Creo que le leí a @EmilSorel algo parecido a que hablar del Madrid es lo único ya que vertebra España. Desde su madridismo o su antimadridismo (no hay demasiados ejemplos de tercera vía), todo el mundo se siente legitimado y hasta obligado a opinar sobre cuál debería ser la conducta del Madrid ante cada nuevo caso. La vehemencia a la hora de opinar es mayor en muchos antis que entre los propios madridistas: los enemigos del club se arrogan el derecho y la obligación de determinar las soluciones que según ellos señalan los valores del mismo club al que no desean ningún bien. Sobre todos esos valores, sin duda se impone el señorío, que ya no es morir por el escudo, sino hacer lo que los antis harían si el Madrid cayera en sus manos.
El Madrid que algunos quieren apartaría a Benzema de la disciplina del club blanco pese a que todavía no ha sido ni siquiera juzgado- el "señorío" se impone a la presunción de inocencia- ; el Madrid que algunos quieren pediría perdón por no jugar, en la época de Mourinho, al estilo del Barcelona y la selección pese a no tener los jugadores ideales para ello; el Madrid que algunos quieren pediría perdón por los errores administrativos del Manchester United en el frustrado fichaje de De Gea, por intentar ficharle y también por finalmente no ficharle; el Madrid que algunos quieren obviaría la rendija legal que han detectado sus abogados en la defensa de sus intereses por el "Caso Cheryshev" (imperativo que lean a Jorgeneo); el Madrid que algunos quieren incumpliría la Ley del Deporte y no exigiría el aval del 15% del presupuesto poniendo en manifiesto peligro la continuidad del propio club al incumplir la legalidad vigente; el Madrid que algunos quieren, contra la opinión mayoritaria de sus socios-propietarios, prestaría su estadio para la final de Copa del Rey a petición de su más acérrimo rival para que en el mismo se celebrase una manifestación independentista. Etcétera.
Lo que realmente lleva estando en juego durante mucho tiempo no es la continuidad del Madrid en la Copa del Rey, o la vigencia de los estatutos del club o, siquiera, el respeto a la presunción de inocencia. Lo que está en juego es la soberanía del Real Madrid para tomar sus propias decisiones. Es tan evidente que hay campos de mejora en la dirección del club (¿en qué club no los hay?) como que existe un evidente interés en el debilitamiento constante, y si puede ser definitivo, del club más grande de todos los tiempos. La única entidad deportiva comparable en España al club blanco ha sufrido recientemente la imputación de algunos de sus jugadores más relevantes, la imputación del propio club, de su presidente actual y de algunos de los anteriores, además de la sanción FIFA y un sinfín de otras deshonras. Sin embargo, el nivel de la crítica ha sido considerablemente más bajo que el sufrido por el Madrid por culpa de asuntos objetivamente menores que esos.
Por todo ello, cuando uno observa cosas de su club que no le gustan (el caso de la Copa del Rey es el último ejemplo) y se dispone a verbalizarlas y escribirlas, se ve obligado a reprimirse al comprobar cómo la crítica de otros supera cualquier límite de proporcionalidad. El Madrid que algunos quieren nunca aspiraría a volver a ser nombrado mejor club del siglo.
Lo que una buena parte del madridismo debiera tener , es una personalidad formada, propia y fuerte. Así no se echaría tanto en cuenta a los infieles, sus opiniones y sus anatemas. Empezando por los componentes de nuestra plantilla que tal parece que ni sienten ni padecen. También sería interesante que el club se defendiera de los ataques que recibe, pero eso parece que no va a poder ser. Cosa extraña esa de confundir señorío con estupidez, no se si por cobardía o por indolencia. Nadie se pone bajo una bandera que nunca está izada, claro que cuando tuvimos a uno que la enarboló con furia frente a los enemigos, lo dejamos solo. Es que la guerra, como decían los italianos , "E piu bella, ma incomoda". La rendición preventiva es mucho más descansada.
Lo siento Javier, pero habla por tí.
Yo jamás dejé de apoyar a Mou, y como yo, muchísimos madridistas.
Era una forma de hablar, nada más.
Dice el filósofo D. Gustavo Bueno que el mayor y más preocupante problema de España es la estupidez. Podemos aceptar esta situación o la podemos combatir. Los madridistas la tenemos que combatir ya que los medios no dudan de que lo somos.
Necesitamos que sigas intentando llevarnos por el buen camino. No podemos seguir tragandonos sus milongas.
Gracias Ramón.
Gracias a todos. Como siempre.