Ramón Mendoza accedió a la presidencia del Real Madrid en 1985 y hasta su marcha diez años y medio más tarde siempre intentó traer a jugadores de talla mundial al club blanco. El mandatario madrileño quedó prendado de la filosofía de Santiago Bernabéu y quería recuperar las contrataciones que tuvo el equipo madridista en el ciclo dorado de los 50.
Entre los fichajes que consiguió con éxito se hallaron Hugo Sánchez en 1985, Bernd Schuster en 1988, Gica Hagi en 1990 o Michael Laudrup en 1994. Sin embargo, durante una década sus deseos con algunos futbolistas no pudieron cumplirse y las negociaciones no llegaron a buen puerto.
En el verano de 1986 el presidente blanco firmó a Buyo y a Mino y además hubo interés y negociaciones con Carlos Bilardo para que fuera el guía del proyecto blanco. Molowny se había retirado de los banquillos y Mendoza en un viaje a México habló con el seleccionador argentino. El técnico tenía que firmar ya y elegir los fichajes pero “les dije que no podía porque estaba dirigiendo la selección. ¡No podía firmar en mitad del Mundial!” comentó tiempo después en una entrevista ‘El Narigón’. El club blanco acabó contratando a Leo Beenhakker.
Al año siguiente fue Ruud Gullit el que estuvo muy cerca de vestir de blanco. El neerlandés estaba aún en el PSV y Mendoza negoció con el gerente del club de Eindhoven en Tenerife, llegando a tener apalabrado el traspaso por cinco millones de dólares. Sin embargo se cruzó en el camino el Milán que ofreció el doble y ‘El Tulipán Negro’ hizo las maletas destino a Italia.
En 1988 el técnico Beenhakker veía con buen ojo el fichaje de un central y ahí entraba el nombre de su compatriota Ronald Koeman. Durante el verano el zaguero confirmó las “ofertas del Real Madrid, Barcelona y la Juventus pero sigo en el PSV”. Años después cuando ya vestía la camiseta del Barça el zaguero neerlandés declaró “supe elegir, supe elegir” en referencia a su buena decisión de fichar por los culés para el curso 89-90.
En 1989 con las incorporaciones de Ruggeri, Hierro o Parra el presidente puso sus miras también en Mikhailichenko. El centrocampista soviético era un jugador muy apetecible entre los grandes de Europa y Mendoza habló con el Dínamo de Kiev, pero en el mes de junio el mandatario blanco confirmó que a “Mikhailichenko no le dejan fichar antes del Mundial”. Así fue y el medio firmó por la Sampdoria.
En el mercado de fichajes de 1990 el club blanco tuvo como uno de los objetivos la contratación de un central. Para este puesto los dos nombres que salieron a la palestra, antes de la firma de Spasic, fueron Aldair y Gica Popescu. El brasileño se había comprometido ya con la Roma cuando Mendoza ofreció 550 millones al Benfica por el traspaso. Por su parte por el rumano el mandatario viajó a la concentración de la selección tricolorii en Liguria en pleno Mundial. Al presidente le gustaba mucho el jugador y habló con él pero finalmente Toshack que no era un gran enamorado de su juego descartó la contratación.
El gran bombazo que buscó Mendoza a finales de la década de los 80 fue la firma de Diego Maradona. El astro argentino quería abandonar el Nápoles y aterrizó en la capital para reunirse junto a Valdano con el presidente merengue. Mendoza estaba con gripe y se reunieron en su casa. Más tarde contaría que ‘El Pelusa’ le “ofreció una negociación que incluía derechos comerciales y de imagen que yo no entendía bien. Era una oferta complicada. En ese momento, era un problema aceptarla. Era un fichaje caro". Y aunque el fichaje no fructificó Maradona quedó encantado con Mendoza al que llamaba cariñosamente ‘Gardel’ y al que invitó a su boda a Buenos Aires tiempo después.
A principios de 1991 Mendoza no confiaba demasiado en Radomir Antic y tanteó la opción de un nuevo técnico que cogiese el timón del equipo y le volviera a hacer campeón de Liga para el curso 1991-1992. El sueño del presidente merengue era Arrigo Sacchi. Se reunió con él en casa de Berlusconi pero la operación era muy costosa y además se cruzó la Federación italiana con una gran oferta para dirigir a la azzurra. Luego la hoja de ruta le hizo decantarse por Pacho Maturana. Con el colombiano se llegó a un acuerdo y todo estaba tan cerrado que hasta el cafetero aconsejaba y daba opinión en los fichajes. Sin embargo la buena imagen ofrecida por el equipo al final de la temporada hizo que se diese un voto de confianza a Antic. En cuanto a jugadores las dos incorporaciones que estuvieron cerca de producirse fueron Lothar Matthäus o José Luis Pérez Caminero. El alemán quería abandonar el Inter para alejarse de Trapattoni y negoció con Mendoza en Ginebra. El gran obstáculo que evitó el acuerdo fue la entidad neroazurri que se cerró en banda a traspasarlo. Por otra parte Caminero había sido canterano merengue y militaba en el Valladolid. Al presidente siempre le había gustado y habló con el dirigente blanquivioleta Gonzalo Gonzalo cuyas pretensiones eran altísimas. El Real Madrid ofreció 300 millones y el Real Valladolid no bajó de 400.
En 1992 saltó la noticia e incluso en algunos medios se dio por confirmado el fichaje de Jürgen Klinsmann por el Real Madrid. El delantero era muy del gusto de Beenhakker que según Mendoza “estaba empeñado en su contratación”. Por su parte el presidente aseguró que no hizo “demasiado por ficharle” aunque ofreció 500 millones al Inter. Finalmente el teutón se marchó al Mónaco.
Claudemir Vitor llegó al Real Madrid en el periodo estival de 1993. El brasileño era un lateral derecho prometedor pero que no fue la primera opción del club. Esa preferencia le correspondía a Cafú, lateral también del São Paulo. Mendoza negoció con los dirigentes paulistas sin éxito pese a sus constantes esfuerzos. Tanta insistencia provocó que la directiva brasileña le ofreciese la alternativa de la cesión de Vitor hasta diciembre, aplazar las negociaciones varios meses y garantizar una opción preferencial de los blancos por Cafú. El defensor jamás se enfundó la zamarra blanca. También en aquellos meses Mendoza puso su ojo en David Ginola y Paulo Futre. El francés un gran diablo por la banda había sido una pesadilla para los blancos en Europa. Mendoza quedó prendado del extremo y tocó la puerta del PSG. Calabazas. No hubo manera de realizar su fichaje y Ginola fue renovado por los parisinos y además le dieron la capitanía del cuadro capitalino. Por su parte el ídolo colchonero estaba cerca de salir del Atlético de Madrid y Gil negoció con Mendoza aunque el presidente rojiblanco no veía clara la operación. Por su parte Mendoza llegó a declarar: “si el entrenador quiere que Futre venga, estoy en condiciones de satisfacer sus deseos”. El portugués abandonó el Atleti pero regresó a su país para jugar en el Benfica.
En 1994 Rubén Sosa, atacante del Inter llegó incluso a posar con la camiseta del Real Madrid ya que se daba por hecho su fichaje. Pero la realidad contada por Mendoza es que “retrasé intencionadamente su fichaje, a pesar de la insistencia de Valdano, porque me parecía que eso iba a dar al traste con el futuro de Zamorano en el Madrid”.
El mercado de fichajes del curso 1995/1996 fue el último de Mendoza como presidente del Real Madrid antes de su salida del club en noviembre. Uno de los casos más recordados fue el de Julen Guerrero. El Madrid inició negociaciones con el Athletic pero el vasco rechazó el ofrecimiento. Mendoza dijo que "fue muy correcto en la negociación, pero no quiso venir. No fue un problema de dinero. Sencillamente, o tuvo miedo o es que no quiso". Además, se estuvo muy cerca de contratar por un millón de dólares al Kily González que jugaba en Rosario Central. El argentino muy del gusto de Valdano y Cappa tuvo en su mano un precontrato para firmar por los blancos pero se metió en medio Maradona que le llamó y le convenció para irse a Boca Juniors. Otro jugador con el que hubo negociaciones muy avanzadas fue el brasileño Zinho que salió en la portada del diario AS con la camiseta del Madrid y declarando “Valdano, llámame”. Pero el cuadro merengue no pudo abonar los 500 millones que exigía su club el Yokohama Flugels japonés. El cuarto futbolista y el que más frustró a Mendoza según sus declaraciones por no llevarlo a cabo fue Luis Figo. El presidente blanco estuvo con su representante y hubo un principio de acuerdo. Es ahí cuando “se nos cruzó el Barcelona”. El agente del luso “quedó en volver, pero se fue a Barcelona” aseveró Mendoza.
Por último, en varias ocasiones y con declaraciones de los protagonistas también se ha constatado el gran interés que tuvo Mendoza en Luis Aragonés y Javier Clemente para que se sentaran en el banquillo blanco. Al técnico madrileño le quiso fichar varias veces pero ‘El Sabio de Hortaleza’ tenía el corazón rojiblanco y no quiso firmar por el vecino de la capital. Mientras que el entrenador vasco estuvo en la órbita blanca cuando dirigía al Athletic. El de Barakaldo declaró recientemente que “estuve a punto de entrenar al Real Madrid con Ramón Mendoza, pero estaba en el Athletic y no me podía ir. No me arrepiento, estaba en mi club y yo, con quien hablé, le dije de esperar a acabar mi contrato, no estar en Bilbao e iba encantado”.
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Luis Aragonés y Javier Clemente, menos mal que nunca llegaron a entrenar al Madrid, mis convicciones madridistas se habrían resquebrajado seriamente. Igual que me ocurre cada vez que escucho lo de Neymar Jr.
Amiguete Barney: Alguien que escribe articulos tan estupendos como el que vd hizo sobre Santillana (aún lo recuerdo), tiene tod el crédito para opinar así. ¿Clemente en el banquillo del RM? ¿Luis? Menos mal. No puedo ni pensar en ello. Es como imaginar a Tyson bailando "El lago de los cisnes", o a Ronald Reagan de columnista en "Pravda".
Jajajaja, buenas comparaciones a fe mía. Muchas gracias por el halago. Saludos.
Lo que se demuestra, es que el Madrid no podía competir en fichajes. No había pasta. La quinta y los veteranos sostuvieron esto hasta que se cayeron.
Con Lorenzo Sanz empezó a cambiar la cosa. se fichó bien, algún petardazo del Este también. El formato Champions y patrocinadores empezó a cambiar y a entrar pasta. Pero con Florentino llegó la profesionalización del club y gestión.
Yo recuerdo una ocasión en que el Madrid quiso fichar a Luis Aragonés, y éste suplicó públicamente a su club (creo que el Español en ese momento) que le liberase del contrato que tenía para poder hacerlo, llegando a decir que la llamada del Madrid no se podía rechazar.