Cuesta arriba y sin parar

La alineación estrenada ante el Atalanta me recordó una de las elegidas por Solari, cuando la plaga de lesiones castigaba tanto como hoy, y quien salvó la tarde fue un recién llegado Vinicius, que hizo toda suerte de diabluras en controles y arrancadas, incluyendo algún gol si no recuerdo mal, aunque fuese fruto de rebotar en un defensa. El balón no había salido de su borceguí con dirección a portería, y luego comprobaríamos que el muchacho tiende a jugar por debajo de su capacidad, quizá porque la desconfianza adopta vestiduras extrañas, y zaherirse no es la menos infrecuente.

El miércoles pasado Zidane empezó cargando con la ausencia del eje Ramos-Benzema, y puesto a elegir entre chicos del filial e Isco optó durante 70 minutos por éste, que no anduvo tan mermado como de costumbre y volverá a tener oportunidades si mantiene esa línea. En cualquier caso, quien ganó el partido fue Mendy, que podría parecerse a Vinicius por ocasionales apagones, aunque anteanoche montó una rosca imparable con su pierna en teoría mala, tras poner el partido en franquicia a partir de una expulsión provocada por él mismo, culminando una jugada primorosa de todo el equipo.

Poco hablan los medios madrileños del mérito que tiene someter al Atalanta, tras haber vaticinado ellos mismos en la víspera un tanteador adverso. El inglés llama a eso wishful thinking, criterio teñido por el deseo, y ya sabemos que tener las sedes en Madrid no significa repartir los afectos equitativamente, sino seguir una línea general programada tiempo ha, que contrapone los logros de Simeone a las deficiencias de Zidane. Pero allá los medios, y la parroquia merengue hará bien burlándose de sus agoreros pronósticos, desmentidos un día más por los resultados, subrayando que ha sido una hazaña memorable ganar en Bérgamo, y hacerlo con la suficiencia demostrada.

Por otra parte, jugadores como Vinicius y Mariano no están jugando mejor que otrora, y Asensio debe sacar fuerzas de flaqueza tras una recuperación sobremanera difícil, pues su esfuerzo no está viéndose premiado con tantos. La ausencia de compañeros como Hazard, Rodrygo, Valverde, Carvajal y hasta Benzema recae sobre los hombros de una sala de máquinas que se agiganta cada día, mientras Courtois, Varane y Nacho logran para mantener la portería a cero, respaldados por Lucas Vázquez y el antílope senegalés. Es poco probable, sin embargo, que la proeza de Kroos, Modric y Casemiro pueda prolongarse todo lo requerido, sin que la enfermería ofrezca entretanto alguna tregua.

Fotografías Getty Images.