Uno crece y madura, luego viene lo de encontrar una pareja, casarse, decidir si se tendrán hijos y, después, todo lo demás que parece que no tiene demasiada importancia; porque el sprint lo solemos dar en juventud, para después relajarnos hasta que el corazón nos lo permita.
Pero tú nos has hecho entender a todos los madridistas la aplastante realidad acerca de la relatividad del tiempo y la importancia del ahora. Un balón que sobrevuela el Bernabéu como si fuese de una esponjosidad increíble nos lo ha demostrado una y mil veces. Los segundos, las horas y los días no parecen importar demasiado. En ese instante, lo que importa no es el principio o el final del recorrido de ese balón perfecto, sino el transcurso de lo que sucede entre medias.
Hay quien corta su respiración. Dudo que haya alguien que se atreva a pestañear.
¿Podrían los giros del balón relacionarse con el aumento de las pulsaciones? Sería interesante determinar la cantidad de oxígeno y dióxido de carbono que hay en la atmósfera entre pases de Toni Kroos. Pero lo que tengo por seguro es que nadie piensa en lo que ocurrió justo antes del pase, y me atrevo a afirmar que, a excepción de los más doctos del balompié, tampoco sabemos lo que ocurrirá inmediatamente después.
Esa es la magia de Toni Kroos, que siempre nos ha hecho vivir en el presente, sin apreciarlo en muchas ocasiones
Esa es la magia de Toni Kroos, que siempre nos ha hecho vivir en el presente, sin apreciarlo en muchas ocasiones. Nos hemos centrado en lo que fue y en lo que vendrá; y Toni, por el bien de todos, por el bien de su equipo, ha sabido mantenerse implacable, riguroso e inclemente en el centro de todo lo que habría de ocurrir en el espacio-tiempo de los noventa minutos, en el presente de quien sabe que hizo, que hará y, sobre todo, de quien hace historia.
Gracias, Toni, por diez años de presente.
Getty Images.
Pues sí.