Buenos días, amigos. Anoche se disputaron algunos de los partidos de la jornada de liga que se dirime esta semana, no muchos, pero suficientes para constatar una vez más que el racismo existe en los campos de España, y que el pretexto de los medios para pseudojustificarlo (el carácter de Vinícius) cae en saco roto cuando los incidentes racistas tienen lugar allá donde Vinícius ni siquiera juega.
El propio brasileño lo subrayó ayer en sus redes sociales de manera oportuna e indiscutible.
Esto es lo que sucede cuando la mayor parte de la prensa, lejos de poner el foco sobre el racismo, lo pone sobre la víctima, acusándole de provocar las reacciones xenófobas de las masas (o los gritos violentos, o cualquier forma de bullying) en lugar de limitarse a condenar a los autores de las afrentas. Los "es intolerable PERO" alimentan a los intolerantes, y los medios deben hacer un muy serio examen de conciencia respecto a lo sucedido. Ya sabemos dónde ha estado el foco y ya sabemos dónde debería haber estado.
Viendo portadas tan lamentables como esta de hace unos meses, no es de extrañar que los cafres se crezcan. El que Vinícius te caiga bien, mal o regular (lo que en el fondo es muchas veces un reflejo de qué tal te cae el propio Real Madrid) no debería nublar tus prioridades, y la prioridad absoluta debería ser la lucha contra el racismo, trascendiendo polémicas artificialmente infladas por quienes ponen a Vinícius una cámara encima para subrayar sus malos gestos, escrutinio que no superaría con éxito casi ningún jugador, con la particularidad de que los gestos prescindibles de Vini se derivan de la cantidad de patadas impunes que recibe y del acoso de las masas, también impune por parte de árbitros que no aplican los protocolos antirracismo ni antiviolencia. Anoche los pseudoaplicaron en Getafe, pero tal vez la mecha haya prendido y sea tarde. ¿Por qué no se aplicaron cuando lo sufrió Vinícius? ¿Porque cae mal?
La vileza de las masas se incrementa cuando comprueban dónde ponen el foco los medios. Quien siembra vientos recoge tempestades. Se está viendo. Y la condena al racismo que aparece hoy en el frontispicio de Marca es tardía y falta de credibilidad.
El argumento esencial de la primera plana marquista es no obstante el partido de esta noche entre Real Madrid y Athletic de Bilbao. Vuelve Bellingham, sancionado durante dos partidos por decir una palabrota cuando le birlaron un gol postrero en jugada para los anales de la infamia, pero falta Vini. Vuelve, sí, el pichichi, y retorna también Militao, que estará en el banquillo 232 días después de su grave lesión.
Militao no jugará de inicio, y puede que no dispute ni un minuto, pero su presencia en la lista es una bendición. Hay mucho trabajo en la sombra detrás de esta recuperación, que pone al mejor central del mundo en el disparadero de la vuelta a la normalidad. Está por verse si podrá aportar algo en la eliminatoria contra el City. Ancelotti, en rueda de prensa, no lo descartó.
Por su parte, la prensa cataculé celebra la agónica victoria de un Barça paupérrimo que sudó tinta para ganar 1-0 a un Las Palmas que jugó con diez más de dos tercios del partido. En este equipo tiene puestas sus esperanzas el sistema, y por su parte no va a quedar para que le pueda arrebatar la liga a quien es, de muy largo, el mejor equipo de una competición que debería estar más que resuelta si no fuera por lo que todos sabemos.
Es esencial ganar al Athletic y despejar dudas.
Hala Madrid, y buen Domingo de Resurrección.
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