¿Qué fue de La Masía?

Hace no demasiados años, la cantera era un dardo envenenado que se lanzaba desde Barcelona cada vez que se querían dar lecciones éticas, económicas, futbolísticas y hasta humanas. El valor de los jugadores de la casa, la importancia de trabajar las categorías inferiores, el ahorro que eso supone. En el Camp Nou se daban todos los ingredientes para definir al Barça como un club modélico. Se vanagloriaron tanto que llegó a dar la sensación de ser una entidad construida a coste cero desde principios del Siglo XX. Los Maradona, Schuster, Ronaldinho, Koeman y compañía no eran más que canteranos cambiados de nombre y nacionalidad que luego volvieron a la que fue su casa toda la vida. O algo así.

Sin embargo, el fútbol cambia aunque no nos lo cuenten. Y es que, en Barcelona han dejado de salir canteranos prometedores. Los pocos que apuntan maneras acaban marchándose cedidos o traspasados a bajo coste. Pero no pasa nada. Se sigue viviendo de Busquets, Piqué, Iniesta y Messi. Será como 'Los Simpson', que lleva décadas en antena y los capítulos viejos tienen todavía más éxito que los nuevos.

Decimos esto porque Sport y Mundo Deportivo se han puesto de acuerdo y en desacuerdo a la vez. De acuerdo porque enfocan sus respectivas portadas al mercado de fichajes. En desacuerdo porque uno apunta a un hombre en concreto y el otro suelta la baraja como el que va sin mano en el Póker y espera hacerse con la partida tirando por la carta más alta.

Que si Srna -primera opción para el lateral derecho según Sport-, que si Lichsteiner, que si Ivanovic... todos ellos jóvenes promesas cuya vinculación con La Masía la conoceremos el día que firmen -si es que alguno lo hace- con el Barcelona. Tienen en común que vendrían para sustituir a Aleix Vidal, uno de esos fichajes que al Barça le sale rana y aquí paz y después gloria. Sí, el chico ese con barbita que llegó al Camp Nou procedente de Sevilla. Ese. Le vieron por última vez en Media Markt comprando una tele en la que ver el fútbol.

Srna, Lichsteiner, Ivanovic... y Cancelo. El del Valencia llegaría al Barcelona en verano. Lo dice el diario de Godó (grande de España) y va a misa. Le harán una foto en La Masía para demostrarle al mundo que sigue ahí, que no fue un sueño de Antonio Resines, y ya después podrá vestir la blaugrana con olor a canterano preparado para triunfar. Y Aleix Vidal lo verá por la tele.

En Madrid, mientras tanto, un poco de azúcar al mal partido de España en Wembley. Se empató sobre la bocina y es lo que importa. El resultado es el que manda, no como cuando juega el Real Madrid, que si gana jugando mal no vale, si empata jugando bien es un desastre y si pierde jugando bien o mal tiene ya el paredón preparado para que el pelotón de fusilamiento se despache a gusto. España no jugó a nada, pero, oye, tampoco perdió. Lo de usar la misma vara de medir para todos, quizá mejor la próxima temporada. O la siguiente. O a la otra...