Hay cierto revuelo con la camiseta que llevará el Real Madrid el año que viene. Bendito revuelo en tiempos de parálisis. El Re-al Madrid siempre lo Re-mueve todo. Lejos de las crisis este club siempre ha ido a la vanguardia. Lo mostraba ayer Alberto Cosín a propósito del estadio de Chamartín, el primer equipo en poseer un estadio propio. Lo muestra Florentino Pérez hoy subido todo el tiempo a una ola New Wave con sus sempiternos traje y corbata azul.
Florentino es el descubridor de REM y de Talking Heads y de The Cure. Bajo esa apariencia de clasicismo añejo hay un moderno electrizante. Un visionario musical. Sus grupos dan de qué hablar. Que se hable. Que se hable del Madrid. Que surja la polémica. Que se amenace con la extravagancia sin perder la esencia, que ladren mientras la caravana avanza, dice el proverbio árabe. Al final esa extravagancia es el futuro. Al final esa extravagancia medida va a formar parte del clasicismo del futuro.
La nueva camiseta tiene esas claves. El blanco impoluto, dominante, el blanco símbolo sobre el que nos sustentamos y la modernidad que nos Re-lanza. Esos ribetes animal print de color rosa, que a muchos les provocan un cortocircuito, son la sal de la vida, la sal del Re-al Madrid. Son su preeminencia y su supervivencia. Es el blanco adaptado al futuro, para que perdure. Es un poco, o un mucho, la alegría de vivir, o la alegría de pervivir. Es ser sublime siempre, como decía Baudelaire.
Mientras se habla del Madrid, el Madrid se llena de vida. Es el blanco primaveral que no se conforma, que se Re- nueva. Que nos Re-nueva. Es el Re-al Madrid vivo, que nunca se conforma. Es el Re-al Madrid que ficha jóvenes talentos surfeando la inflación, adelantándose a la ola, es la New Wave, es el Re-al Madrid listo para una crisis posible. El Re-al Madrid como Joy Division Re-conviertiéndose (y triunfando) en New Order tras la tragedia.
Es el Re-al Madrid que no hace ERTEs. Es el Re-al Madrid que es distinto de los demás, que construye estadios sobre estadios, que se Re-construye sin parar. Es el Re-al Madrid que nos indica el camino. Un camino de ribetes rosas que se asoman tímidamente. Los ribetes rosas que saben que deben quedarse ahí, en la frontera de su ribete. El blanco universal, quieto, sereno, y el ribete rosa animado en el que parece bullir, salvaje, la historia que transporta al Madrid y al madridismo mientras el mundo mira.
Bravo
El rosa es el color que expresa mayor número de sentimientos: Se está alabando tu simpatía y franqueza. Simboliza la ausencia de maldad, de doble intención. Manifiesta aprecio, cordialidad, actitud positiva y belleza.
BRAVO AMIGO.!!!
BLANCO PURO y ahora aún mas!!!
SIEMPRE HALA MADRID!!!
Totalmente de acuerdo, Mario, y además voy a decir otra cosa, me pasa como a Florentino, que en mí también hay una moderna electrizante...jiji
El artículo está confeccionado con mucho ingenio; por cierto, muy buenos conjuntos musicales a los que hace referencia. Eso sí, aunque acepto lo que decida el club en este sentido, no me gustan esos ribetes por el color elegido ( rosa ). No me gusta estéticamente. Ética y comercialmente, sí.
Esas franjas al final de las mangas lo estropean todo.
Me gusta el artículo y me gusta la camiseta. Quizá haya más colores de franjas para los que no gusta el rosa.
Creo que se pudiera agregar algún complemento a la camiseta o el pantalón del Real Madrid pero menos invasivo y que rompa el esquema del color blanco, primero con el rosa que no es como color algo futurista y segundo, con esa cinta invasiva que le quita mucha imagen y efecto del símbolo que significa el blanco en el Real Madrid.
Otro implemento como rayas u otras formas localizadas puntualmente darían un toque de re-novación pero mantendrían la esencia del espíritu imperecedero del glorioso Real Madrid. Esa forma o símbolo pudiera tener el efecto 3D con combinación de colores reflectantes.
La camiseta en cuestión me gusta entre poco y nada. Claro que si el que la luciera fuera Mbappe, me gustaría muchísimo más. Que curioso, ¿verdad?.
En primer lugar no me gusta nada la camiseta y menos la segunda, la tercera y la cuarta que saldrá. Pero leyendo el artículo no puedo más que poner cinco estrellas y casi convencerme de que la final de Glasgow del 60 debió jugarse con el "animal print" rosa.