Hemos pensado que era necesaria una sección que glosara la obra y milagros de aquellos árbitros, presentes y pretéritos, que con sus designios han influido en la trayectoria deportiva del Real Madrid. En “Vidas de santos”, autores galernautas componen la hagiografía de estos ilustres colegiados que han ascendido al santoral de la ignominia.
El colegiado Rigo es un personaje funesto de la historia blanca por sus arbitrajes al Real Madrid a mediados y a finales de la década de los 60, con especial mención al de la final de la Copa del Generalísimo 1968 que se quedó con el sobrenombre de ‘las botellas’.
Antonio Rigo Sureda era un trencilla mallorquín que ascendió a Primera división en la temporada 1963-1964. En total dirigió al conjunto merengue en 15 partidos oficiales (13 de Liga y 2 Copa), con unas estadísticas llamativas de ocho victorias (53%), un empate (7%) y seis derrotas (40%). Todos los partidos ligueros perdidos (5) por el conjunto merengue fueron a domicilio: dos en el Camp Nou y uno en Altabix (Elche), Pasarón (Pontevedra) y La Rosaleda (CD Málaga). Rigo dirigió partidos al Real Madrid en las campañas 63-64, 65-66, 66-67 y 67-68 y en tres de ellas el cuadro merengue se hizo con el título de Liga. En esos cuatro cursos los capitalinos contabilizaron 18 derrotas en el campeonato doméstico con cinco de ellas llevando la firma del balear, lo que hace un 27% del total.
En la época se sospechaba que era un árbitro de cámara del Barça sobre todo por lo acaecido durante varias rondas de la Copa de 68. Como bien relata Alfredo Relaño en su magnífico blog ‘Memorias en blanco y negro’, eran habituales las quejas del equipo adversario cuando se enfrentaban al Barça con Rigo como juez de la contienda. En cuartos de la Copa del Generalísimo se midieron Athletic y FC Barcelona con el colegiado mallorquín en ambos choques. El malestar en Bilbao por su papel en los dos partidos duró semanas. Para más inri, en semifinales, el cuadro blaugrana se enfrentó al Atlético de Madrid y de nuevo arbitró los dos duelos. En la ida vencieron los rojiblancos por 1-0 pero se marcharon indignados por la no señalización de dos penaltis. En la vuelta, el partido iba camino de la prórroga pero un gran descuento de Rigo trajo consigo el 3-1 culé para desesperación e indignación colchonera que volvió muy enfadado de la Ciudad Condal.
Rigo arbitró cinco partidos al Barça en la Copa de 1968. Los dos encuentros de cuartos, los dos de semifinales y la final
Después de todos estos hechos el bombazo llegó cuando se conoció su designación para la final de Copa entre Real Madrid y Barça en el Santiago Bernabéu. El equipo blanco desconfiaba notablemente e intentó cambiar la designación pero la Federación lo rechazó. También la entidad azulgrana se quejó de la sede por ser el Santiago Bernabéu, pero el organismo español esgrimió que era un terreno neutral sin privilegio de entradas para los madridistas.
La final se la llevó el Barça por la mínima con un tanto en propia puerta de Zunzunegui y con un arbitraje atroz de Rigo que permitió mucha agresividad y entradas duras del Barcelona. Gallego, por ejemplo, volteó a Pirri —que resultó lesionado— y a Serena, y Torres también golpeó de manera muy fuerte a Amancio. A cada acción de este tipo se arrojaron multitud de botellas al terreno de juego desde la zona madridista. Por último, se reclamaron dos penaltis, uno sobre Amancio y otro por derribo de Eladio a Serena con Rigo inhibiéndose totalmente de la jugada.
El Barça recibió la copa con gritos del público de ¡Rigo, campeón! y se retiró mientras todavía caía alguna botella, lo que conllevó la posterior prohibición de envases de vidrio en los estadios del fútbol español. No hubo sanción para el Real Madrid pese a las reclamaciones culés porque la organizadora de la final fue la Federación Española y Antonio Rigo quedó señalado. El Real Madrid lo recusó (luego lo harían otros ocho clubes más) y nunca más volvió a pitar a los blancos.
El Real Madrid recusó a Rigo tras la final copera y no lo volvió a arbitrar jamás. Llegó a tener recusaciones de nueve clubes a la vez en la temporada 1975-1976
En una entrevista al diario AS en 2005, Rigo declaró que “desde ese día fui antimadridista más que barcelonista” o que “la mano del Madrid llegaba muy lejos y me perjudicaba”. También negó lo que se publicó en la prensa de que el Barça le puso un negocio en Palma y un chalet. En aquellos años se llegó a escuchar que los propios futbolistas del Barça, conocedores de su tendencia, le comentaban en el propio césped que les pitase más faltas para que no fuese todo tan evidente y llamativo.
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Por decoro, respeto a las normas de la Galerna y sobre todo porque estamos en horario infantil, me abstendré en definir a ese culegiado balear con aquella expresión española harto elocuente compuesta de 3 palabras que contienen las 5 vocales (sin repetir ninguna de ellas).