Que informen otros

Hoy pueden ustedes comprar Mundo Deportivo y con ese simple gesto cotidiano estarán marcándose ustedes un Marty McFly, un Einstein, un bucle espacio-temporal de andar por casa. La portada que nos ofrece el medio catalán es más o menos la misma portada que ya nos ofreció hace unas semanas, hace algunos meses, hace algunos años, y también ayer mismo, hoy y mañana. Las portadas de Mundo Deportivo son siempre la misma portada, una eterna en la que el Barcelona no puede fallar, en la que aparecen Suárez, Messi y el hijo del padre de Neymar Jr. en distintas poses y circunstancias y en la que el Madrid se ha descalabrado para lo que queda de historia humana o está a diez minutos de hacerlo.

Es una portada random, la náusea de Sartre versión culé, la falta de argumentos informativos en una sociedad hiperexpuesta a la información sin pausa, un estudio de la banalidad humana que ríanse ustedes de Hannah Arendt, un ejercicio de reiteración que no sabemos si merece ser expuesto en el MoMA o en los baños del Miniestadi.

Hoy se les ha colado Iniesta, porque ya se sabe que el arte no deja de abastecerse de variaciones sobre el mismo tema, así que compren ustedes Mundo Deportivo y sienta cómo viajan ustedes al pasado, cómo experimentan la angustia del ser humano ante la nada, cómo el Madrid caca y el Barcelona chachi... cómo es posible que alguien compre Mundo Deportivo.

No crean que en las redacciones madrileñas mejoran mucho las cosas. En Marca nos regalan una portada de confección pinturera, con el Bernabéu y el Calderón a vista de pájaro, lo que, dicho sea de paso, revela una desigualdad arquitectónica que, por decoro y por Zeus -abonado madridista- no comentaremos. Pero más allá del aspecto, fíjense si seremos raros que nos parece un poco artificioso el argumento que nos vende hoy Marca.

Dicen que la Liga pasa por Madrid porque la ciudad acogerá cinco partidos decisivos para la resolución del campeonato, y a nosotros nos deja así como fríos el dato. Nos parece que sí, que no podemos negar la citada información, pero también nos parece que todas las Ligas pasan por Madrid, la presente, la pasada y las que vendrán, con la consecuencia de que para este viaje tal vez no hacían falta las alforjas de una portada pelín recargada y ampulosa. Puestos a vender humo, ya se decía en El lobo de Wall Street que un buen vendedor debe hacer que el comprador vea imprescindible tener humo en su vida, así que, modestamente, sugerimos a Marca que se nos venda mejor.

Cosa que no le sugerimos a As, por la sencilla razón de que preferimos sugerirles a ustedes que, sobre el tema que nos ofrece su portada, lean mejor La Galerna y se ahorren así la subtrama desestabilizadora y ventajista que suele vertebrar los argumentos (?) informativos del medio de Relaño.

Donde sí mejora la cosa es en la redacción de Sport, a quien, parafraseando a Harry el Sucio, le agradecemos que nos alegre el día. Pasen y lean. Degusten el producto con fruición. Paladeen con nosotros semejante delicatessen.

Resulta que Mourinho no para de llamar al hijo del padre de Neymar Jr. para sentarlo a su lado en el infierno. Resulta que el propio Mou pagaría la cláusula del brasileño, que le cubriría de oro, pieles y piedras preciosas, que le ofrece una noche en Malibú con todos los gastos pagados y bien lejos de Messi, al mediodía, donde el argentino no pueda hacer sombra alguna. Resulta que el mismísimo Special One iría a recoger al brasileño en limusina a la misma puerta de la peluquería, que champán rosado y fresas para desayunar, que lo que quieras, Ney, por favor... que palidece el Richard Gere de Pretty woman al lado del Mou de Sport.

"Mourinho toca a Neymar". Qué belleza de titular, qué subida repentina de la temperatura. Ney no sabe ya dónde esconderse. Ha cambiado de número no se sabe cuántas veces. Tal vez Ney fantasee por las noches con su cuerpo cubierto de oro portugués, pero se resiste Ney, no quiere coger el teléfono, siempre es Mou cuando suena, no quiere escuchar Ney los encantos y lisonjas del Belcebú de Setúbal. Sympathy for the devil.