He seguido con detalle el experimento. La FIFA ha probado en un torneo juvenil algunas reglas nuevas para hacer el fútbol más atractivo. Dos partes de 30 minutos. Cambios ilimitados. Saque de banda con el pie. Amarillas: expulsión durante 5 minutos. Faltas y córners: se puede sacar conduciendo el balón, sin pasarle a nadie. Y así. Confieso que me invade una profunda melancolía. ¡El fútbol moderno son mis partidos del recreo!
También Rubiales ha inventado un plan para que los jóvenes vean más partidos de fútbol, pero creo que no incluye sacar a tiktokers vestidas de cheerleader cada vez que alguien marque gol, de modo que no funcionará. Rubiales anunció que en los próximos días le enseñaría sus ideas a Tebas. Pero al de la Liga hace tiempo que se le aparece Florentino por las noches y hasta las tiendas de lencería femenina le recuerdan a la Superliga. Así que ha descartado cualquier propuesta de Rubiales antes de conocerla, como hago yo con el de Orange que llama todos los días a la hora de la siesta.
Lo único seguro es que, tras la polvareda de Florentino (me refiero a la Superliga), todo el mundo le está dando la razón. Los mismos que apostaban incluso por dejar al Madrid fuera de las competiciones, ahora admiten que el fútbol necesita una revolución y están desesperados por dar con una fórmula más atractiva. A Florentino hemos de agradecerle un milagro: haber logrado que en la UEFA y en las federaciones dejen de lado por un instante la fuente de langostinos y el champán francés y se sienten a trabajar; aunque eso también da miedo.
Las propuestas concretas me dejan frío. La idea de Rubiales de jugar en Miami, no sé, me pellizca la duda. Y las cinco ocurrencias de la FIFA, supongo que lo harán todo más veloz. Pero, como dice ahora cualquier tuitero sobre cualquier tema, queda mucho por hacer. Como hombre comprometido desde niño con el asunto de las pelotas, he estado rastreando las leyes de aquellos lejanos partidos del colegio y hay más normas que se podrían renovar.
Te pasabas media hora compitiendo al más alto nivel y, de pronto, sonaba la sirena: clase de matemáticas. ¿A quién se le ocurrió que era una idea brillante interrumpir con raíces cuadradas la hora del fútbol?
La idea de portero-delantero me salvó la vida. Cuando me tocaba, me aburría muchísimo ser guardameta. La posibilidad de compaginarlo con poder subir a marcar goles libremente y después echarle la culpa a los defensas cuando nos marcaban en un contraataque me hizo profundamente feliz. No sé si quiero ver a Courtois en el área contraria en cada córner, pero lo cierto es que eso daría espectáculo. Aunque, bueno, también lo daría incluir seis trampas para oso en cada medio campo y no estoy seguro de que a Čeferin le seduzca la idea.
En el colegio sacábamos todo con el pie y conduciendo, como quiere la FIFA, pero además valía hacerlo desde fuera del campo, y en general nada era falta salvo que al otro niño le asomara el hueso bajo la herida. Por supuesto, no había expulsiones. Llegado a tal extremo, solíamos resolverlo a puñetazos, cosa que, por lo demás, acarreaba suspensión del encuentro y, si había profesores cerca, varios partidos de sanción.
Lo peor de las normas escolares es que eran improvisadas. Te pasabas media hora compitiendo al más alto nivel y, de pronto, sonaba la sirena: clase de matemáticas. ¿A quién se le ocurrió que era una idea brillante interrumpir con raíces cuadradas la hora del fútbol? Aun siendo injusto, había que marcharse. Pero antes, justo antes, siempre algún imbécil (de los que iba perdiendo y, con toda seguridad, del Barça) gritaba aquello de “¡el que marca, gana!”, berrido que constituye la cima del avestrucismo general de los deportistas de élite de la alta competición escolar e hito inolvidable de la Historia del Tongazo estudiantil y el mal perder. Sin embargo, desde fuera, aquellos dos últimos minutos a cara de perro eran vistosos. Tal vez la FIFA debería considerarlo. Eso, o soltar media docena de toros en los últimos minutos.
Y sacar todo con el pie es fundamental. Al fútbol se juega con los pies. Nunca he entendido que tengas que tener unos brazos del tamaño de la tripa de Oriol Junqueras para poder sacar de banda sin hacer el ridículo. En cuanto a los cambios ilimitados, considero que la emoción extrema que provoca que alguien te regale un bombón, se esfuma en cambio si lo que hacen es arrojarte a una piscina llena de chocolate a la taza.
Con todo, yo, que soy más clásico que los cordones de los zapatos de James Stewart, me debato entre darle una vez más la razón a Florentino con la Superliga y presentar todo mi escepticismo ante las ocurrencias de nuevo cuño. De hecho, a día de hoy, sigo pensando que el VAR no es más que un invento satánico para que al Real Madrid puedan sisarle partidos sin que los madridistas canalicemos toda nuestra ira contra un solo árbitro. Incluso aunque fuera eficaz y neutral, el VAR es como salir con SIRI. La exactitud pincha la pasión.
Fotografías: Imago
No me pareció mal la propuesta que adelantó el otro día Relaño, quien en un rapto de lucidez abandonó momentáneamente su cruzada: que los empates en Liga se resuelvan con tandas de penaltis, obteniendo dos puntos el ganador y uno el perdedor.
Me parece una opción muy interesante esta, le daría vidilla a la competición. Aunque sea de Mr. Croquetas.
Vaya ideas de bombero torero. Cuanto más tocan el fútbol más lo estropean. Tandas de penaltis después de los partidos + parones continuados por el engendro del VAR= partidos de fútbol de tres horas y media de duración. Ya solo falta que todos los partidos comiencen en horario prime time y las ruedas de prensa post partido se realizarán a las cuatro de la madrugada. ¿Pero algunos pensáis las cosas antes de escribirlas?
Y que más da el formato o que las reglas cambien.
El Tinglao se adaptará a las nuevas circunstancias.
En el fútbol del futuro reinará la inteligencia. No como ahora donde se venden cuentos como si fueran historias reales.
Pongamos que hablamos de un club . Este club amenaza a varios jugadores con sentarles a ver los partidos en vez de jugar . La razón de esta estrategia es que les queda un año de contrato y piensa que con esta amenaza conseguirá que renueven su vinculación para acto seguido poder venderles al mejor postor.Este es el cuento.
La realidad es que el Barcelona recomendó a Eric García que no renovase su contrato cuando le quedaba un año para agotarlo y después se lo llevó sin aportar un duro a su equipo de procedencia. De poco le sirvió al club inglés que Guardiola le aplicase táctica de sentarle a ver los partidos que disputaban sus compañeros.
Si el Barcelona se puso de acuerdo con Eric García y aguantó un año, lo mismo podría hacer cualquier club con estos jugadores del Barcelona.
En el fútbol del futuro debería ser la prensa ecuánime. Imagínense al Real Madrid amenazando diariamente a jugadores de su plantilla para cuadrar las cuentas. Imagínense al Real Madrid concertando entrevistas públicas con las autoridades para que le flexibilicen las normas que todos están obligados a cumplir.
El Real Madrid tuvo que pagar dinero para perder de vista a un jugador y que se fuese a jugar a otro equipo un año. Éste es el camino legal para buena parte de la plantilla del Barcelona.
Cuando un jugador no quiere moverse de un club como el Real Madrid , el Real Madrid saca la billetera y se joroba , para no incumplir el contrato. Hazard, Mariano, Isco, Jovic, Bale... cobran de un Real Madrid que paga sin rechistar aunque no le hace al club ninguna gracia.Si contamos los goles y asistencias que aportaron en el Real Madrid el año pasado y los comparamos con los millones que cobraron nos darían escalofríos. Y eso que juegan todos el la zona donde se cuecen los goles. Ninguno es defensa.
Se imaginan qué dirían del Real Madrid si estos jugadores estuviesen todo el día apareciendo en la prensa con noticias como la de que si no salen del club se sentarían un año en la grada o que tienen que bajarse un cuarenta por ciento el sueldo.
Si el Real Madrid actuase con la audacia del Barcelona se hubiese quitado de encima a estos jugadores hace mucho tiempo. En el Castilla Raúl les hubiese hecho un hueco.
Ahora el Real Madrid debería tomar nota de los procedimientos del Barcelona para deshacerse de futbolistas " incómodos" que cobran muy por encima de su valor.
Muy buen artículo. Sí, señor.