Terminaba la crónica del Clásico subrayando que Zidane convirtió los fiascos del Cádiz y el Shahktar en ordalías de compromiso y amistad, elevando el fútbol a ocasión de probar la lealtad de un grupo hacia su entrenador, y hacia su propia persona como ente colectivo. Pero lo de esta noche trasciende todo cuanto recuerde en ese orden de cosas, porque rara vez vi tirar más de veinte veces –incluyendo una al larguero– sin meterla, jugando en general bien y hasta muy bien, con casi un 70% de posesión, mientras el contrario metía dos de dos, y de milagro no colaba otros dos algo más adelante. Lo que jamás vi fue no arrugarse más del par de minutos que siguen a cada mazazo, e insistir hasta los últimos segundos, subiendo con todos y no parando hasta igualar.
Otra vez Ramos y Benzema cargándose el equipo a las espaldas, y por primera vez Casemiro haciendo de las suyas en la Champions, donde parecía tristón y desorientado hasta anoche. Buenas noticias también que Valverde siga reverdeciendo, y Asensio atreviéndose a cada vez más, sobre todo al tipo de arrancada en vertical con regates incluidos, porque poquísimos son los capaces de tal cosa hoy, y menos con un golpeo como el de su zurda. Excelente fue, por ejemplo, toda la media hora inicial, donde volvió a quedar patente que combinar y presionar son lados del mismo desprendimiento, posibles solo si todos arriman el hombro a la vez, cerrando y abriendo el campo con esa coordinación.
No me gustó tanto como otros días Courtois, cuyo despeje promovió el segundo gol, aunque se redimiera haciéndose gigantesco poco después en un uno contra uno. Mendy alternó cal y arena, y quizá no haya visto una actuación más desafortunada de Vinicius, que se hinchó a fallar estrepitosamente, e incluso abundó en poses piscineras, cuando algo más de coraje hubiera igualado o ganado el partido antes de torcerse. Quizá lo pague con más ratos de banquillo, aunque la proeza de hoy tardará en olvidarse, y devuelve al Real su condición de adversario indomable. Como dijo Hazard, el punto conseguido sabe a tres. Menudo psicólogo, sociólogo y sabio está hecho el míster, cuando todavía siguen ausentes dos de los imprescindibles.
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..."ordalías de compromiso y amistad"...
Buenas D. Antonio, no deje usted nunca de escribir para La Galerna.
Propongo que alguna de sus crónicas sea utilizada como comentario de texto en la próxima convocatoria de la Evau (selectividad).
No desfallezcamos. No hace tanto Jabois o Bustos medigaban un RT para darse a conocer y, especialmente el primero, está a una ley de educación de entrar en el temario...
Un gran artículo, sí señor. Pero como lo pongan en la Evau va a haber más suspensos que nunca 🙂
En general ha bajado el nivel cultural del alumnado ; pero, no dramaticemos, por favor...
🙂