Vendedores de crecepelo

La maquinaria propagandística azulgrana se puso en marcha desde el momento en que se confirmó el nombramiento de Quique Setién. No es algo nuevo, incluso resulta inexacto por mi parte hablar del arranque de una inercia que siempre está activa. Ahora bien, las cuotas de adoctrinamiento a las que se está llegando en este caso concreto lo elevan a uno de los más destacados por parte del entorno barcelonista, lo cual es mucho decir.

Para poder calibrar la campaña de edulcoramiento de Setién, resulta interesante fijar primero un punto de partida, que sirva de referencia comparativa y para lo cual planteo: ¿Quién es objetivamente Quique Setién?

Sabemos que el cántabro es un técnico que no tiene un gran bagaje profesional en la élite. Él mismo lo reconoció en su presentación: “No tengo un currículum extenso, no tengo títulos, solo tengo que he demostrado que esta filosofía me encanta y que el Lugo, Las Palmas y el Betis jugaban bien al fútbol”.

Cuando Setién menciona la expresión “jugar bien al fútbol” se refiere a la única forma que él asume que es posible considerarlo así, esto es, mediante una actitud muy ofensiva basada en la posesión del balón y que para muchos es reconocible bajo la denominación de cruyffismo. Este planteamiento Setién lo ha llevado a tal extremo que ha sido el origen de numerosas broncas con compañeros de profesión.

• A pesar de perder 3-0 con el Leganés, a su entrenador, Pellegrino, lo ninguneó de la siguiente manera: "No le importa tener que jugar bien. Hace cuatro cosas espectacularmente bien con jugadores apropiados para ello. Pero si mañana les pides que jueguen como nosotros seguramente les va a costar".
• A Bordalás le echó en cara el juego de su equipo: "Nos hemos dejado ganar por un equipo que no se lo ha merecido. Me cabrea ver a los jugadores perder tiempo. De los equipos que están arriba, espero que el Alcorcón no ascienda, porque da pena verlos. Es un rival complicado porque no juega ni deja jugar”. Años después, volvió a repetirse la misma situación pero con Bordalás dirigiendo al Getafe.
• Como entrenador de Las Palmas, a Simeone lo saludó de la siguiente manera: "Estás haciendo un trabajo sensacional, pero no me gusta cómo juega tu equipo". A lo que el Cholo le contestó en rueda de prensa: "A ese equipo le ganamos 2-0 porque sus jugadores perdieron dos pelotas atrás. Se las robamos y fueron goles. Uno no entrena para sí mismo sino para el club donde trabaja. No se puede entrenar para gustarse a uno mismo”.

Setién por tanto, a tenor de los resultados, no puede considerarse todavía un gran entrenador pero sí un cruyffista radical. Y es por eso mismo que lo han fichado.

Desde la marcha de Pep Guardiola – que podemos extender a Tito Vilanova – en Barcelona existe una corriente importante que afirma que el equipo ha ido perdiendo la identidad del juego que les caracterizó. Interpretan estos barcelonistas que las decepciones cosechadas por el Barça en los últimos años – obviamente se refieren a la Champions League – están relacionadas con este alejamiento del espíritu original, que ha alcanzado su máxima degradación, según ellos, con Ernesto Valverde.

Ni que decir que está teoría no es más que un autoengaño de quien prefiere no ver una dolorosa realidad: aquellos fantásticos jugadores que llevaron a su máxima expresión a ese estilo ya no están en activo o los que quedan han pronunciado su declive y ni la plantilla ni el mercado les ofrecen garantías para sustituirlos. Por lo tanto, ante el desastre que se avecina (el final definitivo de los últimos supervivientes: Messi, Busquets y Piqué) prefieren buscar refugio en una fantasía analgésica: lo importante es el estilo, da igual qué jugadores tengas.

Y el estilo es Cruyffismo. Es decir, Setién.

Esta es la idea, por tanto, que los medios barcelonistas están vendiendo y que los barcelonistas están comprando, aun a sabiendas de que todo es mentira. Cuando se trata de propaganda, de hecho, lo relevante no es si es verdad o no. Ahora lo vital es convertir el estilo en una pócima mágica que hace ganar y a Quique Setién, en el druida que la suministra.

Josep M. Artells, Director Adjunto de Mundo Deportivo, comentaba ayer en su columna:

“Setién tiene las convicciones innegociables que recuerdan a Cruyff, tiene la pasión y el genio de Luis Aragonés y sabe motivar y se comunica fácilmente con los jugadores como Guardiola”, algo sin duda sorprendente para quien lleva 19 años entrenando y todavía no ha ganado un solo título.

 También ayer, en La Vanguardia, Antonio López Tovar, apuntaba:

“Todo el mundo considera que Setién es el técnico ideal para el Barça porque desde la época de Cruyff la identidad del fútbol blaugrana es para él como una obsesión”. Todo el mundo por más que la directiva preguntase primero a Xavi Hernández, Ronald Koeman y Mauricio Pochettino y que ni los medios ni la afición lo reclamasen previamente. En definitiva, Setién era el entrenador perfecto, aunque nadie se dio cuenta hasta que el resto dijo que no.

Sport redoblaba la apuesta hagiográfica de la mano de David Rubio, que resaltaba las dotes del nuevo técnico del Barça como jugador de ajedrez:

“Desde que colgó las zapatillas ha intentado encontrar el equilibrio perfecto entre el fútbol y el ajedrez en cuanto a colocación de piezas/jugadores, armonía en los movimientos, y, sobre todo, equilibrio.”

Y dado que el nivel futbolístico y ajedrecístico del santanderino "han encontrado un equilibrio", el columnista deja constancia de su nivel frente al tablero, digno de Kim Jong-un:

“Y es que el sustituto de Ernesto Valverde tuvo el honor de enfrentarse a Garri Kasparov, 'El Ogro de Bakú', en sus días el campeón mundial más joven de la historia y actualmente gran crítico con el régimen de Vladimir Putin. También se midió a Deep Blue Junior, una de las primeras máquinas casi perfectas de ajedrez que también derrotó en varias ocasiones al propio Kasparov. La última gran sorpresa la recibió durante su reciente etapa al frente del Betis, cuando tuvo la oportunidad de jugar contra el mítico Anatoli Karpov en Sevilla.”

Es una lástima que David Rubio no aporte los resultados de dichas partidas, si bien entendemos que esto es así porque ahora lo importante no es ganar sino jugar bien.

Javier Miguel, corresponsal del Diario AS en Barcelona, se inclinaba por destapar el virtuosismo del entrenador en los detalles más sencillos.

“Desde la llegada del veterano entrenador al club, el equipo aún no ha tenido un día de fiesta”. Es decir, fichó el martes 14 y desde entonces hasta el momento en que se firma la información, el miércoles 15, la plantilla azulgrana no ha parado ni un solo día.

Fernando Polo, subdirector de Mundo Deportivo, se centraba, en cambio, en lo realmente importante, lo sustancial, el que manda de verdad:

“fuentes del vestuario culé, que no conocen el contenido de la reunión vieron cómo Quique y Messi salieron bromeando al final de la misma. Setién ya tenía una relación de mucha cordialidad con el capitán del Betis, Joaquín.”

Y es que fue entrar al vestuario de la Ciutat Esportiva Joan Gamper y detectar Setién, a la primera, quién era ahí el que contaba los chistes. Eso sí, con gracia y salero, no como los de Joaquín, que una cosa es aprenderse chistes y otras saber contarlos. Qué risas se va a pegar Quique con Leo cada mañana.

Pero cuando me refiero a propaganda azulgrana también incluyo, obviamente, a la que surge desde medios y por parte de periodistas, de Madrid, unidos a la causa culé desde que fundieron, en su imaginario, el destino de la roja al del equipo de Pep Guardiola.

Antón Meana, corresponsal del Real Madrid, declaraba lo siguiente en la Cadena SER:

“Lo más importante es reconocer que Setién es lo que necesitaba el fútbol español… una gran noticia para la Liga recuperar al mejor entrenador de los últimos años… el cambio por Valverde le va a dar mejor fútbol y más opciones de luchar por la Liga y por la Champions”.

"El mejor entrenador de los últimos años" que fue sexto en su mejor temporada. "El mejor entrenador para luchar por la Champions", competición que solo conoce por televisión. "El mejor entrenador" que en su mejor temporada encajó 61 goles. "El mejor entrenador de la Liga" y "lo mejor que podría pasarle al fútbol español" porque, como todos sabemos, Zinedine Zidane es solo un alineador.

Sigan vendiendo crecepelo, que nosotros nos quedamos con el calvo.