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El Real Madrid de lo nuevo y de lo viejo

El Real Madrid de lo nuevo y de lo viejo

Escrito por: Mario De Las Heras3 agosto, 2017
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Este azulito del Madrid me recuerda al azulito de aquel fulgurante Olympique de Marsella campeón de Europa. Es un azul de mar cálido, el que aparece enorme, inacabable, en la desembocadura que es este equipo. Hay un río que fluye hacia el mar. El río es más oscuro pero es el río de la vida, un río de pescadores con mosca, que acaba en el mar, sobre el arrecife, donde esos jóvenes fondean sus veleros que los demás miramos desde tierra con expectación.

La expectación es algo que Florentino Pérez desata pero no siente, como si llevara toda la vida saludando al personal en Chicago en su club clandestino o dónde sea bajo todos los focos del universo. Claro que hablamos del Madrid, el mayor equipo del mundo. En Chicago o en Wolfsburgo el Madrid es el Madrid. El Madrid hoy, por cierto, obra de Florentino. Un club que despierta un orgullo patriótico del tipo del estadounidense. Una cosa admirable.

Está la niebla y Paunovic, y luego Villa y Kaká y Schwensteiger. Es como un rival en sepia. Un rival añejo frente al río y el mar Caribe que pronto empieza a brillar tras la lluvia. Isco se aclara y con él todo el equipo que cuelga de la inteligencia de Asensio, cuyo juego no tiene faltas, tan sólo una juventud que uno, necio él, quiere que se acabe cuanto antes. Y los garbeos del malagueño. Hay uno al borde de su área para sacar el balón que lo hace descalzo, con los pantalones remangados y las manos en los bolsillos.

Creo que escuché el rasgar de una guitarra en un patio andaluz que templaba la noche como el Madrid a esas estrellas lejanas, aún titilantes. Porque Kaká parece un anciano al lado de Theo. Pero quién no parece un anciano al lado de Theo. La suya es una potencia exuberante frente a la potencia, digamos contenida, de Marco. En este Madrid está todo, como en el Quijote. Desde Cristiano hasta Vallejo.

Menudo género. Por momentos me imagino a Llorente con el pelo largo y un cinco a la espalda. Pero no le falta personalidad como a Mayoral que aún no sabe quién es. Quizá Zidane sí lo sepa. Isco sigue siendo the radiant child con esos gestos de genio. Y Achraf, que conduce la pelota como salvando a la muchedumbre del zoco. El Madrid rema con soltura y preciosismo pero no alcanza la costa. En la resaca el bueno de Villa nos enseña los peligros de las olas sin dar crédito a la mano de Keylor.

Es el Madrid de lo nuevo y de lo viejo. Todo reluciente. El agua dulce y el agua salada. El azul del Olympic. Ramos de delantero que la pica por encima del portero. Es el éxtasis de Isco que se contagia mientras Kroos compone, escribe, dirige, toca el violín, la flauta, la trompeta y canta.

Isco ha reducido sus movimientos como quien acorta las metáforas. Las ha hecho maduras, hechas, imponentes y directas. Ya no es tan florido y sus frases son más cortas, pero qué poeta, qué artista. En Lucas hay algo de ofuscación pasajera. Lo que intenta siempre es valiente y bello pero no siempre le sale. De cualquier modo toda esa audacia es madridista y ganadora. Una alegría que a veces adolece de cuerpo al contrario que en Asensio, que ya choca, utiliza a los contrarios, se sirve de ellos como si fueran piezas mullidas.

Isco ha reducido sus movimientos como quien acorta las metáforas

Veo el partido en diferido y está amaneciendo. Es el Madrid. Es Theo cuya velocidad es pasmosa. Una recuperación suya en la que persigue al rival produce el efecto de una gigantesca nave espacial ocultando el sol. Y es estético. Y qué frescura, qué ligereza la de Ceballos. Ya puestos me he olvidado del gol de Mayoral. Salen Benzema, Bale, Carvajal. Kovacic y Marcelo.

El croata hace sin moverse un breve recital de amagos. Una cosita estupenda, emocionante. Está fino y fuerte y clarividente. El partido se diluye pero en las contras rivales aparece Vallejo que tiene pinta de central de época con coleta y patillas y levita. Despeja el balón a la grada. No trata de controlar. Simplifica como los antiguos. Me gusta. Es clásico. Empuja el taco Kova para Bale que no controla y luego el galés manda el balón al palo. Cuánta munición lleva Gareth dentro.

Pero qué más dará el gol hoy (sólo hoy) después de contemplar el tempo de Ceballos. Esas piernas que se juntan cuyos pies salen hacia afuera al pisar la yerba. Esos pies que parecen sueltos, como desatornillados, colgantes como péndulos. Como metrónomos. La grabación se ha cortado. No he visto el gol del empate ni los penaltis. El espectáculo ha estado bien más que por el juego por lo que se vislumbra: el mar abierto, el mar azul de Marsella que también es el mar de Zizú.

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Ha trabajado en Marca y colaborado en revistas como Jot Down o Leer, entre otras. Escribe columnas de actualidad en Frontera D. Sobre el Real Madrid ha publicado sus artículos en El Minuto 7, Madrid Sports, Meritocracia Blanca y ahora en La Galerna.

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2 comentarios en: El Real Madrid de lo nuevo y de lo viejo

  1. Madre del amor hermoso, frente a unos ancianos e incapaces de ganar.

    1-1 MU
    4-1 MC
    3-2 Barcelona.

    La disculpa, estamos en pretemporada. Y digo yo, los otros también.

    Y el martes sin delanteros.

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🎂Cumple 33 años el hombre que le enseñó a Bellingham lo que significaba «chilena», el hombre tranquilo que no flaqueará jamás ante un penalti decisivo, el gran @Lucasvazquez91

¡Felicidades!

Lamine Yamal es muy joven.

Enormemente joven.

¿Y?

#portanálisis

👉👉👉 https://www.lagalerna.com/lamine-yamal-es-muy-joven-y/

En el hecho de que @AthosDumasE llame a la que muchos llaman "Selección Nacional" la "selección de la @rfef" encontraréis pistas de por qué no la apoya.

La explicación completa, aquí

👇👇👇

Tal día como hoy, pero de 1962, Amancio rubricaba su contrato como jugador del Real Madrid.

@albertocosin no estaba allí, pero te va a hacer sentir que tú sí estabas.

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