La culpa (no) fue del reggaetón

Que las portadas de los dos diarios deportivos antes conocidos como Central Lechera (esperamos que ya no, merced a nuestros últimos portanálisis) traigan a nuestras retinas la agradable visión de nuestra selección de fútbol femenina viene a demostrar que ha llegado el verano, un verano que para el madridismo será largo y en el cual albergaremos la sensación de que cada día bajo la sombrilla es una nueva derrota. ¿Quién dijo que esto sería fácil? Desde La Galerna intentaremos ayudar a que todo sea lo más llevadero posible.

Si tenemos que cifrar en unas pocas imágenes la debacle madridista de la campaña que por fin culminó, son varias las fotos que nos vienen a la mente como cuchilladas. Modric llevándose por segunda vez la mano a la pierna, rechinando los dientes. Casillas, haciendo trascender más allá de la suerte del penalti la frase "se lanzó al otro lado" ante Suárez. Carvajal, cometiendo un penalti absurdo a Tévez cuando ya había cubierto su ángulo de tiro. Cristiano, fallando contra el Valencia un penalti cuya transformación habría supuesto con toda probabilidad la remontada. Lo último en lo que pensamos cuando lóbregamente nos regodeamos en el fracaso, la última de las últimas imágenes, es Kevin Roldán.

Hacemos esta reflexión al hilo de las declaraciones del reggaetonero que en su fragmento superior refleja Marca, pero sobre todo a consecuencia de la reacción de parte del madridismo ante las mentadas de Piqué en la celebración del Barça. Parece ser que lo cool es reaccionar diciendo que Piqué es libre de decir lo que buenamente quiera y que (es más) lo sangrante es que TIENE RAZÓN (incluso Pedrerol dixit) porque TODO EMPEZÓ AHÍ. Que nosotros sepamos, el Real Madrid ya había perdido 4-0 contra el Atlético de Madrid en la hora de marras, con carácter muy reciente a la cual se había dejado asimismo puntos que a la postre le costarían la Liga. Nada -salvo unos pasos de baile excesivamente serenos y abochornados de Cristiano- empezó ahí. Si acaso, un discutible escarnio público que nada debería haber tenido que ver con el reggaetón aunque sí con el perreo sufrido, en el terreno estrictamente futbolístico, en partidos acaecidos antes y después de la fiesta.

Lo que queremos decir es que Piqué -además de ser un hortera y un bully sin gracia venido a más- no tiene ninguna razón, y que algo falla cuando su asquerosa transgresión de las más elementales reglas de la discreción y el fair play nos hace volvernos contra los nuestros en lugar de hacerlo contra él. Los nuestros, quizá, merecen invectivas, todo lo serias que se quieran, por habernos abocado a una temporada tan increíblemente amarga. Pero no merecen volver a pasar por un escarnio ya infligido por el simple hecho de que ahora a este cantamañanas se le haya ocurrido intentar destacar de nuevo entre los más destacados bocazas de la vida nacional (o estatal, perdón).

Marca nos trae igualmente a las chicas de la selección femenina, cuya radiante simpatía contrasta con el gesto adusto de Benítez en la franja derecha. El nuevo técnico "ha hablado ya con los capitanes". Es imposible no preguntarse cómo sabe esto Marca, caso de ser cierto. El que Marca lo sepa puede ser un síntoma levemente inquietante o toda una declaración de intenciones de Satán:  "Lo peor no ha pasado". El tiempo lo dirá.

Nos preguntamos, obviamente, de qué habrá hablado Benítez con sus capitanes. ¿Quizá de la conveniencia de marcar líneas de dignidad con su compañero de selección Piqué? No si nos atenemos a las pusilánimes declaraciones de Carvajal al ser preguntado al respecto, pero claro, Carvajal no es capitán. Uno de los capitanes es Ramos, en cuya maestría futbolística tenemos -como Floren en el vídeo de la Décima- depositadas nuestras esperanzas, pero de quien dudamos sea capaz de adoptar una postura pública beligerante contra la infamia de Piqué. La merece y el madridismo necesita verla, Sergio. La gente está harta de que al Madrid solo lo defienda la gente está harta de que al Madrid solo lo defienda la gente está harta de que al Madrid.

Del otro capitán no esperamos mucho, la verdad. Si acaso, una tímida charla en la intimidad.

-No nos ha gustado mucho eso, Gerard. ¿Lo vas a volver a hacer?

-Todas las veces que me salga de los cojones.

-Está bien, pero ni una más, ¿de acuerdo?

No sabemos, de verdad, por qué el barcelonista medio, en las fechas que vivimos, debería necesitar un tratamiento de ondas para los problemas de erección como el que anuncia Sport en la esquina inferior derecha de su portada. Si acaso, como el propio anuncio oferta en su destacado azul, algo para controlar la eyaculación precoz. Vive el barcelonismo fechas de refocile erótico de la cual solo podrían quedar al margen culés con serias disfunciones hormonales. El voyeurismo es discreta y encantadora perversión que ha servido al barcelonismo para ponerse a tono, y no tenemos nada en contra. Ha sido ver al colegiado (Bar)çakir hacer el amor con la Juventus de Turín y elevarse la temperatura íntima de la culerada en cuestión de minutos. Hay quien duda del consentimiento de la Juve en la consecución del coito con el eficiente colegiado turco, y no es este un asunto (nos parece) que deba quedar en el tintero.

Por lo demás, el Barça ha fichado a Aleix Vidal, canterano blaugrana curtido en el Sevilla y, por tanto, carne de CÓRNER DEL ANTI por partida doble. No es para nosotros, ni falta que nos hace con Danilo.

Mundo Deportivo trae también a su portada a Aleix, que con todo el respeto nos la trae al pairo, y anuncia como su competidor (?) barcelonés Sport la dimisión de Bartomeu y la convocatoria de elecciones. Se ha consumado la aberración y Bartoméu (Bartoméu) ha ganado el Triplete. Ya anunciábamos hasta qué punto este eventual suceso, de concretarse, iba a hacernos pensar en el Orson Welles de "El tercer hombre", cuyas palabras en dicha obra maestra citaremos en sentido inverso porque nos conviene más.

<<Suiza: cuatro siglos de paz, amor y prosperidad. Resultado: el reloj de cuco. Italia, durante el periodo de los Borgia: treinta años de violencia, guerra, degeneración. Resultado: el Renacimiento>>.

El Barça ha cimentado su renacimiento (porque había seudofallecido) de la mano de Josep María Borgia, quiérase o no. Y de la de (Bar)çakir, claro: ese epígono de Obrevo.