Monseñor Setién

Buenos días. Los portanalistas que ya peinamos canas (otros no lo hacen, bien porque carezcan de canas, bien porque carezcan de pelo) recordamos un obispo vasco que en los 80 fue muy controvertido y que respondía al nombre de Monseñor Setién. A los portanalistas que peinamos canas nos sucede que llevamos un par de días oyendo y leyendo “Setién” por todas partes y, en primera instancia, pensamos instintivamente en el obispo. Rogamos por tanto que cuando la prensa hable de Quique Setién, el flamante nuevo entrenador del Barça, le llame así, con nombre y apellido, Quique Setién, para evitar ese molesto déjà vu. En su defecto, podrían llamarle simplemente Quique, que era en sus orígenes el nombre futbolístico de quien fuera aquel finísimo media punta. Los portanalistas que peinamos canas tenemos la ventaja de que le vimos jugar, y muy bien.

Bartomeu, con quien Sport ha conseguido una entrevista en pago por el blanqueo (ejem) que el medio proculero ha hecho del indigno despido de Valverde, le llama Quique, y así lo muestra el rotativo en sus destacados de la entrevista en portada. Lo agradecemos. “Xavi será el entrenador del Barça algún día, pero ahora lo es Quique”. Si hubiera dicho “ahora lo es Setién”, habríamos pensando en aquel polémico miembro de la curia entregando los petos de titulares y suplentes. No es obispo, no, este Setién, aunque su llegada haya sido celebrada por los medios proculeros como el retorno de la “ortodoxia”, literalmente, como el feliz arribo de un “fanático” del estilo, literalmente también. Todo suena mucho a dogma de sacristía, de modo que lo del obispo a lo mejor, en sentido figurado, no anda tan alejado de la realidad.

“Nos lo pasaremos muy bien”, promete el mandatario azulgrana mientras se chupa aún los dedos con la sangre metafórica de Valverde y otea lontananza haciendo sonar su lira. Eso, lo de “pasarlo bien”, constituye otra referencia al tan traído “estilo”, el “modelo”, el “ADN Barça”, la traición al cual le ha costado el puesto a un entrenador que, con sus defectos, tenía al Barça en lo más alto de la tabla liguera y con todas las opciones en Champions y Copa. El delito de Valverde fue detectar con buen criterio que, al no tener los mejores jugadores para girar en torno a ese “estilo”, “modelo” o “ADN”, lo más práctico era tratar de implantar otra idea futbolística, incluso aunque muchas veces, por puro instinto de supervivencia, negara estar haciéndolo. El delito de Valverde, sí, fue salirse del libreto para ganar, y ganó, al menos en el campeonato nacional, pero no le sirvió de nada porque lo que cuenta es el libreto mismo, eso que Bartomeu llama “pasarlo bien” y que en el idioma de otros significa pasarse el balón en el medio campo hasta la extenuación. Eso fue lo que tumbó a Valverde. Eso y, por supuesto, Roma. Eso y, por supuesto, Liverpool. Ese torneo llamado Champions League, que no tiene mérito ganar porque lo gana con frecuencia el Madrid, ha probado ser en realidad el centro neurálgico de todo, hasta el punto de haberle costado el puesto a un entrenador capaz de reinar en España.

Mundo Deportivo trae a portada el primer entrenamiento dirigido por Su Eminencia, “el mejor entrenador de España” según un periodista con claustrofobia. Dice Mundo Deportivo que ya se nota un cambio. No se percibe dicho cambio, o al menos no un cambio para bien, en el careto entre adormilado y perplejo que tienen los jugadores al escucharle, pero Mundo Deportivo deja este mensaje de optimismo para ver si, sumado este mérito a su (también) silencio respecto al indigno despido de Valverde, consiguen otra entrevista con Bartomeu.

Hay reptiles verdes con la barriga blanca a causa del rozamiento con el suelo, y luego están Sport y Mundo Deportivo en su relación con el club que les da de comer.

El “buen rollo con Messi” es según Mundo Deportivo una de las principales señales de que algo está cambiando, aunque parezca muy pronto para que nada haya cambiado y este repentino estado de embeleso resulte tan forzado. Buen rollo con Messi. Menos mal, nos preocuparía que al primer día de entrenamiento ya hubiera conflicto. Y menos mal, añadimos también, porque el Barça es una entidad en la que cierto jugador está a la par con el presidente (en el mejor de los casos) en cuanto a capacidad de decisión, y por tanto por encima del entrenador. En el Barça, la autoridad de Messi es máxima en los planos civil, jurídico y eclesiástico, como la del teniente de la isla de Chafarinas, y está por tanto por encima de la jerarquía eclesiástica que pueda circunstancialmente dejarse caer por ahí. En el Barça Monseñor es Messi, eso es así. Toda la suerte del mundo a Su Eminencia.

Por lo demás, como veis, poca chicha en la prensa deportiva madrileña. As trae un refrito de los éxitos del Madrid en la pasada década, acaso en el afán de congraciarse con Florentino en esta etapa de relañismo postRelaño, y Marca viene con Van de Beek, que según nuestra información está en efecto recontrafichado y estará en la plantilla en junio. Casemiro, Valverde, Kroos, Modric, Ødegaard, Van de Beek.

A ver si quienes se van a divertir somos nosotros. A ver si el “estilo”, el “modelo” y el “ADN” solo podría conseguirlos nuestro rival si tuviera nuestros jugadores.

Pasad un buen día.