Real Madrid y Bayern de Munich: políticas paralelas

El 3 de agosto de 2017, el PSG convertía a Neymar en el fichaje más caro de la historia del fútbol: 222 millones de euros. Apenas 3 semanas después, Uli Hoeneß inauguraba en Múnich la FC Bayern Akademie, el nuevo centro de formación del conjunto bávaro.

“Este nuevo Campus es nuestra respuesta a la actual locura y explosión de los traspasos" dijo el presidente durante la presentación.

Una construcción que comenzó a realizarse justo en 2015, casi en paralelo a aquellas declaraciones de Florentino en Cope: “Creemos que debemos tener a aquellos jugadores de España y del mundo que van a ser muy buenos, les seguimos e invertimos pequeñas cantidades en ellos. Si salen bien se revalorizan, si salen mal, ten por seguro que no perdemos dinero. Tenemos que empezar a reinventarnos de esta manera para seguir compitiendo con estos equipos que ahora tienen tantísimo dinero”

Mientras el mercado empezaba a bailar al son de los dueños de las principales reservas de gas natural del planeta. “Mi amigo Pep me contó lo que pasa cuando quiere un jugador. Él reúne algunos vídeos de este jugador y vuela para ver a el Sheikh. Le enseña los vídeos y el jeque transfiere el dinero. Al día siguiente, el jeque sube el gas un poco y recupera esa inversión” contaba un día Hoeneß. La respuesta de los dos clubes más laureados de Europa, Bayern Munich y Real Madrid, ha sido prácticamente la misma: all-in al talento joven.

“La academia del Bayern no ha costado ni la mitad de un Neymar” (costó 70 millones), comentaba orgulloso el alcalde de Múnich Dieter Reiter. Estaban fichando futuro.

Aquel verano, mientras el mundo veía desfilar a Neymar y Mbappe por los Campos Elíseos, Madrid y Bayern cerraban sus plantillas con Ceballos, Theo, Tolisso y Süle. El comienzo de un nuevo orden se terminaría plasmando con una operación muy significativa: James, el último galáctico de Florentino, se marchaba cedido con opción de compra hacia Múnich. Un movimiento que refrendaba todos los temores que tenían ambos presidentes en aquel momento: El Madrid ya no era capaz de encontrar acomodo a una estrella devaluada y las cuentas del Bayern ya no podían permitirse el traspaso de un jugador con una ficha cercana a los 7M€ netos.

“No podemos darnos el lujo de hacer en los próximos cinco años lo mismo que hicimos en los últimos cinco” decía de nuevo Hoeneß, una frase que podría haber firmado literalmente el propio Florentino.

Tanto Bayern como Real Madrid sabían que tendrían que reconstruir en poco tiempo sus respectivas plantillas. Una tarea nada sencilla ya que en ambos casos suponía abordar el fin de ciclo de una de las generaciones que más éxitos habían dado a cada uno de ellos.

No deja de ser curioso que la forma elegida para llevar a cabo esta transformación haya sido prácticamente la misma. Sobre todo teniendo en cuenta que hablamos de 2 de los 4 clubes que más ingresan de Europa.

Desde el 2015 (fecha en la que los jeques empiezan a agitar el árbol) ninguno de los dos clubes más ricos del mundo se encuentran dentro de los 30 equipos que más gasto neto en fichajes han realizado. El caso del Real Madrid ha sido el más extremo. Equipos como el Girona o el Alavés acumularon más gasto neto durante estos últimos 4 años.

La paradoja de todo esto es que mientras el madridismo criticaba a los directivos del Real Madrid por haber elegido esta estrategia (la dinojunta no sabe de fútbol y tal), en paralelo, y casi mimetizando cada uno de nuestros movimientos, el Bayern, club dirigido estrictamente por futbolistas, hacía exactamente lo mismo.

Movimientos que no solo eran coincidentes en el ámbito económico-deportivo sino también en el institucional. Tanto Bayern como Real Madrid han sido los principales impulsores de las diferentes normativas impuestas por la Uefa para realizar un mayor control financiero de las cuentas que evitara el crecimiento de los clubes-estado y frenara la tendencia inflacionista del mercado de fichajes.

La subida del importe de los premios que reciben los grandes clubes por parte de la UEFA en las diferentes competiciones y las modificaciones que se han planteado para la Champions también han sido lideradas por ellos.

Incluso en uno de los documentos filtrados por Football Leaks llegaba a aparecer Rummenigge como el principal ideólogo de la creación de una Superliga a espaldas de la propia ECA, la Asociación de clubes europeos que tiene en jaque a la Uefa y de la hablamos también aquí.

El destino también ha querido que ambos sufran a la vez el declive pronunciado de la mayoría de sus estrellas. Robben, Ribery, Marcelo, Modric, Müller o Bale sufrieron el año pasado tal bajón en su juego, que ha hecho aún más evidente la necesidad de renovar sus plantillas.

Y mientras el Madrid ha apostado por Vinicius, Militao, Rodrygo o Jovic, el Bayern ha apuntado en direcciones parecidas: Alphonso Davies (al que ficharon con 17 años por 12M€, su Vinicius) Lucas Hernández, Pavard o el delantero de 19 años Jann-Fiete Arp.

Y como si todo partiera de un plan preestablecido milimétricamente calculado, ambos llegan a este mercado de fichajes tan importante para ellos con la puesta en marcha de una nueva normativa de control financiero que les favorece ampliamente. ¿Casualidad? No lo creo. A partir de este año la Uefa introduce un nuevo mecanismo de control financiero que impide a los clubes tener un gasto neto en fichajes al año superior a 100M€. Pero ¿esto a los que más perjudica es a los clubes que no hayan fichado años anteriores no? se preguntará algún lector. Realmente no. Como comentaba antes, el trabajo de estos grandes clubes no solo se ha circunscrito a darle la vuelta a su política económica-deportiva, sino que también se ha enfocado a trabajar muy intensamente la parte institucional. Esta nueva medida tiene en cuenta el gasto realizado dentro de un periodo de 3 años, por lo que aquellos clubes que menor gasto tuvieran acumulado son los principales beneficiados. Que Hoeneß y Florentino están detrás del espíritu de esta norma es algo de lo que no me cabe ninguna duda.

“Este verano haremos la mayor inversión de nuestra historia” comentaba un Hoeneß ya convencido de haber conseguido implantar el cordón sanitario adecuado hacia los jeques.

Y con los jeques ya controlados, Bayern y Real Madrid han activado su back to basics casi a la vez. Así que ver cómo lo van a ir desarrollando va a ser el gran atractivo de esta ventana de fichajes. El Bayern, renovando su academia en busca de los próximos Müller, Kroos o Alaba (hace 9 años que no sube nadie solvente al primer equipo tras el debut del austriaco) y acaparando las futuras estrellas del futbol alemán: Werner, Havertz (por el que ya han ofrecido 90 millones) y Sane están entre sus prioridades. ¡Mia san mia! parece gritar Rummenigge.

El Real Madrid, yendo a la caza de los futuros Ramos, Marcelo o Varane (jugadores que llegaron aquí muy jóvenes y que se han convertido en estrellas mundiales dentro del club) con fichajes como Militao, Jovic o Mendy, y lanzándose a por estrellas consagradas que ayuden a crecer a los más jóvenes: Hazard o Pogba. Parece que estemos en 2009.

Si consiguen acertar este verano, habrán conseguido salvar estos años de locura inflacionista sin renunciar sus principios.

Años en los que City, PSG, United y Barça han marcado la pauta de gasto pero que, sin embargo, ahora vuelven a estar de nuevo en la casilla de salida. Porque el Barça, a pesar de ser uno de los 5 equipos que más ha gastado desde 2015, no ha conseguido consolidar ninguno de sus fichajes en el XI titular. La mayoría de ellos, o están ya fuera del club o están en venta. Y el United, tercer equipo en gasto neto de estos mismos años, ha acabado fuera de la Champions y necesita una nueva reconstrucción. Pero esta vez con una importante diferencia: el movimiento de ajedrez de Bayern y Real Madrid con la nueva normativa le obliga, casi irremediablemente, a vender a Pogba para poder seguir invirtiendo y no pasarse con el límite de gasto.

PSG y City, por su parte, llegan a este mercado con el desánimo de unos dueños que han visto que construir plantillas bañadas en oro no es suficiente. En el caso del City, esta temporada ha visto cómo una inversión de 70 millones por Mahrez (que ya ha pedido salir) provocó la pérdida de Jadon Sancho. Algo que a los de Baviera, por ejemplo, nunca les hubiera ocurrido. Tampoco a Florentino.

En el fútbol es clave el estado de ánimo. Pero no solo el que haya en el vestuario, también puede ser decisivo el de los despachos. Y si hay dos equipos en Europa que han salido como motos a comerse el campo, esos son Bayern y Real Madrid. ¡A por ello!