Un Madrid sostenible

Como vivimos en una situación de Emergencia Climática, según ha declarado el nuevo Consejo de Ministros, el Madrid debe dar ejemplo. El Madrid siempre tiene que dar ejemplo. Esto es lo que textualmente le ha pedido la organización Ecologistas en acción en un hilo de Twitter: “dado que os siguen millones de personas, sería genial que dierais ejemplo en la lucha contra la #EmergenciaClimática y cambiarais vuestra forma de moveros. Ya sabéis, el cambio climático nos afecta a todas”. Ni a todes, ni a todxs. A todas. Este hilo es de después de jugar en Valladolid. Ya antes habían avisado, cuando el partido de Copa en Salamanca. Como diciendo: no os quitamos los ojos de encima, vaqueros. No es la primera vez que al Madrid se le exige renunciar a su autonomía y sacrificar su independencia en el altar de un código ético que recoja las necesidades sociales e ideológicas del momento: entre 2009 y 2013, por ejemplo, debía consultar con la Conferencia Episcopal y con la Plataforma de Afectados por la Hipoteca antes de pagar más de treinta millones de euros por un futbolista.

 entre 2009 y 2013, por ejemplo, debía consultar con la Conferencia Episcopal y con la Plataforma de Afectados por la Hipoteca antes de pagar más de treinta millones de euros por un futbolista

Tampoco es la primera vez que Ecologistas en acción centra su “activismo” en el Real Madrid. Su estilo peticionario es muy particular. Se dirigen al Madrid como si fuera su hijo tonto; su tono es grosero y no escatiman en memes: un selfie de Ramos en el que sale junto a Bale, Benzema, Marcelo y Modric, delante de la escalerilla de un avión, les sirve para ridiculizarlos ad hominem. “¡Lo nuestro es el furgol!” Quieren que el Madrid se desplace por España en tren para no contaminar: en el escenario preapocalíptico en el que nos encontramos, un Osasuna-Real Madrid puede desencadenar el fin del mundo. La cosa es grave.

Imagen de tuit de Ecologistas en Acción

El Madrid, por culpa naturalmente de Florentino Pérez, que es un Sabio de Sión como todo entendido de propaganda política izquierdista sabe, no sólo es culpable de volcar toneladas de C02 en el cielo, sino también, según Ecologistas en Acción, de “los efectos adicionales al CO2 (estelas, ozono, nubosidad inducida y reducción de CH4), así como las del autobús que viaja desde Madrid para buscaros en el aeropuerto”. ¡Butragueño debería darles las gracias por no pedirles también que de la estación al hotel vayan los jugadores en patinete!

El Madrid no podía gastarse trescientos millones en fichajes porque había una crisis. El Madrid tampoco podía jugar como quisiera Capello porque debía ceñirse a un etéreo patrón que lo obligaba, “por ser un club grande”, a no jugar “como los equipos pequeños”. El Madrid tampoco pudo quejarse ni de arbitrajes estrambóticos ni de siniestras confecciones de los horarios de los partidos, porque el Madrid se debía “al señorío”. El señorío, al final, va a ser un corsé ideológico estupendo que todos los obispos de Barcelona y todos los ecologistas en acción del mundo le han hecho a medida al Madrid para paralizarlo, como el constructo “consenso” y “diálogo” en política. Con Mourinho, por si fuera poco, la estabilidad nacional y la convivencia en la selección española campeona del mundo estaba a punto de ser arrojada por la borda del destino, por supuesto por culpa del Madrid también: por ello debía dejarse ganar contra el Barcelona como forma de apaciguar las ansias de libertad tanto de catalanes como de antimadridistas.

El Madrid, para resultar aceptable a la vista de sus adversarios, debe ser anticapitalista, vegano, sostenible medioambientalmente, progresista, cambiar el color de su primera equipación al negro y, por supuesto, también debe ser antimadridista. Debe entregar a un chatarrero el resultado de un siglo de triunfos y donar el dinero a un comedor social. Abandonar el Bernabéu, la Primera División y jugar en un campo de albero en el barrio con la renta per cápita más baja de la ciudad. Lo de la camiseta, no obstante, ya lo han conseguido: gran parte de la culpa en este asunto del ecologismo la tiene quien decidiera que el Madrid, en casa, en partido oficial, debía jugar de verde como forma de postrarse ante la nueva religión durante los días en que Greta Thunberg llegó a España caminando sobre las aguas para predicar en Madrid las bienaventuranzas que arrojará sobre el planeta que los pobres no puedan viajar en avión ni comer tanta carne.

Lo que también resulta sospechoso es la fijación de Ecologistas en acción, en concreto, con el Real Madrid. Ya en 2013 denunció ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid el permiso municipal para acometer la remodelación del Bernabéu, “una decisión tomada por las administraciones públicas en connivencia con la cúpula dirigente del club que atenta contra el interés general de la ciudad”. Esta organización, que es una confederación que agrupa a trescientas pequeñas organizaciones ecologistas de toda España, se define a sí misma como “una organización social plural donde caben diferentes formas de vivir el ecologismo”. Sin embargo, una lectura somera de sus principios ideológicos, que publican en su web, permite intuir que su retórica inflamada no es casual: “Nuestra relación con la naturaleza no puede seguir basándose en la idea de explotación y dominación, como tampoco las relaciones entre las personas. Tenemos que enfrentar con urgencia la crisis socioecológica global que en la actualidad afecta, de forma desigual, a las personas en el mundo. Y tenemos que impedir que se violen sistemáticamente los derechos humanos y ambientales de la mayor parte de la humanidad a causa de mantener funcionando el actual modelo de producción y consumo que impulsa la privatización y mercantilización de todos los bienes y recursos y genera cada vez más desigualdad y miseria”. Desde 1989, uno de los principios rectores de la reconversión del socialismo es el que impulsa la jibarización de movimientos sociales cuyo origen a menudo estaban vinculados a otros valores. En el caso que nos ocupa, el del ecologismo, los responsables de Ecologistas en acción han amparado, a veces, tácticas propias de los luditas o del anarcosindicalismo, como la ocupación de fincas donde se experimenta con cultivos transgénicos y la siega violenta de estos mismos cultivos.

Lo que también resulta sospechoso es la fijación de Ecologistas en acción con el Real Madrid. Ya en 2013 denunció ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid el permiso municipal para acometer la remodelación del Bernabéu

El Madrid, en su calidad de exo-ministerio, de institución cuya titularidad corresponde, como Hacienda, a todos los españoles, debe adoptar una postura ejemplarizante ante cada trauma que sacuda al mundo. Supongo que la siguiente demanda de Ecologistas en acción será la de exigir que el Madrid juegue sus partidos de Copa de Europa al mediodía, para no gastar más luz. Eso, siendo generosos, como se definen ellos mismos en sus tuits: de lo contrario pedirían que incluso no la jugara.