El presente artículo se titula «¿Qué portero debe fichar el Real Madrid?», pero en el mismo no van a encontrar respuesta unívoca a la cuestión. Si quieren soluciones rápidas y sencillas a problemas complejos, pueden dejar de leer y seguir abrazando el ideario de su partido político favorito, enchufarse una nueva entrega del programa semanal magufo de éxito o, si desean perder peso, seguir cualquier dieta con nombre absurdo a mayor gloria de algún gurú de la nutrición que prometa milagros.
Precisamente el tema de la nutrición sirve para dibujar un símil al respecto. Es habitual analizar las ventajas o inconvenientes de tal o cual alimento en virtud de alguno de sus componentes aislados, no del conjunto. Por ejemplo, los frutos secos tienen muchas calorías y grasas, por lo tanto no son recomendables si se quiere adelgazar. Realmente las pruebas han demostrado que quien incluye en su dieta dichos alimentos posee menos probabilidades de padecer obesidad.
«¿Qué portero debe fichar el Real Madrid?». Si quieren soluciones rápidas y sencillas a problemas complejos, pueden dejar de leer y seguir abrazando el ideario de su partido político favorito
En fútbol ocurre igual, padecemos cromitis aguda, juzgamos equipos y emitimos vaticinios en función de los cromos, de los jugadores individuales que posee cada equipo. Es algo parecido a predecir las propiedades del agua analizando al microscopio y de manera individual el hidrógeno y el oxígeno. Ya imaginarán que el resultado poco tiene que ver con las características del compuesto, agua, que forman. Cuando el PSG reunió a Mbappé a Messi y a Neymar, más el resto de estrellas, pocos dudaban de que su rendimiento sería superior a Benzema más Vinícius aún fallón más Rodrygo sin hacer más Bale de vuelta más Hazard semiretirrado más Mariano en su casa. Y la realidad fue la que fue.
Los equipos de fútbol funcionan de la misma manera. A más B no es AB, sino C. Por lo que los análisis del conjunto son más certeros que los individuales, pero venden menos y además son más difíciles. Y si se trata de augurar lo que un futbolista concreto puede suponer en el funcionamiento coral, no es descabellado afirmar que a menudo es una quimera y que la suerte tiene una gran responsabilidad en el acierto o fracaso del pronóstico. Esta realidad tampoco vende.
Con los fichajes ocurre lo mismo, la obsesión con los cromos roza la obsesión. Se tiende a fiar todo a la llegada un jugador, quien, del mismo modo que una dieta milagrosa nos hará adelgazar, él solo será responsable de que el equipo gane durante los próximos diez años. La realidad no es así y, lo que es peor, la realidad nunca ha sido así y, a pesar de haberla vivido, no la recordamos y seguimos insistiendo en el error.
Si retrocedemos al verano del 21, tras la desilusión de Mbappé de aquel verano, la afición afrontaba la campaña sin fe, preveía una temporada de transición y sostenía con argumentos muy sesudos que el Madrid solo con Benzema de nueve y además entrenado por Ancelotti, poco más que un simpático señor mayor incompetente, iba a tener problemas hasta para clasificarse para la Champions del curso siguiente. ¿Hace falta decir cómo concluyo la temporada 21-22?
Ahora nos enfrentamos a la terrible noticia de la lesión grave de Courtois. Terrible noticia sobre todo para él, no lo olvidemos, merecedor de todos los ánimos y el apoyo. El boquete que deja en la plantilla es más grande que si se hubiese roto cualquier otro jugador. Analizada de manera concreta, la baja de Courtois no se puede cubrir con nadie, porque la diferencia entre el mejor portero del mundo y el segundo pocas veces ha sido tan grande. Y el segundo mejor portero, y el tercero, probablemente no sean fichables. Es lógico sentir un abatimiento extremo y dejarse llevar por el pesimismo, aunque no es una buena idea prolongarlo mucho, como trataré de explicar más tarde, aunque seguro que ya lo saben.
El boquete que deja la lesión de Courtois en la plantilla es más grande que si se hubiese roto cualquier otro jugador
Por seguir con ese verano del 21, la diferencia entre Mbappé y cualquier otro delantero que hubiera fichado el Madrid era abismal, parecido a como ocurre ahora con Courtois. No digamos la diferencia entre Mbappé y nadie. Sin embargo, nadie fue precisamente el delantero elegido para su contratación. Sin embargo, la no llegada de Mbappé significó el fichaje sorpresa de Camavinga y un salto de calidad de Rodrygo y Vinícius que nadie esperaba. También tuvo un efecto importante en la mentalidad de la plantilla, que frente la adversidad, el ninguneo y los malos augurios se conjuró y ofreció un rendimiento superior al esperado.
Nos hallamos en una tesitura similar —no igual—: ¿debe el Madrid confiar en Lunin? En caso de no confiarle la titularidad, ¿qué portero ha de contratar? En caso de depositar la confianza en Lunin, ¿debe fichar un portero suplente? Esta última opción parece la preferida por Ancelotti, a tenor de lo dicho en la rueda de prensa de hoy.
Cualquier respuesta tiene las mismas posibilidades de acertar que lanzar un dado al aire, porque en fútbol la lógica a priori no suele contar con el refrendo del futuro. Con Lunin puede suceder como con Militao, a quien una desafortunada lesión de Ramos que en su día se vio como inoportunísima brindó la posibilidad de descorcharse como uno de los mejores centrales del mundo para —esperemos— los próximos diez años.
Ayer sí, pero hoy no tengo claro que el Madrid deba fichar un portero para ser titular
También cabe la posibilidad —las probabilidades son escasísimas— de que tome la alternativa algún canterano mientras el Madrid se lo piensa y resulte un Casillas. Y, por qué no, podría darse la situación de que llegue a última hora un Illgner y defienda la meta merengue con garantías desde el primer día.
Lo malo de todas estas disquisiciones es que el Madrid, a diferencia de nosotros, ha de analizar, arriesgar, elegir y tomar una decisión.
Ante el escenario que abre la lesión de Courtois, el aficionado madridista tiene dos opciones: la primera es no superar el duelo, mostrarse abatido, negar cualquier posibilidad de que el Madrid haga una buena campaña y verlo todo mal, sería la opción agorera; la segunda es darse un tiempo para reponerse del mazazo y afrontar la campaña con la misma actitud que el Madrid encaró en el minuto 90 el hecho de ir perdiendo 0-1 frente al City en el Bernabéu cuando la inteligencia artificial daba al equipo de Guardiola unas probabilidades de clasificarse para la final de Champions del 99 % frente a —lógicamente— un 1 % para el Madrid.
Agorero y madridismo son conceptos antagónicos, pese a contar el madridismo con no pocos agoreros en sus filas. Y son conceptos antagónicos porque precisamente la característica principal del Madrid es no dejarse arrastrar por las desgracias, no poner excusas —aunque en realidad no sean excusas sino problemas reales— y lanzarse a ganar todo con la plantilla que se disponga en cada momento.
Agorero y madridismo son conceptos antagónicos. Cada uno ha de elegir si prefiere enfrentarse a la adversidad en ventaja o en desventaja, en modo Real Madrid o en modo agorero
Está demostrado científicamente que la mentalidad con la que se afronta un problema tiene influencia real sobre el rendimiento que se demuestra, incluso físico, no solo psicológico, mediante la segregación por parte del organismo de sustancias beneficiosas para tal fin. Y no me refiero a ninguna teoría flower-power de hippies trasnochados, Mr. Wonderful o propia de charlatanes como Paulo Coelho, sino al «¡Hasta el final, vamos, Real» de toda la vida. Es una evidencia ante la que cada cual ha de elegir si prefiere enfrentarse a la adversidad en ventaja o en desventaja, en modo Real Madrid o en modo agorero.
De vuelta al principio de este artículo: «¿Qué portero debe fichar el Real Madrid?». Confieso que según se confirmó la noticia, lo tuve claro, el Madrid debe fichar un portero titular porque no tengo confianza en Lunin (de la misma manera, lo reconozco, que no confiaba en Militao antes de aquel partidazo que lo cambió todo). Hace unos meses, curiosamente, sí confiaba en el ucraniano, pero sus actuaciones durante la campaña pasada me hicieron cambiar de opinión.
Con las horas mi duda ha evolucionado y no tengo tan claro que el Madrid deba fichar un titular, porque al menos un suplente sí parece obvio. Todas las posibilidades que se han oído tienen una parte que no convence. Bono, quien futbolísticamente parece la mejor opción, ha de jugar la Copa de África y además pertenece al Sevilla. Bodo Illgner ya no está en condiciones. Buffon tiene una edad y se da el pequeño inconveniente de que se ha retirado. De Gea es De Gea. Y así podríamos seguir con todos. Además, luego habría que ver si el nuevo portero se adapta a la plantilla antes de que se recupere Courtois.
La opción de confiar en Lunin conlleva riesgos debido a la inseguridad demostrada en el pasado. Pero permite la posibilidad de que se destape un talento en el que el Madrid ha invertido mucho y ahorra, además de dinero, muchos inconvenientes, entre ellos qué hacer cuando se recupere Courtois y haya overbooking porteril. Se puede confiar en Lunin y si no funciona tomar entonces una decisión. También hay que ver cómo vuelve Courtois. Es complicado.
Al final es muy difícil no dejarse llevar por la cromitis aguda y la solución sencilla al problema complejo es la primera que se nos viene a la mente a la mayoría, porque es la más sencilla y la que requiere menos capacidad de análisis. Sin embargo, D. Alfredo lo tuvo claro siempre: «Ningún jugador es tan bueno como todos juntos».
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No me duelen prendas al tildar este artículo como una antología combinada del sentido común y la inteligencia. De acuerdo en todo lo referido al dilema que supone la portería del equipo; una preocupación y una ocupación para los magníficos profesionales y/o expertos del club.
Entusiasmado de como tacha el autor a Paulo Coelho y , si cabe, todavía más de como aborda el asunto de la ingesta de frutos secos en relación al peso , delgadez o gordura. Doy fe. Soy un entendido en la materia , como consumidor habitual, y estoy hecho un figurín.
No es una cuestión de fe. Es una cuestión de sentido común. Es como lo del delantero. Yo puedo querer que Vinicius juegue de delantero toda la temporada y marque 40 goles, y que cuando no esté él, aparezca Joselu y marque 12. Y puede pasar. El fútbol ya nos ha demostrado que a veces ocurren milagros. Pero esto es el Real Madrid, la principal marca deportiva del planeta, y el club que más ingresos genera. Es ridículo empezar la temporada con 4 delanteros. Ridículo. Lo de los laterales es otra cosa, es un problema de calidad. Yo puedo argumentar que Mendy o Lucas o Carvajal no pueden ser laterales titulares del Madrid pero lo cierto es que los puestos están cubiertos. Pero en el tema del 9 o del portero ahora, es absurdo por no decir suicida. No tiene ningún sentido. Si Mbappe va a venir el año que viene (yo no me meto en esto) entiendo que no quieras desembolsar una millonada, pero tendrás que buscar una cesión o un jugador joven que pueda hacer esa función. No puedes dejar las cosas así, esperando a ver si suena la flauta por casualidad. Me parece una dejación de funciones alarmante y que seguramente tendrá consecuencias.
Una vez más asumo tu comentario David.
Tanto en lo del portero pero mucho más sobre el 9
Este niñato TRAIDOR , antepone el dinero a cualquier otro sentimiento. No da el paso porque quiere cobrar la totalidad de sus cláusulas de fidelidad y prefiere eso a estar condenado sin jugar una temporada
Valiente persona y deportista
UN IMPRESENTABLE