La Fecha FIFA de Octubre vino y se fue. Y con ella, como siempre, llegó una nueva ola de lesiones para el Madrid. Esas en cambio no vienen y se van. Se quedan. Durante mucho más tiempo del deseable.
Esta vez han sido Luka Modric, hoy por hoy el jugador más importante en la generación de juego, y Karim Benzema, hoy por hoy el delantero más en forma del equipo.
La verdad es que ya pudre el daño que los parones de selecciones están haciendo a los clubes, y en particular al Real Madrid, que es el que nos atañe. Recordemos el año pasado, cuando una lesión con Croacia apartó a Modric más de un mes, lanzando por la borda gran parte de la solidez del Real Madrid de Ancelotti.
El Contexto
En 2002, por presión de los grandes clubes del mundo, la FIFA decide regular las convocatorias oficiales e instaura cinco fechas FIFA a lo largo del año, en los meses de Marzo, Junio, Septiembre, Octubre y Noviembre. Ello con carácter adicional a las competiciones oficiales, como el Mundial, y las copas continentales.
Lo cierto es que estas cinco fechas representan al menos diez partidos (digo al menos por que en años mundialistas o previo a competiciones, hay mucho más que dos amistosos en Junio). No suena a tanto visto en papel, pero en un club de élite, donde se juegan cerca de sesenta y cinco partidos, representa aproximadamente un incremento de carga de trabajo del 15% adicional. En equipos de menos tronío, que pueden estar disputando cuarenta y cinco partidos al año, representa más del 22%. Esto es el dato cuantitativo, pero también está el apartado cualitativo, donde a cada uno de estos partidos hay que acompañarlos de una generosa cantidad de millas aéreas, malos descansos, y entrenamientos con otro ritmo y/o estilo al acostumbrado por los jugadores, con otras escuelas de cuidado físico y que hacen mucho más frecuentes las lesiones.
Resumiendo, un club de élite paga a su jugador para que este juegue una sexta parte de sus partidos para otro equipo. Y en años mundialistas o de competiciones como Eurocopa, Juegos Olímpicos o Copa América, más del 20%. Llevando el 100% del riesgo y el 0% del beneficio. Mal arreglo.
Soluciones públicas
Los clubes deben más que nunca formar un bloque. Proteger sus intereses mediante la suma de esfuerzos y buscar la fuerza del bloque (y un bloque formado por, por ejemplo, Real Madrid, Manchester United, Barcelona, Bayern Munich, Chelsea, Juventus, Ajax, River Plate o São Paolo, es MUY fuerte).
En este bloque, advertimos, se encontrarían los clubes solos. Las federaciones de cada país no los acompañarían. Ellas son las principales beneficiados de las fechas FIFA. Son la oportunidad que tienen de hacer caja de los Messi, James, Ronaldo, Ibrahimovic, Bale o Alexis Sánchez. Para las federaciones, cinco fechas al año serán pocas. Esta soledad constituye el principal escollo. Pero al menos se debe intentar ganar las pequeñas batallas. Los equipos y sus entrenadores muestran su disconformidad, se quejan por aquí o por allá. Pero no lo hacen como una sola voz. El formar un contrapeso institucional, una Unión Internacional de Clubes, un “Bloque de los 12”, donde se unan institucionalmente los grandes clubes, protegiendo intereses en común, daría fuerza a las voces aisladas que escuchamos hoy. De entrada una voz fuerte, sólida y unificada, puede labrar los primeros pasos hacia un calendario FIFA más sensato. Pero no es en la parcela pública donde se puede generar el mayor cambio.
Soluciones privadas
José Mourinho o Pep Guardiola han logrado, en algunos casos con más éxito que otros, convencer a sus jugadores de que la prioridad debe ser su club. Costa, Cesc, Messi, Piqué y otros han sido testimonio de exitosas negociaciones entrenador–jugador, dejando a las federaciones y a los mismos clubes fuera de la mesa, y con resultados positivos para el club.
Partimos de dos principios. El primero: es el club quien paga, generosamente en muchísimos caso. El segundo: a todo jugador le ilusiona representar a su país (a casi todos, al menos).
Estos principios suenan mutuamente excluyentes o contradictorios, pero no lo son tanto desde cierta óptica. El club debe hacer ver al jugador un tercer principio, el más importante de todos: a nadie, ni al club, ni a la selección, ni al jugador mismo, le conviene que este esté parado un mes por lesión.
Los clubes deben estructurar un reglamento interno (no oficial, pero que se ejerza de hecho) donde junto con el jugador negocien una política de cara a los amistosos. Luka Modric tiene que ser responsable y ver que su selección le ha causado ya en dos años entre seis y nueve semanas de baja (tomando en cuenta que no esté ante el Levante), y que esa situación es simplemente inaceptable. Que si quieren levantar trofeos llegado Mayo, es en Septiembre, Octubre y Noviembre donde se tienen que hacer compromisos. Y el club también deberá ceder algo, quitar una concentración por aquí, dosificar más partidos por allá. El jugador debe sentirse también beneficiado. Todo ello con el convencimiento que ni se está traicionando a la patria, ni abandonará a sus compatriotas en batalla. Es simplemente sentido común, muchas veces el menos común de los sentidos, lo que se necesita.
La fecha FIFA de Septiembre, es, particularmente, una Oda al Poco Sentido Común. Que en las Fechas FIFA que involucren un partido oficial y un amistoso, el jugador solo participe en el oficial es, a mi forma de ver, la primera meta que se deben plantear los clubes. Ganar esa pequeña batalla puede suponer un 35-40% de reducción en el número de partidos con su selección, y una brutal disminución en riesgo de lesiones.
Cerrando
No es un tema fácil, y las Federaciones, respaldadas por un reglamento de FIFA, tienen intereses económicos que se verían afectados por los avances aquí hablados. Pero la realidad es que dentro de los caminos que pueden tomar los clubes -que son quienes forman, pagan e impulsan al jugador- el peor es no hacer nada: solamente quejarse de vez en tanto, en algún congreso UEFA, de la sangría que supone cada Fecha FIFA. Que pidan consejo a Mourinho y a Pep, que en ese tema, como en muchos otros, van por delante del resto.
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