Fue Roberto Carlos uno de los galácticos que ya estaban. Porque luego fueron llegando de año en año como regalos de verano. Aquella época fue un disfrute fuera (y también dentro) del campo. Yo recuerdo vivirla maravillado al ver pasar uno tras otro a aquellos jugadores. No volveremos a ver nada parecido. Figo, Zidane, Ronaldo, Beckham. Parecían los mejores años de nuestra vida. Aquello fue una idea fantástica que no acabó resultando del todo porque también era arriesgada.
Pero en el Madrid los egos se calman de un modo distinto al de los demás. ¿Se imaginan ese plantel en Barcelona? Yo imagino cada entrenamiento y cada partido como el viaje en tren de Some Like It Hot. En Madrid fue más bien como los Ocean’s Eleven de Frank Sinatra. En realidad, Roberto Carlos fue un galáctico, un quinto del Ferrari y un capellista (las dos veces) sin discusión ninguna, ni en el equipo ni en la afición. Ni un solo entrenador lo sentó, ni un solo aficionado lo pitó. Era la suya una forma de cumplir como casi no hemos visto otra.
Dicen que uno es tan bueno como la mejor cosa que ha hecho en la vida. Yo no sé si la mejor cosa que ha hecho Roberto Carlos en un campo de fútbol es ese zurdazo top spin con el exterior. Probablemente no, pero yo miro su carrera vestido de blanco y lo veo como ese balón, haciendo la misma curva tremenda al acercarse a la portería contraria movido como una locomotora de vapor (esas piernas se movían como ruedas de ferrocarril), que tan ligera era en su fuerza bruta como pesado, por ejemplo, fue después el talento único del sucesor Marcelo.
Roberto Carlos tenía una aerodinámica natural, balística. Cortaba el aire mejor que ningún futbolista de su tiempo y de cualquier tiempo. ¿Qué equipo no suspiraba por tener al brasileño? La fuerza de aquel Madrid, el arma de ningún modo secreta, venía de aquella banda suya, galopada una y otra vez como por los cuarenta caballos del Grand National, en la que siempre se le veía, pero no todas las veces se le oía. Verlo a toda velocidad era como contemplar un engendro mecánico cuyo envoltorio blanco se agitaba como hecho jirones por la fuerza del viento.
Era asombroso observar cómo bajaba y subía sin parar por aquella llanura memorizada metro a metro por esas piernas filosofales. Era la joya más preciada en lo más puro de nuestra intimidad y la menos iluminada del mundo, alejada de los focos en ese escaparate lateral, allí donde la luz siempre fue más tenue que en los medios.
Mensaje de Roberto Carlos
Puja por las botas de Roberto Carlos
EL MEJOR LATERAL IZQUIERDO QUE HEMOS TENIDO.
HALA MADRID!!!!!
El mejor lateral de todos los tiempos. Fantástico, maravilloso, extraordinario. No hay palabras para definirle con precisión.
¿Puede ser Roberto Carlos uno de los fichajes más rentables de la historia del Real Madrid?
Mejor lateral que Camacho no creo, lo que si hizo internacional a Figo y a Joaquin y la cabeza como una maraca de Machin
Ejem.
Pues discrepo en que nadie le pitó. Incluso siendo un portento inigualable se le acusó de no defender, igual que luego a Marcelo, y de tirar todas las faltas y fallar muchas, el que recuerde a Cristiano le sonará esto un poco. Así que cuando empezó a afeitar canas algún sector conocido del Bernabéu la tomó con él, y era difícil encajar un gol que presuntamente no fuera culpa suya. Así que da igual a quién pongamos, que como sea medio técnico los cargos serán eternamente los mismos.
Yo no sé si fue el mejor lateral, lo que recuerdo muy bien es que nunca me he divertido tanto.
Lo de que nadie nunca lo pitó habría que aclarar que sería por cuestiones meramente deportivas, por lo que hacía en el campo, porque vamos, me acuerdo yo de que en el partido posterior a la dimisión de Camacho (contra el Osasuna), la pitada que le pegaba todo el estadio cada vez que tocaba la pelota se escuchaba a kilómetros.