Tras un parón de un mes, el Real Madrid femenino vuelve y compite ante el Barça
Si llegar al éxito es difícil, más lo es volver a repetirlo. Así podría explicarse, en parte, lo que al Real Madrid femenino le ha venido ocurriendo durante la primera mitad de la temporada 2021/22. El fantástico desempeño del equipo en su año de debut elevó el listón de las expectativas en verano, la lista de incorporaciones invitó a soñar con más y, sobre todo, los rivales pudieron confirmar que el Real iba en serio. A ese cóctel se añadió el infortunio de las lesiones a comienzos de temporada, así como un calendario exigente de partida, deparando una tormenta perfecta.
Cuatro meses después, y con un cambio en el banquillo de por medio, el Madrid aún sigue tratando de recuperar la ventaja perdida en liga para intentar volver a aspirar a una de las dos plazas de Women’s Champions League que el Barcelona dejará libres. Desde noviembre, el equipo ha ido recuperando progresivamente las señas de identidad que hicieron disfrutar a los aficionados el curso pasado y han sido seis las victorias cosechadas en ocho partidos. Sólo un empate —ante el Alavés— y una derrota —ante el Barça— alteraron una dinámica liguera positiva a la que se sumó la clasificación para los cuartos de final de la Champions.
Cuatro meses después, y con un cambio en el banquillo de por medio, el Madrid aún sigue tratando de recuperar la ventaja perdida en liga para intentar volver a aspirar a una de las dos plazas de Women’s Champions League que el Barcelona dejará libres
Y aun así, cuando el equipo atravesaba su mejor momento, el parón navideño, alargado casi un mes a cuenta de un nuevo brote de covid en el vestuario, volvió a dar un frenazo a las aspiraciones de las blancas. Se suspendió el importantísimo derbi ante el Atlético de Madrid, le siguió el choque ante el Granadilla Tenerife y, como colofón, tampoco se pudo jugar el duelo ante el Rayo Vallecano cuando las jugadoras ya paladeaban el pitido inicial por casos positivos de última hora en el bando rival. En total, 28 días sin competir y, como desveló Alberto Toril, jornadas con entrenamientos en los que el cuerpo técnico apenas pudo disponer de media plantilla. En ese contexto aparecieron en el horizonte las semifinales de Supercopa de España ante el FC Barcelona.
Sostenido por Misa, el Real plantó cara al Barça.
El análisis del partido disputado el miércoles admite lecturas casi enfrentadas. La primera: sólo el desacierto de las blaugranas evitó una nueva goleada. La segunda: el Madrid supo sufrir y contuvo mejor que nadie esta temporada a su rival. Ambas son ciertas. Este Barcelona, al contrario de su homólogo masculino, sigue siendo una apisonadora en lo físico y en lo futbolístico. Así, de su evidente superioridad se desprende que, para plantarles cara, sea inexcusable que las culés pongan de su parte.
El análisis del partido disputado el miércoles admite lecturas casi enfrentadas. La primera: sólo el desacierto de las blaugranas evitó una nueva goleada. La segunda: el Madrid supo sufrir y contuvo mejor que nadie esta temporada a su rival
Esa premisa se cumplió, pues consiguieron crear un buen puñado de ocasiones claras de gol que no obstante desperdiciaron mientras el reloj iba agotando minutos. Superada esa barrera de dificultad ante la que el rival nada puede hacer, entra en juego lo que está en tu mano. Y ahí el Real Madrid demostró por segundo partido consecutivo que, como mínimo, empieza a saber tomarle el pulso a los encuentros ante el gran rival. Si en el duelo de liga ya hicieron firmar al Barça su victoria menos contundente del año (1-3), el 1-0 final de la Supercopa redujo la desigualdad a su mínima expresión. De no ser por la omnipresencia de Alexia Putellas —una jugadora encaminada a marcar una era en el conjunto del fútbol femenino español— el partido se habría ido a la prórroga.
Reconocer la parte proporcional de mérito del Madrid es obligatorio. Choque a choque, las futbolistas han ido ganando en fortaleza física y mental para ir arañando pequeñas victorias sobre el césped. Duelos por alto, anticipaciones, carreras por banda sostenidas, minutos de posesión ininterrumpida… todo suma. Sí, sigues dependiendo del fallo rival, pero no puede ser casualidad que las blancas hayan acumulado en estos dos últimos encuentros 157 minutos de juego ante el Barcelona sin recibir gol. Desde el minuto 23 de juego del partido de Liga, hasta el 91 del de Supercopa.
Del trabajo defensivo de las 11 jugadoras de campo, eso sí, el miércoles fue Misa Rodríguez quien mereció el mayor de los reconocimientos. La guardameta se convirtió en la futbolistas más determinante del partido gracias a sus intervenciones, repartidas a lo largo de todo el choque. Desbarató ocasiones de uno contra uno, desvió y atajó sucesivos disparos, y dominó el área por alto para insuflar confianza a su defensa. El comienzo con buen pie de la andadura del Real Madrid femenino se explica gracias a fichajes como el suyo.
El Madrid debe afrontar con orden prioritario la renovación del núcleo de futbolistas llegadas en el verano de 2020
Aunque la canaria finalmente no consiguió dejar a cero su portería, su actuación hizo inexorable pensar en el futuro. Tanto en el cercano como en el lejano. De un lado, la prestación del equipo tras un mes de parón invita al optimismo. Si Toril consigue disponer de una plantilla sin jugadoras en la enfermería, la dinámica de noviembre y diciembre debe poder prolongarse en el tiempo hasta tocar a la puerta de Real Sociedad y Atlético de Madrid, los principales rivales en la disputa por las plazas europeas.
Y por último, alejando un poco la mirada, las paradas de Misa también vienen a recordar que, en su proceso de construcción acelerado, el Madrid debe afrontar con orden prioritario la renovación del núcleo de futbolistas llegadas en el verano de 2020 y que ahora afrontan al final de su contrato. Maite Oroz fue la primera en prolongar su vinculación con el club el lunes pasado, por lo que todo hace indicar que el proceso está en marcha. Cuanto antes se concreten el resto, mejor. El futuro del Real Madrid está, en gran parte, en sus manos… y nadie como Misa Rodríguez para explicarlo. Para afrontar el final de la cuesta de enero, un lema: victorias y renovaciones.
Getty Images.
El Tacón, se mire cómo se mire, es una filfa que está a años luz del Barcelona. También el Alcorcón elimino al mandril hace unos años, no? El mérito de este equipucho es encerrarse atrás como, por cierto, el equipo de machotes... Fútbol ramplon, ese el el legado del equipo más asqueroso de la historia de este deporte, en la categoría y sexo que quieras...