Es Morata futbolista
De copete y gran tronío,
Delantero metegoles,
Aun con cara de estreñido,
Marca tantos con la espalda,
Con la diestra, el colodrillo,
Con la testa, rabadilla,
Y también el pinganillo.
Ha pasado por mil clubes,
Mil estadios, mil equipos,
Y con todos él soñaba
-¡Qué caprichos del destino!-,
Con el chup-chup del chupete
Musicándole el hocico
De lactante, mamoncete
Visionario y creativo.
Ahora parla colchonero,
Que es idioma muy sentido,
El lenguaje de los indios
Por los blancos no entendido,
Que al perder le dicen gloria,
Honor, fama, feliz brillo,
Y se jactan muy ufanos
De ser losers presumidos.
Rojo y blanco son por tanto
Los colores moratinos,
Su pasado madridista
Bajo llaves escondido,
Abjurado, renegado.
¡Fueron años tan baldíos;
El Madrid, tan exigente;
Los laureles, tan esquivos!
Impaciente, descontento,
Con el ceño muy fruncido
Cejijunto, compungido
Pidió irse, ser vendido,
Y sus huesos acabaron
En las calles de Torino
¡Qué loor de multitudes,
Qué ilusión de rosa y vino!
A despecho de constancia
-fue dos veces juventino-,
Ay, las cosas no salieron
Como hubiese preferido,
Y así, vecchia la signora,
Tan distante de su estilo,
Ver no supo la belleza
De su fútbol de pestiño.
Un avión llevóle a Londres,
Hombre audaz y decidido,
A buscar nuevos honores
Bajo escudo chelseatino,
Y comiendo magdalenas,
Del así tiempo perdido,
Pues los British son muy suyos
No hay allí quien hile fino,
Que conducen por la izquierda,
Llueve mucho, hace frío,
Beben, ay, vino caliente
Y hablan raro y sin sentido.
“¡Qué locura, qué desgracia,
Un sindiós, un desatino.
Ya no quiero marcar goles,
Sólo ya tengo un pedido:
Volver pronto a los Madriles,
A los callos y a mi equipo,
Que de Murcia es Aladino,
Y de Memphis, Malakito”.
Y al calor del Manzanares,
Junto al Cholo renegrido
-negro traje, testa negra-
Regresó muy enternecido.
Ya no brama la tormenta
Sobre el mar embravecido,
Que ha encontrado nuestro hombre
En el Wanda cerecino
Un hogar, una familia
Y el descanso merecido:
La afición le quiere mucho
Y él golea agradecido.
Mas el fin de aquesta historia
No es feliz, más bien jodío,
Pues Morata, aunque golea,
Falta ha de regocijo.
¿Qué razón, qué desventura
Ocasiona el desvarío?
¿A qué mal de ojo o hechizo
Obedece el sinsentido?
Uno piensa y uno acaba
Que no hay tal, amigos míos,
No es embrujo ni es hechizo,
Lo que ocurre es conocido:
El Atleti, vulgo el Pupas,
Sabe bien que su destino
Es la envidia y es el fiasco,
El llorar por lo perdido.
Va Morata, nuestro hombre,
Muy pimpante y regordío,
Y al Girona, tan crecido,
Con tres goles le hace un trío.
Mas el gozo dura poco,
Que el Atleti es conocido
Por obrar grandes milagros
Que le pierden los partidos.
Ahora un hombre feo y negro,
Mas de blanco revestido,
Alevoso le ha agarrado
De improviso el pezoncillo,
El ring-ring puesto en la teta,
Que nos da al roce gustito.
Con sus dedos lo ha pinzado
Sin pudor ni señorío.
¡Qué descaro, qué indecoro
Dar ahí tal pellizquito,
Pues en zona tan sensible
Mucho duele ese repizco!
Ni tarjeta ni repruebo
Mereció tal desatino,
Desafuero, canallada,
Felonía de morisco.
Y así anda el buen Morata
Con su gesto desabrido:
La injusticia del pellizco
Y el desmán de su vecino
A su rostro afloran luego
El semblante de estreñido.
Y don Alvaro se enfada,
Que es la fuerza de su sino.
Genial!!
Un buen jugador pero no top ni mucho menos que ha estado en equipos demasiado grandes para él salvo el pateti.
Por un año no fué el relevo ante la espantada de Cristiano, mejor que los recambios que fueron fichado los siguientes años como 9 hubiera sido aunque el 9 ideal para todo un Madrid no.
De lo bocachancas que ha sido en lo de sus aficiones futbolísticas en función de adónde le llevaba su vida profesional está todo claro, yo cuando veo en Realmadrid TV la repetición de la final de la décima y le veo todo contento festejarla contra el que es su equipo ahora no puedo más que alegrarme por porque por lo menos sabrá lo que es ganar una Champions, por cierto en esa final está Courtois que yo creo que ahí se dió cuenta de que no estaba en el lado correcto de la historia.
Pero que dicha y que gozo es leer a Johm Falstaff.
Me sorprendes!!!