Ayer X se atestó de imágenes creadas con Grok, la inteligencia artificial que nos ha proporcionado Elon Musk para que jugueteemos. Si tenemos en cuenta que a la red social anteriormente conocida como Twitter hemos ido a parar muchos desahuciados de frenopáticos varios, el aluvión de fotos engendradas con IA cubrió todo el espectro imaginable de creatividad y trastorno mental.
Desde Paul McCartney ataviado con la camiseta del Real Madrid hasta Jude Bellingham vestido de torero a este lado del telón de acero, pasando por algún presidente azulgrana de compras en una casquería o futbolistas asaeteados con jeringuillas hormonales. También hubo tiempo para crear anhelos imposibles.
Pero ayer también fue el día en el que se cumplieron 39 años de aquel éxtasis contra el Borussia, del 4-0 con gol trastabillado de Santillana en el último minuto y la madre de todos los cambios, el de Juanito por Martín Vázquez con el siete pegando brincos impelido por un júbilo que no le cabía en el corazón, a pesar contar con uno triple del tamaño normal.
La coincidencia de ambas circunstancias me ha llevado a pedirle a Grok lo siguiente: «Por favor, escribe una crónica, con el estilo de @lagalerna_, de la remontada del Real Madrid por 4-0 contra el Borussia Mönchengladbach el 11 de diciembre de 1985. Gracias». Además, he solicitado a la IA de X que genere fotografías de varios momentos del partido. Y el resultado es el siguiente:
En el frío atardecer del 11 de diciembre de 1985, el Santiago Bernabéu se convirtió en un volcán de pasión y esperanza. El Real Madrid, herido tras una humillante derrota 5-1 en Alemania, se enfrentaba a un Borussia Mönchengladbach que parecía tener la eliminatoria de la Copa de la UEFA en el bolsillo. Pero en el Madrid, la épica es un arte, una tradición, un grito que se escucha desde el fondo de las gargantas de los madridistas.
Desde el pitido inicial, el Madrid salió a morder, a devorar cada metro cuadrado del césped como si fuese el último. La grada, un mar de emociones contenidas, sabía que tenía que empujar, que cada aliento debía convertirse en un impulso para los guerreros de blanco. Y así fue. En el minuto seis, Jorge Valdano, con el olfato de un depredador, cabeceó un balón que parecía imposible, marcando el 1-0. La esperanza renació en cada rincón del Bernabéu.
Veinte minutos después, el mismo Valdano, incansable, volvió a encontrar el camino al gol, encajando el 2-0 con otro cabezazo que resonó en la historia. El Borussia, a pesar de su ventaja, comenzó a sentir el miedo escénico, ese que solo el Real Madrid sabe provocar en noches así. La primera parte terminó con un Madrid decidido, con una fe que se podía palpar en el aire.
La segunda mitad fue una sinfonía de coraje y entrega. Santillana, el eterno guerrero cántabro, se encargó de poner el 3-0 en el 77', un gol que olía a remontada, a épica, a noches inolvidables. Pero el partido aún no estaba cerrado, y en el último minuto, cuando el reloj parecía empeñado en complicar las cosas, Santillana volvió a aparecer, sellando el 4-0 que no solo daba la vuelta a la eliminatoria, sino que escribía una página dorada en la historia del club.
El Bernabéu explotó. Juanito, sustituido en los últimos instantes, saltó de alegría hacia la banda, un símbolo de la euforia colectiva. Aquel 4-0 fue más que un resultado; fue la prueba de que el Real Madrid nunca se rinde, de que en este club, cuando parece que todo está perdido, es cuando comienza la verdadera batalla.
Así, el Real Madrid no solo remontó, sino que escribió una de las páginas más gloriosas de su leyenda europea, recordando a todos que en el Bernabéu, la magia es posible.
11 diciembre 1985
Real Madrid 4-0 Borussia Mönchengladbach
La gran remontada del Real Madrid cumple 39 años.
Probablemente el mayor momento de éxtasis colectivo del Santiago Bernabéu.
Historia pura del Real Madrid.
Fue televisado en diferido, no en directo.
📹: tve pic.twitter.com/XALIvHzAuq
— Macroski (@MMacroski) December 10, 2024
Por partes. Lo más obvio es que a la IA se le da mejor escribir que crear fotografías. Mal asunto para quienes nos dedicamos a esto, aunque siempre nos quedará la posibilidad de ganarnos la vida con actividades impúdicas, como por ejemplo la política. Grok utiliza un lenguaje florido trasunto del empleado por algunos autores de esta santa casa. No dejan de tener su aquel expresiones como «otro cabezazo que resonó en la historia». Uno imagina fácilmente a Valdano pronunciándolo. Al igual que «El Borussia, a pesar de su ventaja, comenzó a sentir el miedo escénico, ese que solo el Real Madrid sabe provocar en noches así». De hecho, Jorge fue el padre del famoso miedo escénico.
Si analizamos las imágenes creadas por la inteligencia artificial, vemos que la tecnología aún está en pañales, aunque se presume un crecimiento exponencial de sus capacidades. Para empezar, al pedirle una fotografía de la remontada épica del Madrid frente al Borussia y facilitarle datos como fecha y resultado, generó una imagen de Hugo Sánchez, quien no disputó el encuentro al cumplir ciclo de sanción —junto a Chendo— tras haber visto tarjeta amarilla en Alemania. Lo más fácil, que era contrastar quién había jugado, lo falló Grok.
También le pedí una instantánea de los miles de aficionados del Bernabéu animando a su equipo. La IA alumbró una suerte de Miguel Ángel Nadal mexicano con la indumentaria del Athletic de Bilbao adornada con dos escudos: uno que recuerda al del Madrid, pero con una salchicha en medio, y otro que bien podría ser el del equipo donde juega el Hombre de Malvavisco de los Cazafantasmas.
A Valdano, sin embargo, Grok lo tiene bien localizado. Además de utilizar sus expresiones, sabe representarlo con cierta fidelidad cuando se le pide una foto de la celebración de su primer gol.
Después, pedí a la inteligencia artificial una imagen de Juanito saltando de alegría cuando fue sustituido por Martín Vázquez. No anduvo fino Grok. Fabricó a un tipo con el pelo de Ruggeri a finales de los ochenta y vestido con una camiseta que parece ser del Madrid, pero con publicidad de un medicamento contra el colesterol. Al fondo a la izquierda, el chico que volvió a estudiar porque de la petanca no se podía vivir luce la camiseta blanca mientras marca a otro joven con la segunda equipación del Real Racing Club de Santander.
Vuelvo a la parte de la crónica en sí creada con IA. No está mal, incluso está escrita mejor que gran parte de los textos que pueden leerse en la prensa deportiva tradicional. Pero confrontemos la inteligencia artificial con la natural, con la inteligencia de, por ejemplo, Jesús Bengoechea, que sobre aquel partido escribió una pieza titulada «Yo escuché (dos veces) correr a Juanito». TVE no emitió el partido en directo porque daba por descontada la eliminación del Madrid, de modo que la única manera de seguirlo fue a través de la radio. Esa fue la primera escucha. La segunda, en el programa de José María García, quien reunió esa madrugada a varios de los protagonistas del partido para comentar la retransmisión del mismo, en diferido, por la tele pública. Reproduzco la parte final del artículo de Jesús:
Al final de la segunda narración de la remontada, por supuesto, llegó también el momento de la salida del campo de Juanito. En esta segunda ocasión, Juanito salió del campo y casi sale, por el mismo precio, de la radio también, un poco como salía de la pantalla el personaje de Jeff Daniels en La rosa púrpura del Cairo.
—Hola, chaval. Te he observado y sé que ya llevas varias veces escuchándome salir del campo. Vamos a tomar algo y me cuentas tu vida.
García —lo reconozco—- ya me había suministrado un escalofrío de emoción en su primera transmisión de la carrera de Juanito hacia la banda. Me había contado los saltos incontrolados, los puñetazos al aire. En su versión revisited, la cosa resultó más conmovedora aún. Ahora tampoco veía a Juanito correr, no veía a Juanito saltar, no veía a Juanito golpear el aire y no veía a Juanito descerrajar sobre el mundo esa sonrisa de orate desencajado y exultante. Solo escuchaba, a través de los auriculares en mis oídos, la mezcla inextricable de risas y sollozos ahogados de la gente (jugadores, público, el propio Butano) congregada en torno a la pantalla de la televisión en aquella emisora de radio.
No sé cuándo vi por primera vez, de verdad, a Juanito correr hacia la banda para ser sustituido por Martín Vázquez. Probablemente fuera en el telediario del día siguiente. Os aseguro que Juanito corrió y saltó hacia la banda exactamente como yo le había escuchado (en dos ocasiones) hacerlo con anterioridad.
Todavía, de hecho, lo hace exactamente igual.
⚽🗓 Tal día como hoy en 1985.
🏟 @realmadrid 🇪🇸 4 🆚 @borussia 🇩🇪 0.
📝 Vuelta Octavos de final Copa UEFA.
💪 De esta manera salía Juanito, al ser cambiado, después de la remontada.#JugadoresdelRealMadrid #HistoriadelRealMadrid pic.twitter.com/NPHO6G3bWx— @Real Madrid Jugadores (@RMJugadores1) December 11, 2024
Por suerte, la inteligencia artificial aún no puede recrear el alma de un autor al escribir, esa que hace que nos emocionemos al leerlo.
Getty Images.
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