A fecha de jueves 3 de diciembre de 2020, la afición blanca pasa por un momento raro. Raro de vivir y raro de definir, por lo que intentaré recurrir a una metáfora cotidiana para ilustrarlo. Esto no pretende representar a todo el madridismo, pues habrá perfiles tan distintos como grande es este club, sino dar voz a una parte considerable del mismo, entre la que se incluye este que escribe. Y es que esa parte de madridismo se encuentra, ahora mismo, como ese niño de 12 años aficionado a los videojuegos. Ese niño en cuya familia nunca ha faltado el dinero y al que entre 2014 y 2019 siempre costeaban por su cumpleaños el nuevo FIFA para la PlayStation. Lo recibía ilusionado, con ganas de probarlo y ver qué nuevas opciones le ofrecía. Un juegazo, el mejor del mundo. Su felicidad e ilusión eran permanentes. Se sentaba frente a la tele preparado para disfrutar y dedicar horas y horas en las que el tiempo no pasaba. Y daba igual que ganase —lo hacía con frecuencia—, pero si perdía no importaba. El juego molaba tanto que la experiencia estaba por encima incluso del resultado.
Pero llegó el 2020, año COVID, y sus padres, en la víspera de su nuevo cumpleaños, se acercaron para decirle que la economía de casa no iba tan bien como antes y que este año no habría FIFA nuevo. Que debía seguir jugando con el antiguo. El niño, apenado, entendió la situación y pensó que no era para tanto. Que si ya había disfrutado con el 2019 podía seguir haciéndolo un año más. Así, llegó el primer viernes después de su cumpleaños y, al volver del cole, encendió la PlayStation para jugar a ese FIFA 19 que ya conocía. Ya le había sacado todo el jugo posible, había ganado todos los torneos existentes y se conocía a los jugadores de memoria, pero, aun así, pensó que podía seguir sorprendiéndole, por lo que le dio otra oportunidad. Durante varios meses, siguió jugando a aquel FIFA como lo había hecho hasta ahora, pero, poco a poco, percibió que no era lo mismo. Se sentaba frente a la consola y la tele como siempre, pero la sensación era rara. Jugarlo era costumbre, casi un ritual, pero comenzó a no disfrutarlo. El día a día no era lo mismo. Era su entretenimiento favorito, pero había perdido la ilusión. Para su suerte, de vez en cuando, los martes o miércoles por la tarde, invitaba a algunos amigos a casa para organizar un torneo multijugador. Era más divertido y le entretenía más que cuando jugaba solo, pero en cuanto se iban, en la soledad de su habitación, seguir jugando a ese juego que ya había exprimido hasta la saciedad le cansaba.
Ese niño que se sienta frente a la consola a disfrutar de su hobby preferido, pero con un juego desfasado, es el aficionado madridista
Pues ese niño que se sienta frente a la consola a disfrutar de su hobby preferido, pero con un juego desfasado, es el aficionado madridista. Su equipo le cita cada fin de semana y él responde fielmente, pero, una vez empieza el partido, la ilusión se desvanece. Es la rutina, la costumbre de siempre, pero ya no lo disfruta igual. Y no tiene nada que ver con ganar o perder, pues eso sería de un resultadismo fácil de contraargumentar. El madridismo ha vivido épocas de identificación total con el equipo en las que no se ganaba demasiado y otras en las que, aún ganando, el equipo no era la panacea de la belleza visual. Y el problema actual es que este Madrid de Zidane ni gana ni atrae. Hay un desapego importante de una parte de la afición blanca motivado, entre otras cosas, por lo mal que se están haciendo ciertas cosas en el club. Si no percibes un proyecto de futuro o al menos uno lo suficientemente sólido, pierdes las ganas. Si percibes que no se está construyendo algo acorde a lo que se exige a todo un Real Madrid para el corto, medio o largo plazo, no te preparas para el partido del domingo con la misma ilusión. El Madrid 20-21 va dando bandazos entre un partidazo el día D (Milan o Barcelona) y ridículos varios en el resto de días (Cádiz o Alavés). Y ese jugar a la ruleta rusa es la señal más clara de que este equipo no tiene un senda que seguir. Porque, repito, no se pide ganar, pero sí competir. Eso es innegociable.
El madridismo necesita percibir brotes verdes para volver a esa sintonía total con el equipo. El día a día no engancha y encomendarte solo a que en el momento del Juicio Final el Madrid vuelva a ser Real es un ejercicio de demasiada fe para una afición que, ahora mismo, está cuestionando sus dogmas.
Fotografías Getty Images.
Hay muchos llamados madridistas que nunca están conformes con el equipo cuando ganan imaginemos cuando pierden incluso prefieren que pierda su equipo ese es el problema de esta afición muchos guiados por los lamas los carreños los castaños y los relaños ese es el problema de esta afición afortunadamente no todos mira la situación que estamos la pandemia y problema económico esa es la cuestión hay tenemos el ejemplo del Barcelona no tiene ni para afrontar los sueldos de los trabajadores así que por lo tanto un poco de paciencia y estar más con el equipo
La época de los equipazos se terminó a no ser alguien acierte 5 loterías en jóvenes o le salga una quinta del buitre o De messi e Iniesta. Toca igualdad, y paciencia para mí está última incompatible con echar entrenadores en general en diciembre y mucho menos al mejor que hemos tenido nunca( al menos en mis 46 años). Bernabéu dejo a Miguel Muñoz por lustrod y algún año malo hubo fijo...
En jovenes por lo menos con todos los que hemos podido fichar podria haber uno que realmente tirara la puerta abajo, solo uno, pero no lo hay ni se le espera, el unico en todo caso que tengo puestas mas esperanzas es Odegaard.
Excluyo a Valverde, esta claro que es un jugador cada vez mas curtido, necesario y por supuesto que me gusta pero no hay ese tipo de jugador que si el publico acudiera al estadio hiciera realmente ilusion, ese que cuando algun bocachanclas de otro equipo te presume de Joao Felix o Ansu Fati tu le digas"He! que nosotros tenemos a..."
A mi el articulo me ha gustado bastante, creo que es un fiel reflejo de lo que esta pasando, hay muy poca ilusion en la aficion y es algo que viene desde que se gano la 13 y se fue Cristiano ( que es el unico que no se tenia que haber ido, manda narices )
Cierto que hay aficionados que nunca estan contentos, yo tengo justo en el Bernabeu uno detras que alucino el amargamiento que tiene partido tras partido pero bueno, me rio, animo, paso de el y hago lo posible por disfrutar del partido...pero esto es infumable totalmente.
Si andamos escasos de ilusion por jugadores ya solo faltaba que el entrenador que mas alegrias nos ha dado no siguiera y encima despues de realizar el milagro de los milagros el año pasado ganando la liga.
Ciertamente Cristiano no debería haberse ido, pero lamentablemente el fue quien tensó la cuerda al exigir al club que le pagara la multa de hacienda,y eso a diferencia del Barcelona, no se hace.
Hay una diferencia entre nuestros jóvenes y Enchu Fati o Joao Félix, al 1º se lo encontraron como quién dice,estaba representado por el hermano de Messi y ante las bajas le pusieron y funcionó,caso similar al de Raúl González. Y por Joao Félix pagaron 120 al Benefica, luego ya era más una realidad que una apuesta.
Para saber como resultan esos jugadores que Kain dice creo que habría que esperar unos años y comparar con los jovenes actuales del Real Madrid, porque podria ocurrir como paso con Munir, Cuenca, Deulofeu y tantos fenomenos que la prensa nos habia vendido y que hoy son jugadores de primera pero tanto como fenomenos.... cuando pasen 3 años, quiza podamos opinar.