Déjame entrar es una muy notable película sueca que, teniendo tema vampírico como trasunto, narra un bellísimo amor infantil a base de silencios y formidables contrastes entre la blancura de la nieve y la escasa luz del entorno, entre el frío casi polar del país nórdico donde se desarrolla la historia y el calor de los afectos, las complicidades y las ternuras. En una piscina tiene lugar una de las escenas más destacadas de la película, un momento lleno de inteligencia narrativa, desazón y camaradería.
No hay duda de que tiene mucha enjundia el tema que sorprendentemente destaca hoy Marca. Solo hay que leer el atinado texto que acompaña al titular para estar informados del asunto y reabrir el debate sobre la edad de los deportistas de alta competición. Por lo tanto, no es que no agradezcamos que Marca (o cualquier otro medio) se atreva a salir del eterno retorno de lo mismo en que se ha convertido nuestra prensa deportiva (véase luego el As de hoy, por ejemplo); no es que no creamos conveniente ocuparse de temas más comprometidos, pero ya puestos a tan loable tarea, tal vez la cosa misma pida un tratamiento tan inteligente como el de la película sueca reseñada más arriba. De lo contrario, se corre el riesgo de que asunto tan delicado (y más por ser niños los protagonistas) quede lastrado por desparpajos que bordeen la desfachatez. Que "una niña de diez años" provoque "un maremoto" porque esa niña compite en los Mundiales de natación, porque las piscinas se llenan de agua y porque los maremotos ocurren solo en el agua (aunque sea en la salada del mar) es cuanto menos una torpe asociación de ideas por lo que tiene de gracejo algo amarillo en tema tan ajeno a lo gracioso. Y aún más cuando ya el titular se desata con un "Pezqueñines no gracias" (así, sin comas) sobre el que preferimos no abundar. Si este Portanálisis tuviera algún tipo de intención didáctica, que no la tiene, estaría tentado de decirle a Marca aquello de "zapatero, a tus zapatos", aunque esos zapatos ocasionen habituales llagas al club de nuestros amores.
Menos mal que As nos reconcilia hoy con lo de siempre, es decir, con lo mismo de ayer, que viene a coincidir con lo de anteayer, y apostaríamos sin apenas riesgo al afirmar que será muy parecido a lo de mañana. Dice Relaño que "De Gea se desespera", pero nosotros le informamos de que somos nosotros los desesperados, no por el asunto De Gea precisamente (ya ha quedado dicho en La Galerna que confiamos plenamente en los dos porteros que hoy tiene el Madrid en nómina), sino por esta incansable pero extenuante repetición (y repetición de la repetición) con la que nos tortura la prensa deportiva en verano. Al menos, el día de la marmota de Atrapado en el tiempo tenía lugar en invierno, y allí podríamos abrigarnos, deleitarnos con alguna bebida caliente, o buscar la cercanía benéfica de una chimenea para descansar y encontrar hogar, pero ya nos dirán ustedes en qué recoveco meternos en pleno agosto relañista, inclemente hasta decir basta. Si así lo desean, no descarten pensar en este Portanálisis como uno de esos improbables refugios contra esta pertinaz canícula no precisamente meteorológica.
La prensa catalana también tiene su particular modo de vivir en el día de la marmota, para ellos un día de esplendor y felicidad, un eterno verano del amor, un cantar loas y alabanzas, sobre todo a Messi. En esta ocasión, Mundo Deportivo canta una bella tonada en la que es Unai Emery el antagonista del héroe, o mejor, el damnificado, el arrodillado ante las armas del valeroso caballero de Rosario. Parecen ser sus botas esas armas, y parece Emery como uno de aquellos niños que son encogidos por su padre en la inefable Cariño, he encogido a los niños. No es que veamos parecido alguno entre el protagonista de esa película (?) -Rick Moranis- y el crack argentino, pero les invitamos a repasar algunas fotos de los implicados por si estuviéramos equivocados en no vérselo. En todo caso, tenemos suerte de que en la corta historia de este Portanálisis ya hayamos visto portadas realmente perturbadoras por la audacia excesiva (que no fealdad, aunque sí) de sus diseños, porque de no ser así, diríamos que esta que hoy nos presenta Mundo Deportivo sería la más audaz.
Pero puestos a hablar de audacia, hagámoslo desde las cimas más altas, que sin duda alcanza hoy Sport. Si hace unos días Mundo Deportivo pedía a gritos el Pulitzer con un histórico top secret, hoy Sport no quiere ser menos y nos abre los ojos con un confidencial de altos vuelos informativos: "El tridente quiere el sextete", reza la acuciante noticia, y ya nos gustaría estar un poco alejados de los vaivenes del mundo del fútbol para leer semejante titular sin entender absolutamente nada de lo que quiere decir. ¿Tridente? ¿Sextete? ¿De qué habla esta gente? Pero no. Sabemos bien de qué hablan, y tal vez eso bastaría para buscar con urgencia asesoramiento médico, o al menos la compañía siempre benefactora de un simple diccionario de la lengua española (con perdón para Sport). Los sinónimos de audacia son muy reveladores.
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Un comentario en: Riesgos de la audacia
Ya está MARCA intentando dar lecciones y colgarse medallitas para acabar haciendo el ridículo como siempre.