Tristram Shandy en Granada

El análisis de las portadas de los periódicos deportivos de hoy

Buenos días. Y decimos bien: BUENOS días. En este caso, se trata de una aseveración, más que de la mera expresión de un deseo para la jornada que principia. No os deseamos que la jornada os sea propicia (a ver: eso también), sino que afirmamos sin sombra de duda que lo es, que lo es porque lo fue ayer, entre los ecos de un nuevo milagro del Real Madrid de baloncesto y de la derrota inesperada del Barça en el propio Camp Nou ante el Granada.

Normalmente, nuestro “buenos días” significa precisa y exactamente eso, buenos días, pero en el “buenos días” de hoy cascabelean fanfarrias internas, risas de traviesos entes feéricos, cosquilleantes besos de ultratumba. No es un “buenos días” al uso, y si no preguntad a Joe Llorente, nuestro Joe Llorente, a quien se le cae la baba hablando del Madrid y ha prometido escribir algo muy especial sobre el nuevo prodigio de pericia y testosterona obrado ayer por los de Laso en el Palacio, dos en 48 horas. Deseamos fervientemente leerlo aunque bien sabemos que la tendencia a la digresión del gran Joe hará que nos quedemos revoloteando en torno a anécdotas de Walter Szczerbiak y el Torneo de Navidad sin llegar a entrar nunca en lo ocurrido ayer, ni falta que hace porque la magia no se explica, ni siquiera la magia testicular y casi incorrecta de los Garuba, Llull, Rudy y compañía. Los artículos de Joe son a veces como el Tristram Shandy de Sterne, que se propone contarte la vida del protagonista y en setecientas páginas no logra pasar del día de su nacimiento, pero no nos importa porque el goce de la digresión compensa los meandros. Es un poco lo que nos está pasando con el “buenos días” de hoy, que de puro regocijo se nos está encasquetando y no termina de arrancar, tal vez por la sencilla razón de que el ruido del motor se parece demasiado a la carcajada graciosamente gutural de dos niños presa de un ataque hilarante en medio de la clase de álgebra. Es que es muy grande lo que pasó ayer en Madrid, muy descacharrante lo que pasó ayer en Barcelona, amics, razón por la cual este “buenos días” se basta y se sobra hoy para triunfar en vuestras pupilas y vuestros corazones tan blancos. “Corazón tan blanco” es otro libro fundamental de un gran madridista al cual tuvimos el gusto de entrevistar por carta, Javier Marías, traductor por cierto del Tristram Shandy de Sterne (“mi mejor texto”) y maestro a su vez del arte de la digresión, “y ahora por dónde voy” es su pregunta/pesadilla recurrente, algo que también hoy nos sucede a nosotros, pues está ya tan perfilada la alegría, es per se tan totalizador el júbilo de la hazaña de los de Laso y el descalabro de los de Koeman (qué gran combinación) que nada que podamos escribir nosotros va a añadir valor al asunto, nada que podamos agregar a las cuatro portadas del día puede hacer más gozable la situación, no más de lo que pueda sumar un sencillo y redondo “buenos días”.

Buenos días a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, pero no necesariamente malos días para los y las de mala, pues bien vale lo de ayer por una amnistía general a los malajes, incluso a los malajes del Barça o quizás especialmente a ellos, que bastante tendrán con lo suyo.

Buenos y radiantes días tengan ustedes por riguroso orden de llegada, aunque se nos vayan los pies dando los buenos días como a Gene Kelly en Cantando bajo la lluvia, aunque nos cueste refrenar las ganas de lanzar un buenos días planetario, galáctico, el Ronaldo Nazário de los buenos días, uno que se salte las formalidades y diluvie sobre todos los lectores a la vez un jarreo de hedonismo sin remilgos. Gene Kelly cantaba “Good morning” en Cantando (valga la redundancia) bajo la lluvia, junto a Debbie Reynolds y Donald O’Connor, y tal vez ese “Good morning” sea el buenos días que nosotros queremos trasladaros hoy. Es un “buenos días” con foxtrots sincronizados y sofás giratorios, y con impermeables que sirven de pareja de pasodoble, y por qué no. “Cantando bajo la lluvia” es la alegría de vivir hecha película y el Real Madrid es la alegría de vivir hecha equipo de fútbol y (hoy especialmente) equipo de baloncesto, de igual modo que el FC Barcelona es también con frecuencia la alegría de vivir para muchos que no comulgamos con sus colores ni con sus maneras de vivir, que cantaba Rosendo. No imaginamos a Gene Kelly bailando por Rosendo pero tampoco imaginábamos al Barça palmando en casa con el Granada, de manera que todo es posible incluso antes de que hayamos terminado al fin de dar los buenos días y podamos empezar a comentar las portadas como Dios manda. ¿Os hemos dicho ya que buenos días?

Buenos días que puede ser también el “Good morning” de Sparks (tanto el de Sparks como el de “Cantando bajo la lluvia” son anglófonos pero terminan soltando “buenos días” así, en español). El “Good morning” de Sparks es la historia de un perdedor que, tras una noche de farra, amanece en la compañía de una despampanante modelo y se pregunta cómo ha podido llegar a esa situación. También se pregunta si se habrá casado con ella o si ella será “just a high paid service from downtown”. En un momento especialmente inspirado, se formula el íntimo deseo de que solo sea su risa (la risa de la modelo) lo que es contagioso. Y en medio de la intriga se sientan a desayunar y beben café y comen huevos revueltos con tostadas y son felices, feliz incluso él aunque no sabe con quién comparte ese momento, feliz incluso aunque en el interior de esta canción no existe Pablo Laso, o tal vez sí, vaya usted a saber. El protagonista de esta canción no conoce a Pablo Laso ni a Garuba ni a Llull ni a Thompkins ni a Rudy y aun así intenta ser feliz, feliz aunque sabe que la modelo estará mañana con otro más joven y más apuesto y con un coche mejor, alguien que sin embargo tal vez nunca le desee de corazón un buenos días.

Buenos días a todos los madridistas que hoy os habéis levantado con una modelo despampanante también, una que no os merecéis y que se llama Real Madrid de baloncesto. Estábamos deseando ser capaces de superar ya el estrato de los buenos días para analizar las cuatro primeras planas pero nos tememos que se nos ha pasado el arroz como se le ha pasado a Piqué, consternado a una sombra de la Alhambra que en esta mañana plena se cierne sobre la Ciudad Condal como una marea de realismo.

¿Os hemos deseado buenos días?

PD: Lo de Joe Llorente llegó mientras escribíamos el buenos días. Gozadlo.