Ronaldo Nazário acoge a Hazard

Buenos días. Ronaldo Nazário, el Fenómeno, the real Ronaldo (Mourinho dixit), se paseó ayer por las redacciones deportivas de la capital en calidad de presidente del Real Valladolid, que es su actual ocupación aunque nunca dejará de ejercer la de estrella rutilante en la historia del fútbol y del Real Madrid. Dado que se paseó por las redacciones ayer, se pasea también hoy por las portadas y nos encanta verle, como nos gusta también leer un apunte de sus confesiones en Marca, la dura vida del directivo en contraste con la era dorada de aquellos goles ufanamente quirúrgicos.

El que no necesita haberse paseado ayer por las redacciones para pasearse hoy por las portadas es Eden Hazard, que participó decisivamente (con dos goles, una asistencia y un gran juego) en la victoria por 4-1 del Chelesa ante el Arsenal en la Final de la Europa League. Hazard cosechó ese triunfo en el ejercicio de su actual ocupación, que es la de media punta del equipo londinense, aunque ya no le queda ni medio telediario para deponer esa responsabilidad. Vedlo ahí, a la siniestra de Ronaldo, contemplando el trofeo logrado con la satisfacción del deber cumplido.

Al término del partido, Hazard explicitó que se trataba de su adiós al Chelsea, y todo hace indicar que será presentado en el Real Madrid en cuestión de días, en cuestión de horas. Hay algo poético en eso de que, a falta del recibimiento oficial por parte de Florentino Pérez, de momento sea Ronaldo el Fenómeno quien le reciba desde las portadas de la prensa madrileña, un poco como si el olimpo de los dioses vikingos (que no está encabezado por Odín sino por Ronaldo Nazário, entre otros) no aguantara más en el deseo de convertir a Eden en uno de los suyos.

También As trae a Ronaldo y a Hazard a portada, aunque les otorgue un espacio menor en relación al que regala a la selección española de fútbol femenino, que también pasó por la redacción de As, no sabemos si a la misma hora que el Fenómeno aunque nos gustaría pensar que sí por el previsible alarde de gentileza y sanos requiebros del encuentro. Seguro que a ellas les haría (o habría hecho) ilusión. Desde La Galerna nos sumamos a los buenos deseos para la selección. Juegan como los ángeles y confiamos en que dejarán el pabellón altísimo.

No es mala ocasión para solicitar una vez más al Real Madrid, sin histerismos y en el entendido de que no es fácil saber por dónde empezar, la creación de la correspondiente sección. Duele un poco pensar que, por definición, ninguna de las jugadoras que aparecen en esta portada juega en el Real Madrid.

Hecho este apunte colateral, reconocemos que los titulares que deja Nazário (recuadro inferior izquierdo) en su periplo por las oficinas de la Ouija son sustanciosos. Se entera de la alineación al llegar al estadio, y se trata tanto de una buena señal respecto a su relación con el técnico como de un apunte de su proverbial desapego por el detalle. En eso nada ha cambiado con respecto a su época de jugador ("¿Contra quién jugamos hoy?") y hace que veamos una continuidad en el amor que le profesamos.

Queremos mucho a Ronaldo y (creednos, aunque ya lo barruntáis) querremos mucho a Eden. Su menuda figura ya se distingue en lontananza, aproximándose a Concha Espina con el caminar altanero de algunos héroes cuando van a salvar el mundo.

En Barcelona también están a la espera de grandes incorporaciones. Ved quién viene hoy a desayunar. Neymar se pasa la vida en el puente aéreo, que si viene a Madrid, que si va a Barcelona.

Lo desternillante del asunto es que Neymar viene a la portada de Sport porque alguna foto hay que poner, básicamente, ya que luego, si uno lee los destacados, queda con la clara impresión de que se trata de una hipótesis altísimamente inviable: malas relaciones con el PSG, alto salario, fea salida del club en su momento. No va a ser, y si no va a ser será legitimo preguntarse qué carajo hace Neymar en la portada de Sport. El que sí procede que venga a la portada de Mundo Deportivo, en cambio, es Coutinho, que se va a marchar del Barça con un fracaso sin paliativos a sus espaldas y después de haber costado 170 millones de euros y teniendo que irse ahora por unos 100. Si eso sucede en el Real Madrid, queridos amigos, Florentino tiene que disculparse ante el planeta tierra, en horario de máxima audiencia y en uno de esos programas en los que tienes que tocar miriadas de lombrices con los ojos tapados entre los gritos de asco del público.

Pasad un buen día.