La historia se repite verano tras verano, en cada país, en cada ciudad, en cada club. Un futbolista se convierte, de la noche a la mañana, en la gran aspiración del mercado de fichajes. A menudo es imposible dilucidar de dónde surgió todo. ¿Fue la dirección deportiva? ¿El anhelo del futbolista por vestir esa camiseta? ¿O, simplemente, la burbuja mediática que rodea al fútbol? En realidad no importa; para cuando llega agosto, es imposible frenar la avalancha.
Cualquier aficionado es capaz de recordar veranos marcados por un nombre. Si el fichaje se llegó a materializar o no es lo de menos, pues el rumor de lo que pudo ser siempre quedará. Este verano atípico del año del coronavirus también lo está siendo para el aficionado del Real Madrid acostumbrado a leer las portadas que rezan “Fulanito, cerrado”. Sin grandes expectativas de traspasos, con la Liga de Campeones aún en el horizonte y con las imponentes cerchas del nuevo Bernabéu izándose sobre la Castellana, el famoso runrún estival al que llamamos culebrón ha tenido que buscar nuevo hogar. Y lo ha encontrado, contra todo pronóstico, en el fútbol femenino y en la nueva sección de la entidad blanca.
Hablamos de un escenario en el que los movimientos de jugadoras son habituales, pero en el que las dinámicas de mercado remiten a deportes que nada tienen que ver con el fútbol. Basta con un ejemplo: hasta el verano de 2017 ningún club español había desembolsado dinero por un traspaso. Fue el FC Barcelona, se hizo con la central Mapi León y pagó al Atlético de Madrid 50.000€. No, no falta ningún cero, y ello no es óbice para que la cifra, de por sí, siga sin ser superada… ¿Hasta este año?
A nadie extraña que el creciente interés por el fútbol femenino traiga consigo un nuevo panorama marcado por la compraventa de jugadoras. La famosa Lista de Compensación del Convenido Colectivo femenino, bañada en polémica por las elevadas cantidades impuestas a futbolistas jóvenes en concepto de formación, es el detector perfecto de esta ‘nueva normalidad’. Los clubes son conscientes de que la incipiente generación que empieza a acaparar focos será la mejor camada de futbolistas españolas de la historia hasta la fecha y, por tanto, su valor nada tiene que ver con los parámetros válidos hasta ahora. De una forma u otra, cada equipo comenzará a librar nuevas batallas en los despachos.
Esta pequeña recapitulación es fundamental para entender los vaivenes, los frenazos y las expectativas de la fase final del que será el primer mercado de fichajes en la historia del Real Madrid Femenino. Que sean Nahikari García y Eva Navarro las protagonistas en el centro de la tormenta no sorprende, pues es la consecuencia lógica del puerto en el que ha atracado el fútbol femenino en 2020. ¿Por qué? ¿Quiénes son?
Eva Navarro, estandarte de la profesionalización
La trayectoria de Eva Navarro (Yecla, 2001) es la historia de una revolución, del cambio de paradigma del futfem en España. La murciana llegó a la élite con 17 años y, desde el primer momento, comenzó a dominar apoyándose en su físico. Al igual que ella, compañeras de generación han aterrizado en la Primera Iberdrola para ocupar posiciones críticas como la de central sin verse penalizadas por su edad. Más allá de la técnica y de la táctica, el desarrollo físico de la futbolista española se ha visto acelerado hasta el punto de comenzar a dominar mundiales y europeos de categorías inferiores.
En el caso de Navarro basta con ver su verano de 2018, en el que se alzó con el Mundial y la Eurocopa sub-17 (de la que quedó para el recuerdo su gran gol en la final) y, por si fuera poco, acudió también a la cita mundialista de la categoría sub-20 para conseguir el subcampeonato. En los dos años en el Levante, además, su integración en el equipo ha sido total. Partiendo desde la posición de extremo derecho, la yeclana emplea su velocidad y su desborde convencida de su superioridad. De cara a gol y hasta el parón por el coronavirus, sus ocho goles en veinte apariciones de Liga Iberdrola demuestran que su toma de decisiones en el área sigue mejorando.
Con esta carta de presentación, no sorprende que el Levante decidiese solicitar por ella 500.000€ en concepto de compensación al club por formación. Más allá de lo abusiva de la cantidad en el contexto del fútbol femenino, el hecho viene a corroborar la opinión de su club sobre el potencial futuro de la futbolista. A su vez, queda patente la apuesta del Real Madrid por reunir en su plantilla fundacional a un bloque de talento joven todavía en etapa de crecimiento.
De concretarse su fichaje, Eva Navarro aportará el desparpajo y la electricidad necesaria para romper partidos. Sobre el papel, la lógica invita a pensar que llegaría para empezar a sumar minutos desde un rol de revulsivo, pero su potencial es tal que cuesta no verla ganándose un puesto en el 11 a medio plazo.
Nahikari García, delantera atemporal
Hace un año, la sección femenina de la Real Sociedad le dio a su entidad el primer título desde la Copa del Rey de 1987. En Granada, las txuri-urdin sorprendieron al Atlético de Madrid y se proclamaron campeonas de la Copa de la Reina gracias a una demostración coral de garra y convencimiento. Ese equipo, sin embargo, no habría ganado la final sin su dorsal ‘7’.
Nahikari García (Urnieta, 1997) es la delantera que dio a la Real el gol de la victoria, pero esa definición -por importante que sea- no le hace justicia. Nahikari ha sido, por encima de todo, la capitana y el corazón de su equipo. La primera en lanzar la presión sobre las rivales, en replegarse, en levantar el ánimo de sus compañeras y en exigirles más cuando la situación lo pide.
A su faceta de goleadora de área instintiva (11, 16 y 17 dianas en las tres últimas campañas ligueras) ha de añadirse la movilidad que brinda en todo el frente ofensivo, con capacidad para trenzar jugadas desde los 3/4 y para buscar el desmarque a la espalda de la zaga. De llegar al Real Madrid, además, podría reeditar de forma automática la conexión con Marta Cardona que tantas alegrías dio en San Sebastián.
Y aún así, Nahikari tiene algo más. Personalmente, me gusta resumirlo así: tiene maneras de futbolista antiguo, entendido como un matiz positivo. Es una jugadora que no escatima en el esfuerzo, que va al choque y se levanta si lo pierde, y que, sobre todo, entiende el gol como parte de su trabajo; va en el sueldo. Ella misma lo ha comentado, tras el gol siente liberación por cumplir con su obligación y no tanto alegría o euforia. Lo demuestra en sus celebraciones, que encajarían a la perfección en cualquier eliminatoria de las primeras ediciones de la Copa de Europa, cuando el gol apenas sabía celebrarse más allá de brazos en alto y algún tímido salto. Nahikari García celebra con rabia y sin coreografía, deseando que el balón vuelva a rodar para lanzarse a por el próximo tanto.
La guipuzcoana recibió y rechazó ofertas suculentas durante los dos últimos veranos; primero del PSG, después del Atlético de Madrid. Parece que la tercera será la definitiva pero, con contrato en vigor, nadie en la Real dejaría salir del equipo a su emblema, su corazón, sin pedir nada a cambio. Que Nahikari acabe por convertirse este verano en el fichaje más caro del fútbol femenino español no debería sorprender. Y sí, el suyo es el culebrón del verano, pero con razón. No todos los días se presenta la oportunidad de fichar a la mejor delantera de España… y no todos los días se tiene la oportunidad de vestir el primer ‘7’ blanco de la historia, el mismo que lucía Raúl y que ella tomó como referencia. El destino parece querer decir algo.
Fotografías Getty Images.
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Ojalá logremos ficharlas. Sobre todo Nahikari, quien me fascina.
Gracias por este articulo, falta información sobre el futfem.