Relaño, Dickens y la tía Lola

Hola, ¿a que no adivináis con qué diario vamos a empezar hoy nuestro recuento habitual? ¿Será por ventura con nuestro favorito indiscutible en el 80% de las ocasiones?

Muy bien podemos decir sin temor a exagerar que podría haber un antes y un después en el periodismo deportivo tras la portada con la que hoy nos deleita As.

Hace tiempo que se superó el punto, queridos galernautas, en que empezó a ser noticia el que no hubiera noticias, pues la necesidad por parte del periodismo deportivo de llenar páginas y minutos de televisión diarios alimenta asimismo la necesidad de esa hazaña. Lo que no tenemos constancia de que su hubiera producido antes es lo que, merced al Diario de la Ouija, se ha producido hoy. Hoy en As es titular lo dicho por alguien que simplemente dice que no tiene nada que decir.

Hay una especie de metalingüismo filosófico en esto de que Benítez nos diga a cinco columnas que no tiene nada que decirnos. Es una cosa un poco socrática si se nos apura, aunque bien pensado hace tiempo que sabemos que Relaño solo sabe que no sabe nada sin necesidad de que Benítez venga a contarnos que no nos cuenta nada de particular.

Condecorar con el titular de portada las declaraciones de alguien cuyas declaraciones consisten en decir que no tiene nada que declarar es algo que nos recuerda poderosamente no solo a Séneca, sino también a nuestra tía Lola, quien allá en la lejana infancia solía personarse en las tertulias de cada noche en la casa veraniega del Espinar para anunciar que esa noche no iba a asistir. Luego se quedaba en la tertulia hasta las tantas de la mañana, claro, a diferencia de Benítez, que parece tener muy pocas ganas de hablar. Mejor dicho: no quiere hablar sobre De Gea con As, mereciendo con ello (como decimos) el honor de la portada. En verdad os digo que no os digo absolutamente nada. O, como decía nuestra abuela Fuencisla, quien también solía asistir a aquellas tertulias donde se personaba la tía Lola para advertir que no iba a personarse, "te digo que te digo".

En este caso es lo contrario. En este caso Benítez nos dice que no nos dice, lo que no impide que su no decir se nos venda con ínfulas de argumento trascendente. ¿O no son solo los argumentos de esa índole los que -el propio nombre lo dice- trascienden sobre el resto mereciendo la portada?

Sí tendrá, imaginamos, ganas Benítez de decir cientos y cientos de cosas a colegas tan ilustres como Klopp, Allegri o el mismísimo Ancelotti. También andaba por ahí Simeone, quien a buen seguro habrá felicitado a Benítez por la Liga 15/16 que el argentino ya nos otorgó cuando apenas se iniciaba el verano, pues somos un club muy poderoso y esta temporada todo hace indicar que hemos vuelto a comprar a todos los árbitros de España, tal y como hemos hecho en tantas y tantas de las últimas ligas, la mayoría de las cuales nos hemos llevado de calle gracias única y exclusivamente al apoyo de los colegiados.

Por lo demás, Alfredo, qué fea es la expresión "comerse el marrón". ¿No tenías a mano otra menos zafia?

Pedrito, en cambio, sí tiene algo que contarnos desde la portada de Marca, a saber: bajo el caparazón mezquino y cascarrabias del avaro Mr. Scrooge late en realidad un corazón pleno de ternura y afabilidad. En este caso parece que los fantasmas de las navidades pasadas, presentes y futuras no han visitado a Scrooge sino al propio Pedrito, o eso habremos de concluir a raíz de la epifanía vivida por el buen delantero canario a su llegada al Chelsea.

El fantasma de las navidades futuras ha debido de recordarle a Pedrito que a partir de ahora jugará en el Chelsea y no le conviene hablar mal de quien en el porvenir inmediato será su entrenador. Todo ello sin perjuicio de que sus palabras sean sinceras.

El de las navidades presentes le ha puesto delante de un redactor de Marca con una grabadora y le ha dicho que, como sucede cada vez que un jugador se concentra con su selección, y a diferencia de lo que pasa cuando los futbolistas están bajo la disciplina de sus clubes, puede decir lo que le dé la gana, lo que en este caso implica decir incluso lo contrario de lo que el redactor querría tal vez oír.

El que no nos parece que haya hecho un buen trabajo es el fantasma de las navidades pasadas. ¿Es que Mou cambia mucho en el cara a cara o es que tú, querido Pedrito, le conociste en la época en que tus compañeros y tú hacíais como la mayoría de camareros de Los Angeles, es decir, ejercer otro oficio mientras hacen méritos para desarrollar una inolvidable carrera como actores?

Siendo acojonantemente fea y hortera la portada de Mundo Deportivo de hoy, ese es el menor de sus problemas.

¿Os habéis dado cuenta de que cada año se adelantan más los anuncios de turrón, y ya desde octubre nos ayudan a planear qué modalidades y marcas degustaremos en diciembre? Pues eso no es nada comparado con lo de esta gente, que desde primeros de septiembre nos preparan para lo que ha de acontecer en enero.

Poco que decir sobre la portada de Sport, salvo alegrarnos por la recuperación de Vermaelen y abstenernos de comentarios chuscos sobre la larga baja sufrida por el central.

Es decir, exactamente la misma actitud que en su momento tuvo Sport con Woodgate o Prosinecki.

La risa es siempre buena. Salud y hasta mañana.