Se ha anunciado que, en el próximo mal llamado clásico, y en virtud del acuerdo de esponsorización de Spotify, el Barça lucirá el nombre de los Rolling Stones en la camiseta. Se ha anunciado con total naturalidad, como quien te cuenta sin pestañear que Javier de la Rosa es muy amigo de Chomsky. Las noticias, al fin y al cabo, son así: te llegan de manera aséptica y te las tienes que repetir. En el próximo mal llamado clásico, y en virtud del acuerdo de sponsorización de Spotify, el Barça lucirá el nombre de los Rolling Stones en la camiseta.
La pregunta es directa y apremiante: ¿por qué? Lo más grave es que este tipo de acuerdos publicitarios suelen ser biyectivos, por lo que no solamente vamos a ver al Barça presumiendo de ser el equipo de los Stones (o algo parecido), sino que llegarán a nuestros ojos, a nuestros ojos ya de por sí exasperados, vídeos de Instagram, Facebook y TikTok de Mick Jagger diciendo Visca Barça, Ronnie Wood envuelto en la senyera junto a un póster de Pedri, Keith Richards emborrachándose en La Torrada mano a mano con Laporta. Lo cual es muchísimo peor.
Los Rolling Stones no deberían tener nada que ver con el deporte. La sola idea de relacionarlos con cualquier actividad salubre es ofensiva para sus millones de seguidores, de varias generaciones, en todo el mundo. Pero, puestos a patrocinar via Spotify a un equipo de fútbol, habría sido deseable que dicho equipo estuviera vinculado al deporte sin trampas. Sus Satánicas Majestades pueden ser balas perdidas tal vez, cantos rodados por supuesto, tarambanas sin remedio, apóstoles del sex, drugs and rock’n’roll (aunque Wood cambiara el orden en una entrevista reciente). Pero no son una panda de sinvergüenzas, o no lo son en el sentido en que lo son en Can Barça. Para entendernos: los Rolling Stones no han pagado durante 17 años a la empresa responsable de los charts de ventas para que les sitúe en el número uno con cada nueva edición de un disco suyo, y si lo hubieran hecho jamás, ni ciegos de tripis, habrían tratado de desgravarse las facturas ante la British Tax Authority. El canallismo se hace con clase o no se hace, y entre una cosa y otra se abre un abismo mayor aún que el que separa al FC Barcelona de la decencia.
¿Quo vadis, Mick Jagger? Sympathy for the devil vale, pero for Negreira me parece demasiado
¿Quo vadis, Mick Jagger? ¿Por qué nos haces esto, cuando incluso desde La Galerna, concretamente a través de la docta pluma de Athos Dumas, os hemos postulado como la banda ideal para el concierto que ha de inaugurar el nuevo Bernabéu? Nos sentiremos legitimados para hacer campaña en sentido contrario, y defender la candidatura de Paul McCartney (aunque ya sé que toca en vuestro nuevo disco), como veamos a Keith —o Keithi, como sin duda será rebautizado— de azulgrana. La sola idea de que Keith Richards tenga algo que ver con Gavi es un sindiós de proporciones estratosféricas. Pon remedio a esto, ahora que aún estamos a tiempo.
Spotify es sólo un canal comercializador de vuestra música. No debería tener la potestad de ligaros a causas moralmente perversas. Esta gente cree que unos rockeros borrachos y drogadictos pueden ser alineados con una panda de chorizos sobre la misma línea de falta de virtud. Aclaradles que no tiene nada que ver. Esto es imposible de tragar para vuestros fans, con la excepción quizá de vuestros fans culés, que por haber los habrá, pues hay culés que aún no se han enterado de que deben elegir entre el bien y el mal. Sympathy for the devil vale, pero for Negreira me parece demasiado.
Getty Images.
Te entiendo Jesús, para mí sería la simbiosis perfecta que Pearl Jam actuara en el nuevo Bernabéu, mi grupo favorito en el estadio de mi club de fútbol y no me quiero ni imaginar si saliera su logo en alguna camiseta de equipos sobornadores.
Por cierto, los que se vanagloriaban y lo decían cada vez que podían de no vender su camiseta a la publicidad y como mucho llevar lo de unicef ahora venden hasta el nombre del estadio a una plataforma musical y hasta incluso esa misma plataforma manda en lo que llevan sus camisetas, puestos a poner grupos de música lo más apropiado serían Los Delincuentes, Presuntos Implicados o alguno así.
Valors lo llaman, hipocresía se dice en verdad.
Pues hace unos 10 días, cuando leí la noticia, me quedé perplejo ante semejante despropósito.
Muy desagradable , por lo que expone don Jesús y por lo que de doble burla supone ver el logo de esos tan encantadores canallas, como entrañables músicos ,asociado a un club sucio donde los haya.
Todavia recuerdo a un ser querido , ya desaparecido, que un día me dijo que con los Rollings Stones estaba un tanto decepcionado . porque siendo un símbolo de la libertad habían accedido a tocar en Chile , durante una época donde los derechos humanos allí seguían siendo vulnerados y el Gobierno "democrático" de aquella época protegía a Pinochet.
Emocionalmente, para mí, lo de la lengua en la zamarra culer es Mas execrable todavía.
Un disparate. Los Stones son los gamberros universales pero nunca se ocultaron. Llegaron a lo más alto con su talento, sin necesidad de usar tácticas mafiosas. Pasan los años y ahí siguen, siendo un icono universal. Por eso los Stones, como los Beatles, Pink Floyd o Led Zeppelin, son madridistas. Y si no lo reconocen públicamente es porque aún no se han dado cuenta, como el que se siente flotando cuando está frente a alguien pero no termina de reconocer que está enamorado de esa persona. Va a ser un clásico feo.