Pancho Puskas aterrizó en el Real Madrid en el verano de 1958 con 31 años, sobrado de kilos, tras un parón de 22 meses sin jugar debido a una sanción de la FIFA y con mucha incertidumbre. Fue un fichaje arriesgado, pero acabó siendo un éxito rotundo. No se vio al jugador magiar de principios de los años 50, en su mejor estado físico cuando jugaba en el Honved y la selección húngara, pero todavía resultó diferencial. Algunos de sus compañeros en el equipo blanco alucinaron con las capacidades de Cañoncito Pum y se preguntaban que, si era así en ese momento, cuál debió de ser su nivel en la plenitud. Los datos que dejó Puskas en su bagaje merengue en cuanto a partidos y goles fueron extraordinarios: 262 encuentros y 242 tantos, a una media de 0,92 por choque.
Para la historia del club madridista legó varias tardes prodigiosas. En seis oportunidades perforó la red rival en cuatro ocasiones consiguiendo un póker (Elche por dos veces, Cultural Leonesa, Eintracht Frankfurt, CD Mestalla y Feyenoord) y en una alcanzó el repóker frente al Elche. Pero su mejor día en la faceta goleadora se produjo el 18 de junio de 1961. El Real Betis visitaba el Santiago Bernabéu para la ida de las semifinales de la Copa en la temporada 60-61. Puskas anotó seis tantos y batió un registro anotador histórico que sigue vigente en las estadísticas globales del Real Madrid. Es el jugador que más goles ha marcado en un partido oficial con la zamarra blanca. El único que llegó a la media docena.
El Real Madrid había conquistado la Liga con Puskas como trofeo ‘Pichichi’ con 27 dianas y en la Copa, que se celebraba al final del curso, continuó con el punto de mira muy afinado. Antes de medirse al cuadro verdiblanco había marcado en todos los partidos coperos menos en uno. Acumulaba siete tantos al anotar un doblete al Hércules tanto en la ida como en la vuelta en dieciseisavos, un gol al Racing en El Sardinero y otro en el Santiago Bernabéu en octavos, y un tanto contra el Athletic Club en San Mamés en la ida de cuartos.
su mejor día en la faceta goleadora se produjo el 18 de junio de 1961. El Real Betis visitaba el Santiago Bernabéu para la ida de las semifinales de la Copa en la temporada 60-61. Puskas anotó seis tantos y batió un registro anotador histórico que sigue vigente
Miguel Muñoz alineó todo su arsenal para la ida ante los béticos en el Santiago Bernabéu, donde quedó sentenciada la eliminatoria. La delantera, debido a la baja de Canario porque los extranjeros no podían disputar la competición, la formaron Mateos, Del Sol, Di Stéfano, Puskas y Gento. El Real Madrid venció por 7-1 y los espectadores vivieron un verdadero festival ofensivo. A la fiesta anotadora de Cañoncito Pum se unió Mateos, que consiguió el otro tanto merengue.
Los seis goles de Puskas los explicó así Jesús Fragoso en su crónica del encuentro en las páginas de MARCA. El primero a los 12’: “Puskas pasa a Del Sol y este a Gento, que, desde el extremo, devuelve a Del Sol, para que el interior derecho pase a Puskas, quien, a media vuelta, dispara bombeado y a la izquierda de la puerta de Otero y marca”.
El segundo a los 26’: “Gento pasa sobre Casado adelantado. El defensa corre en misión de extremo izquierdo y centra muy bien. Puskas, de cabeza, marca por el lado izquierdo de la meta bética”. El tercero a los 66’: “Grau pasa mal y la pelota se la lleva Del Sol, que la envía sobre Puskas y este, de un gran tiro cruzado a la izquierda, logra un nuevo tanto”.
El cuarto a los 78’: “Puskas, en posición dudosa, recoge una pelota en jugada sin aparente peligro. Ante la impasibilidad de los béticos, incluido Otero, que había abandonado el marco, Puskas llega solo bajo los palos, coloca la pelota en la línea de puerta y luego, suavemente, la da con el pie y marca”.
El quinto a los 83’: “tras un barullo ante el marco bético, Di Stéfano pasa a Puskas, que tira y marca por la derecha de la puerta de Otero”. Y el sexto a los 90’: “Gargallo zancadillea dentro del área de Del Sol. El penalty es ejecutado por Puskas, que marca por la derecha, mientras Otero se lanza al lado contrario”.
Al final del choque Puskas era el gran protagonista y todos los medios de comunicación buscaron sus declaraciones a la salida de vestuarios. En el diario Pueblo y en MARCA recogieron sus palabras: “Estoy contento, muy contento. No se meten todos los días media docena de goles; pero no puedo precisar si ha sido esta la primera vez en mi vida que lo he hecho”. Añadiendo respecto a los nervios que afloraron en algún momento en el terreno de juego que “en esos casos, pienso que mis compañeros se tienen que ganar la vida con las piernas. Y procuro no perder la tranquilidad, porque me da pena darles un golpe”.
Puskas: No se meten todos los días media docena de goles, pero no puedo precisar si ha sido esta la primera vez en mi vida que lo he hecho
En la prensa los halagos y los elogios al delantero fueron abundantes y cuantiosos en diferentes crónicas y columnas de opinión de varios periódicos. En MARCA, Rafael Martínez Gandía escribió: “de los siete goles si no vi yo mal, Puskas metió seis. ¡Qué bestia! Digo, ¡qué bárbaro! Pancho es más conocido desde el domingo por la noche por ‘Puskas, 6’”. En el diario Pueblo, Matías Prats Cañete comentó: “Puskas destacó poderosamente por encima de todos los demás. Su gran partido como realizador fue insuperable. Si se contabilizan sus tiros a puerta y el número de goles conseguidos, habría que concederle un porcentaje de eficacia verdaderamente asombroso. Seis tantos de los siete que subieron al marcador tuvieron a Puskas como artífice directo. Por ello, quizá sea orientador buscar en él, en su manera de jugar, siempre adelantado, como punta amenazadora, en la burla consumada que hizo del marcaje de Lasa, una de las claves del partido”.
En ABC, Lorenzo López Sancho opinó: “la lancha rápida la tuvo el pentacampeón cuando Puskas, en la segunda parte, puso el motor fuera borda a su magnífica canoa. El magiar estuvo espléndido”. Y, por último, Jaime Campmany, en el diario Arriba, no escatimó ni una alabanza en su pieza titulada ‘Puskas, el zorro’: “Silencioso, suave, astuto, ladino, solapado, feroz, pacienzudo, habilidoso y escurridizo. Os hablo, claro, de Puskas. Dentro de ese breve pero asombroso parque zoológico que es la delantera del Madrid, a Puskas corresponde la labor del zorro. Viejo zorro del fútbol europeo, viejo por sabiduría, como si en él se juntaran y confluyeran los saberes de esta vieja Europa, que tanto sabe, Puskas a sus treinta y tantos años, ha dado una de las más asombrosas y regocijantes lecciones de astucia que haya visto el fútbol de todos los tiempos. Zorro cazador que conoce la paciencia de la espera y la ciencia de la oportunidad, cobró seis piezas difíciles. Seis goles de un mismo jugador son demasiados goles para no dedicar al goleador elogios muy especiales. Yo saludo a Puskas, el goleador de Chamartín, como quien saluda al más preciado ejemplar del fútbol y la zorrería. ¡Oh!, silencioso, suave, astuto, ladino, solapado, feroz, pacienzudo, habilidoso y escurridizo. Puskas: zorro plateado e incazable de ese zoológico breve y curioso que es la delantera del Real Madrid”.
Fotografías: archivo Alberto Cosín.
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Puskas ha sido el mejor goleador que yo he visto. Si en aquellos tiempos hubieran tenido las estadísticas que manejamos ahora nos quedaríamos estupefactos con los datos sobre la eficacia de Pancho. Como bien explica Martínez Gandía era capaz de meter 6 goles de 7 ocasiones, a distancia sideral de los grandes goleadores de esta época.
Uno de los mejores jugadores de la historia injustamente minusvalorado debido a las limitaciones de los medios audiovisuales de su época.
Afortunado de poder haber sido de aquellos que vieron el fútbol que llevaba en sus botas el gran, soberbio, extraordinario Ferenc Purczeld Biro, más conocido como (Puskas.)
Igualito que los muchos tuercebotas de ahora que no saben ni controlar un balón en el área y ya se sienten nominados para obtener el Balón de Oro
Grande Puskas y grande Alberto Cosín con sus lecciones de historia, el fútbol de aquella época si que era bonito por lo poco que he podido ver, básicamente el 7-3 del Madrid al Eintrach en la final de la quinta y una victoria de Hungría en wembley ante Inglaterra creo que 3-6, fútbol vertiginoso donde siempre se iba al ataque a buscar el gol sin las tácticas y tanto fútbol laboratorio de hoy en día.