas. Únicamente la chispa inicial de las visitantes inquietó a las de David Aznar, que tardaron un cuarto de hora en imprimir el ritmo correcto al choque. Sin Maite Oroz al timón, las blancas tiraron de brío y velocidad para desarbolar a las blanquiazules.
El primer zarpazo brotó de las botas de Olga Carmona, novedad en el once en la posición de lateral izquierda. La sevillana, que terminaría firmando un partido muy notable, filtró un balón a espaldas de la zaga que Kosovare Asllani no supo resolver en el mano a mano. Fue el primer aviso serio del Real, pero bastó para que las piernas de las blanquiazules temblaran. En la siguiente ocasión no hubo perdón.
La omnipresente Kenti Robles centró al segundo palo en una de sus internadas por banda y allí interceptó el cuero Sofia Jakobsson. La sueca, en una demostración de que lo suyo no se reduce a la velocidad, regateó abriéndose paso a izquierda y derecha en las profundidades del área hasta dar con una rendija. En cuanto la encontró, su disparo con la derecha dio con el ángulo de la escuadra para firmar un gran gol.
Kosovare Asllani está de dulce: cuatro goles en cuatro partidos (más dos anulados)
Enfrente, un Dépor sin su estrella Peke y sin la espigada Gaby vio reducido su potencial a las intentonas en solitario de la eléctrica Athenea del Castillo. La joven cántabra lo intentó con valentía, pero en el emocionante duelo de dorsales ‘7’ salió vencedora la madridista Carmona. A poco más pudo agarrarse el equipo de Manu Sánchez, que con el paso de los minutos fue viendo cómo la inferioridad de las suyas se hacía carne.
A la media hora de juego, Asllani volvió a recibir un balón en profundidad calcado al que desperdició diez minutos antes. En esta ocasión naciendo desde el costado derecho, Marta Cardona asistió en ventaja a la nueve blanca para que rematara a la red con facilidad. Fue el comienzo del fin del partido. En adelante, Kaci y Abelleira multiplicaron sus contactos con el balón en el centro del campo hasta que el juego entró en un duermevela que habría sido peligroso hace unos meses.
No esta vez. El Deportivo de La Coruña no supo reaccionar, a Athenea se le acabó el combustible y los cambios visitantes no invirtieron la dinámica. Mientras tanto, y aprovechando que aún quedaban minutos de juego que agotar, el Real Madrid rescató un par de buenas noticias. La primera fue la vuelta a la dinámica de juego de la brasileña Thaisa, que llevaba meses alejada por una lesión.
Con el carrusel de cambios ya en marcha llegó la confirmación de que Kosovare Asllani, a pesar de sus problemas en la definición, está de dulce. Sus remates son a menudo defectuosos, como volvió a ocurrir antes de firmar su segundo tanto de la tarde, pero la estadística no engaña: son cuatro goles en cuatro partidos (más dos anulados). El doblete se inició con una recuperación adelantada de Chioma Ubogagu, que asistió a la delantera sueca para que esquivara con maestría a la central antes de plantarse sola frente a la guardameta. Tras errar a la primera, vio puerta al interceptar el rechace y con el 3-0 se puso fin al partido.
El Real Madrid, que suma siete puntos a pesar de ver aplazado su partido de la jornada 4 por un positivo en la plantilla del Levante, ni puede ni debe levantar ahora el pie del acelerador. La Primera Iberdrola está en efervescencia y los equipos se encuentran inmersos en un carrusel de partidos. Las blancas visitarán al Eibar el domingo, volarán a Tenerife para jugar contra el Granadilla entre semana y cerrarán el maratón recibiendo el siguiente fin de semana al Athletic Club. Una etapa multipuerto propia de los Alpes franceses. Al igual que en el Tour de Francia, aquí nadie podrá esconderse. Tampoco el Real Madrid femenino.
Fotografías Getty Images.
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Esto ya no es el recién ascendido Tacón. Es un equipo que cada vez está más conjuntado y que puede permitirse el lujo de jugar sin Chi de inicio. Se echa de menos más información, no sabemos si Oroz estaba lesionada o descansando.
Hicieron un partido consistente en todas las lineas, y por momentos jugaron muy bien. A ver si hay suerte y podemos ver más partidos por la tele.
El equipo está creciendo y es muy agradable de ver el fútbol que desarrollan. Se han ganado mi cariño, mi respeto y mi atención. Espero que sigan mejorando y trabajando para convertirse en un gran equipo.
Pues yo no lo pude ver, pero parece que siguen creciendo. Espero poder ver el siguiente. Gracias por la crónica.
La reacción de Asllani en la "celebración" del 3er gol dice mucho de ella y de ese madridismo que lleva dentro. Esa inconformidad, ese querer hacer bien las cosas siempre, a pesar de lograr un doblete, es de grandes... Sabía que había fallado en principios, como en el primer mano a mano y no se lo perdonó. Puro "cristianismo".