Este fin de semana nos hemos regalado con un artículo escrito en El Confidencial, donde es habitual, por Rubén Amón. En el texto se dedica a enredar con el Nuevo Bernabéu, que es el mosquito que se le ha colado a los divinos de la Kultur en su negroni. Un colosal centro de entretenimiento interclasista en el corazón de Madrid, ¿a quién se le ocurre, por Dios bendito? Porque en efecto en la misma semana en la que hemos conocido, gracias a El Periódico, que sigue habiendo trabajadores de las obras de reforma del Camp Nou que denuncian haber sido traídos desde Rumanía engañados y sin contrato, Amón decide seguir dándole coba a la polémica espuria generada en torno a lo molestos que son los conciertos en el Bernabéu.
La polémica no puede ser más artificial y postiza, pero van a conseguir encalomarle al Madrid el sambenito de la turistificación e incluso el del cambio climático. Lo veremos. Resulta todo aún más llamativo teniendo en cuenta lo que pasa en la acera del otro gran club de España, que parece no despertar mucho interés a nivel nacional, sobre todo en esos divinos que están siempre tan pendientes de la perversión de las esencias. Que en los trabajos del Camp Nou el Fútbol Club Barcelona está cometiendo todo tipo de irregularidades se sospecha prácticamente desde el principio. El Periódico lleva informando con frecuencia de ello, por no hablar de todo lo que hemos visto a través de las redes.
En la semana que hemos conocido que Sigue habiendo trabajadores de las obras del Camp Nou que denuncian haber sido traídos desde Rumanía engañados y sin contrato, Amón decide seguir dándole coba a la polémica espuria generada en torno a lo molestos que son los conciertos en el Bernabéu
El otro día, mismamente, el club organizó una reunión con un grupo de socios para explicarles detalles del proyecto y no dejó entrar a la prensa: esto antes causaba espanto, indignación y asombro pero ahora, en España, cosas así no le importan a nadie. Los vídeos, se los recomiendo, están por ahí y son maravillosos: por lo visto no se conoce ni el nombre del arquitecto responsable del proyecto. De la explotación laboral que denuncian los trabajadores extranjeros sólo se ha hecho eco, a nivel nacional, La Sexta. Sin embargo, la cuestión generada por el usuario Ruido Bernabéu hasta ha abierto telediarios. ¿Cómo se explica esto si no es desde el dolo y la negligencia de los medios de comunicación?
También, naturalmente, hay otra explicación, que es el antimadridismo. Rubén Amón forma parte de una especie muy común en los medios de información tanto general como en particular, la deportiva. Es aficionado del Atlético de Madrid. Creo que sólo sé de un atlético que no sea antimadridista y es José Luis Garci. Pero Garci es una rara avis. El artículo de Amón es para verlo. Empieza denunciando “la capacidad depredadora del Santiago Bernabéu”, algo verdaderamente asombroso teniendo en cuenta que cuando el Real Madrid edificó el primer Estadio de Chamartín en aquel sitio no había, literalmente, nada.
En todo caso habría que hablar de la cualidad generadora del Santiago Bernabéu, recinto que por su mera presencia ha convertido un arrabal desierto de Madrid en uno de los barrios más importantes del país. Amón prefiere comentar no obstante que el estadio del Madrid está “devorando el barrio en sentido urbanístico y literal” y ahora también “exterminar a los vecinos a cuenta de la programación lúdica, del jaleo de los tráilers, del ruido y de los fans que acampan en los aledaños”.
Esta barbaridad es ciertamente para enmarcarla. Unas líneas más abajo habla de La Castellana como “uno de los distritos más reputados y cotizados de la capital española” y habría que preguntarse: ¿por qué? ¿Por qué es Chamartín uno de los distritos más reputados y cotizados de la capital de España? En torno al estadio y al calor del éxito universal del equipo que jugaba en él, en el desarrollismo franquista se articuló el símbolo urbano de la clase media nacional y mucho de ese triunfo, el mayor logro social sin duda de la dictadura, corresponde a un estadio que ha ido transformándose a medida que el país avanzaba.
En todo caso habría que hablar de la cualidad generadora del Santiago Bernabéu, recinto que por su mera presencia ha convertido un arrabal desierto de Madrid en uno de los barrios más importantes del país
En la postguerra, cuando todo a su alrededor era tristeza y ruinas, Santiago Bernabéu elevó la mirada del español al cielo obligándolo a contemplar el mejor estadio de fútbol de Europa, pagado por el bolsillo de miles de madridistas que iban a ser clase media pero que aún no lo eran y no faltaban, religiosamente, al cumplimiento de las suscripciones voluntariamente adquiridas a petición del club. Cuando llegó la democracia, España se engalanó para organizar el Mundial y el Madrid convirtió su estadio en un templo brutalista que consagraba el esfuerzo por salir adelante y la esperanza en un futuro mejor de las clases trabajadoras que, domingo tras domingo, lo abarrotaban.
Sin embargo Amón dice que ahora que Florentino ha decidido colmar la tradición madridista y elevar una bestia de acero visible a muchos kilómetros a la redonda y puede que incluso desde el espacio, el metro cuadrado de “una de la zonas más exclusivas” de Madrid “se deprecia” por los macroconciertos y las multitudes que hormiguean en torno al estadio cada semana. Bien es verdad que una ciudad es un todo orgánico y el Madrid debe contar con el bienestar de los vecinos para la propia viabilidad de su estadio a largo plazo, pero hablando de todo un poco, si alguien tiene derecho, siquiera moral, de “depreciar” La Castellana es quien la convirtió, en primer lugar, en el gran paseo marítimo de España.
El Nuevo Bernabéu es “un error irreparable”, un “monstruo”, una “anomalía” que vomita “polución acústica” y crea un “laberinto” vial en torno a él. Representa la “megalomanía y ferocidad” no sabemos muy bien si del Madrid o de Florentino, aunque se intuye. Pero el artículo rezuma algo más que antimadridismo: clasismo. “Las multitudes”, escribe Amón, “que acuden a los espectáculos sacuden el barrio tanto como lo hacen las faenas de montaje y desmontaje, empezando por el ruido de los motores y de las sirenas”. ¡Qué coñazo, la plebe! La verdad es que el Madrid es el equipo de las multitudes, el orgullo de la clase obrera, primero española, ahora panhispánica y, por qué no decirlo, mundial. Es lo contrario del clasismo: su negación. Y el Nuevo Bernabéu es un zigurat erigido en torno a esa idea prístina de igualdad y fraternidad en la avaricia de la victoria.
El artículo rezuma algo más que antimadridismo: clasismo. “Las multitudes”, escribe Amón. La verdad es que el Madrid es el equipo de las multitudes, el orgullo de la clase obrera, primero española, ahora panhispánica y, por qué no decirlo, mundial. Es lo contrario del clasismo: su negación
Entiendo que la puritita élite, acostumbrada desde siempre a los algodones de la intelligentsia patria, sentirá verdadero pavor al observar las masas sudorosas yendo y viniendo en riadas del Bernabéu. Vale que cada dos semanas vayan a ver ganar al Madrid, que es el equipo del pueblo, ¡pero que disfruten de un ocio de calidad cada fin de semana! Eso ya es otra cosa que la gente bien no puede tolerar. “Hubiera sido más sensato concebir la estructura lúdica en la periferia”, que es donde, aunque no lo dice, se entiende que para él deberían entretenerse y hacer sus cosas los pobres. Pero el Madrid representa un sentido de justicia social, en el plano simbólico, que no es sin duda de esta época. Por eso lleva la victoria a la casa del mileurista y conquista para él el corazón de Madrid.
Si las medidas de protección medioambiental que invoca en el artículo, o sea, el Madrid Central de Carmena y Almeida, están concebidas para expulsar al currito de la ciudadela de los pijos, Amón quiere La Castellana para él. En un sentido parecido ya se ha expresado también Segurola, uno de los sumos pontífices de todos estos divinos que también tiene un pisito por allí: como dijo Hughes, ¡lo que rentó el tikitaka! Pero, ay, la auténtica anomalía aquí es el Real Madrid, a la que llama, con todo su cuajo, “una fórmula de poder y de impunidad a la que nada ni nadie se atreve a ponerle límites”.
Desde luego que en el país del nepotismo, la idiocia y la cleptocracia, que un club se pague la reforma de su estadio con su propio dinero, yendo por derecho, ateniéndose a la ley y respetando la dignidad de los trabajadores, sin favores del ayuntamiento, la comunidad o el Estado (por aludir a su Atlético, al Bilbao y al Barcelona, y las reformas recientes de las casas de cada uno) es un accidente histórico de primera categoría. La impunidad, en este caso, es la que tienen los Amones para escribir estas desfachateces.
Getty Images.
Muy oportuno el artículo y de acuerdo en todo. Decíawl periodista Miguel Angel Aguilar que el periodismo altera la noticia desde el momento en que pone el foco en un determinado tema y pasa por alto otro; tal como sucede con el principio cuantico de que por el hecho de medir algo el objeto de la medida ya se altera.
Pues esta campaña sobre el nuevo Bernabeu va de eso, de no hablar sobre los pufos en la construcción del nuevo Camp Nou y de intentar desmerecer el nuevo Bernabeu.
Rubén Amón pertenece a esa clase de tertulianos liberal-progre, tratan de ponerse siempre en un calculado rol de persona de centro que ataca a las izquierdas y derechas más "extremas" para quedar como gente ecuánime y oye, por lo menos no es de los de atizar siempre a un lado y ensalzar a otro.
Hasta que entra su colchonerismo patético y aviación, ahí su pretendida ecuanimidad se esfuma, ataca al Bernabéu por su envidia y odio al club que le ganó dos finales de champions y que está muy por encima en todo de ese vecino de ciudad del que es seguidor, que hable de los terrenos del Wanda que expropiaron con un precio menor porque era de uso público y resulta que pasó a ser de uso privado de los patéticos de madriz.
Si se hubiese hecho un estadio a las afueras éste elemento y muchos más hubieran rajado de operación urbanística bochornosa e ilegal como hicieron con lo de la ciudad deportiva (luego la justicia incluso europea les puso en su sitio).
Por qué para ir a esos grandes eventos la gente tiene que ir a las afueras? Cuánta gente en Madrid no tiene coche? Hay que ir en un tren de cercanías como sardinas en lata a ese hipotético estadio de las afueras tanto para ir como para volver con la de tiempo que se perdería en el trayecto de ida y vuelta? O es que le quita cuota al Wanda para los grandes conciertos?
Luego está lo del tema de que si es bonito o feo en relación a su entorno, eso es una opinión personal de cada uno según sus gustos (a mí esa piel exterior de acero me gusta y estéticamente me gusta mucho más que cualquier edificio de la zona con diferencia).
El estadio ha quedado francamente bien y me parece que se encuentra bien integrado en la ciudad. El anterior me parecía mucho más hortera. Por dentro es absolutamente espectacular. Es verdad que el tema del sonido debe quedar arreglado y así mismo el exterior de noche no me convence. Tampoco he visto las pantallas que al parecer iban a dotar de imágenes parte de la fachada. Espero que todo eso quede arreglado. Por lo demás es una obra estupenda.
Por poner en perspectiva lo que dice Rubén Amón de las multitudes que desde que se ha puesto en marcha el nuevo Bernabéu inundan el barrio
Ahora mismo el aforo del Bernabéu es de 85.000 espectadores.
Desde 1954 a 1982 fue de 125.000 espectadores
Desde 1982 a 1994 fue de 106.000 espectadores
A cada concierto de Taylor Swift fueron de 60.000 a 65.000 espectadores
Al concierto de U2 fueron 100.000 espectadores
Rubén Amón ya lleva dos artículos contra el Bernabéu en las últimas semanas. Se ve que el asunto le preocupa.
El padre de Rubén, don Santiago Amón, era un sabio que decía de sí mismo que "descendía" del dios Amón Ra.
Quizá a Rubén le alcanza esa estirpe de dioses, lo que explicaría esa manera de pontificar sobre lo bello, lo feo, lo que le conviene al pueblo y lo que no.
Pero Santiago Amón tenía gracia, en cambio Rubén no puede ser más sieso.
Recuerdo otra anécdota del padre. Santiago Amón decía que los árboles que no dejaban ver el prado, deberían ser talados. El prado era el Museo del Prado que está rodeado de enormes árboles que, a cierta distancia, no dejan ver su fachada.
A mí me pasa lo mismo con el Bernabéu, más imponente tras la reforma. La fachada de la Castellana no se puede apreciar desde la calle del General Perón, porque un grupo de abetos supervivientes de Filomena, raquíticos pero altos, no me dejan ver la fachada en todo su esplendor.
¿Aplicando la doctrina del padre de Rubén, deberíamos proceder a su tala?
Se que la idea de la tala va en contra de lo que ahora se estila, y que podríamos encontrarnos a los de "ruido Bernabéu" encadenándose a los troncos como en su día hizo Tita Thyssen, para impedir la tala de cuatro plátanos de sombra, próximos al museo de la propia Tita.
Sólo de imaginarlo me conmuevo: los vecinos molestos y los ecologistas en acción, en sinergia contra el monstruo devorador de los vecinos.
Menos mal que Florentino, a la sombra imponente del Bernabéu, maneja los hilos.
Saludos.
Que pasa? Que los conciertos del estadio Wanda que prácticamente les hemos regalado los madrileños, así como los terrenos de al lado, no hacen ruido.? Va la gente con cascos? Los vecinos de canillejas se tienen que jo... Y los de la Castellana no?
A Mi me mando un video un amigo que trabaja en las cocheras del metro que hay allí de cuando tocaron los Rolling, el estaba trabajando y se oía de cine. Vamos que trabajaron a ritmo de mick jagger y keith richards. El antimadridismo no tiene a lo que agarrarse
La creación de 1800 plazas de garaje que pagará el Madrid , un tercio de las mismas para los vecinos , con pasaje subterráneo para los trailes (los vecinos denunciaron falta de plazas y de los trailers de carga y descarga) y que seguirá en marcha cuándo se solvente el defecto de forma en el que incurrió el ayuntamiento; la creación de una parada de metro en la plaza Sagrados Corazones, ……, todo en detrimento del barrio, como siempre “ el Madrid siempre mal”( @litrosdealcohol) . Os recomiendo el trabajo realizado por@fanaticosrealmadrid, sobre las obras del Bernabéu.
SIN HABLAR DEL DAÑO QUE LA AGENDA DEL BERNABÉU ESTÁ ORIGINANDO EN LA AGENDA DEL METROPOLITANO ( de momento les ha “ volado “ la organización de un partido de la NFL.
Pobre Santiago Amón.
Le damos categoría de importancia a algo q carece de ello como es los contenidos de los antimadridistas hay que ignorarlos no hay mas ofensa q pasar de ésta chusma que son hollingans bufanderos, no son objetivos ni lo pretenden van de dignos por la vida y se tragan el asunto más vergonzoso de la historia del deporte como lo del robalona f.c o negreilona como os guste más, les preocupa el ruido de nuestro campo pero omiten el que produce el campo de los pateticos miraron lo lupa los avances del Bernabéu pero callan como perros las ilegalidades cometidas con las contrataciones de operarios rumanos etc...en fin no compren relatos que sólo pretenden arrojar basura cuando ellos nadan sobre élla .....hala madrid
No heredó lo mejor de su padre, desde luego. Rubén es la progrez supuestamente equidistante y que nunca se moja con lo incómodo, no sea que lo señalen. Muy bien traído lo de la intelligentsia patria; autoproclamada, claro.