Rehab

They wanted me to go to rehab

and I said no, no, no

(Amy Winehouse)

Buenos días, amigos. Lo que Amy Winehouse se negaba a hacer (con las fatales consecuencias que todos conocemos) lo va a hacer Cristiano Ronaldo. Menos mal. Lo necesitaba. Rehabilitarse, queremos decir.

Ahí lo tenéis. "Cristiano busca rehabilitarse ante un Borussia peligroso". Rehabilitarse, nada menos. Esperemos que lo logre, que sea capaz de alzarse desde el fango de podredumbre y adicciones que le consume para volver a meter goles y eso. Más de 350 partidos en siete temporadas, con más de 370 goles, para que venga Alfredo Relaño, director de The Ouija Daily, y aproveche el que lleves dos partidos sin marcar, como resultado de una puesta a punto necesaria tras una lesión de importancia, para dejar caer que tienes que "rehabilitarte".

Alfredo wants to make me go to rehab

And I say yes yes yes

Cristiano dice yes yes yes al rehab que le propone Alfredo, que hoy invoca a Amy Winehouse visto que aquella ouija con Juanito no le salió bien y le acarreó algún descrédito. Cristiano dice que sí, que si Alfredo lo dice él se va a Alemania a habilitarse de nuevo, a volver a ser hábil. El rehab en cuestión va a tener poco que ver con lo que uno espera de un proceso de esas características, y sólo hay que ver la portada de Marca para refrendarlo.

Menudo ambiente para un rehab, amigos. No nos extraña nada que Amy manifestase alguna que otra reticencia. Uno pensaría que la cosa iba más de residencias lujosas con jacuzzis, relajantes jardines, fuentes levemente cantoras, pasillos impolutos, Brahms en el hilo musical y charlas con terapeutas entre asépticas paredes. Resulta que no. Resulta que el rehab que tanto necesita Cristiano implica ponerse frente a un muro negro y amarillo de decenas de miles de teutones entonando cánticos de guerra mientras tu esfínter queda reducido a la mínima expresión. Porque ése y no otro es el ambiente que el Madrid se va a encontrar esta noche en el Westfalenstadion, aderezado además por la presencia de once de los mejores jugadores jóvenes del planeta. Una cita de altura que Jesús Bengoechea disecciona en su previa de hoy. Un partido para hombres. Aunque bueno, el fútbol en sí mismo es un deporte para hombres. Ya lo dijo... Ya lo dijo... ¿Cómo se llamaba este?

Exacto, Luis Suárez, ese extraordinario delantero que como resultado de una peregrinación a Ávila logró una bula papal, con indulgencia plenaria incluida, para agujerear el empeine del rival -resultando el rival severamente censurado por ello-, insultar al mismo y concluir que el fútbol es de machos y que la mujer a la cocina. En ausencia de Messi, la figura de Suárez cobra protagonismo en el barcelonismo mediático y sociológico, acompañado de este otro, claro. ¿Cómo se llamaba?

El imputado. Es verdad, hay muchos imputados, no era la mejor pista. ¿Cómo se llamaba? El rubio.

Es verdad, hay al menos dos imputados rubios. El imputado rubio de bote.

Sigue sin servirnos la pista, hay al menos dos imputados rubios de bote. Y el caso es que lo tenemos en la punta de la lengua.

Exacto. Neymar, o SuperNey, como le llama Sport. Cualquiera de los dos nombres nos viene bien. No tanto Ney a secas, por cuanto nuestro amigo Nacho Vargas tenía un pastor alemán del mismo nombre y la referencia nos llena de confusión. SuperNey nos vale.

Y lo que no sólo también nos vale sino que nos sulibeya, hasta el punto en que no podemos esperar al momento de poner los ojos sobre el "Confidencial" que anuncia esta portada de Sport, es el despliegue de maniobras en la sombra de Florentino con respecto a los problemas judiciales del brasileño. "La alargada sombra de Florentino en el caso Neymar". ¿Cómo de alargada? ¿Cómo la de Luka Doncic, que sigue creciendo de temporada a temporada? De igual forma parecen ir creciendo los poderosos, tenebrosos tentáculos del florentinato.

Nos asombra la capacidad de resistencia de Florentino. No se cansa de llamar a Gallardón. Pero más admirable aún es que Gallardón no se canse tampoco de llamar a Aznar y así sucesivamente. Que a nadie se le canse el dedo de tanto marcar números es algo que sin duda cabe agradecer a la tecnología punta de los smartphones actuales, el más arcaico de los cuales tiene un sistema para guardar los números a modo de listín, lo que desbarata, de hecho, la obligación de recordar números y de marcarlos. Así nadie se cansa, es una maravilla. No se cansa Florentino, no se cansa Gallardón, no se cansa Aznar (porque siguen siendo ellos quienes manejan el cotarro), y de esta forma esta endiablada red de corruptelas, diseñada para desacreditar a SuperNey, sigue funcionando con la eficiencia de un reloj suizo, y así lo seguirá haciendo sin duda hasta el fin de los tiempos.

Qué pena que a alguien de la cadena se le haya estropeado el WhatsApp y esta vez no hayamos podido calentar las bolas del sorteo para sortear (valga la redundancia) al equipo de moda en Europa, al que hoy nos enfrentamos. Qué gran ocasión para decir "Aquí está el campeón de Europa". Digámoslo, diantre.

El resto, galernautas, son zarandajas.