Punxsutawney

Buenos días. Florentino Pérez compareció ayer ante los medios para ratificar en el cargo a Rafa Benítez y para decir a los periodistas que dejen de contar mentiras. No es que fuera con la idea preconcebida de llamar mentirosa a la prensa (aunque puede que también), sino que los propios periodistas se afanaron en ayudarle introduciendo mentiras en la antesala de sus preguntas.

-José Luis Rodríguez el Puma formuló la teoría de la relatividad. ¿Le gusta a usted dicha teoría?

Si realmente tienes interés por conocer la opinión del presidente del Real Madrid sobre la teoría de la relatividad, tienes que ser muy imbécil para estropear de esta manera tu oportunidad de ser respondido al respecto. ¿O no será que la respuesta del presidente te interesa en el fondo más bien poco y lo que quieres es aprovechar ese foro para hacer constar ante tu audiencia -que debería ser la del presidente pero tú quieres que sea la tuya, como ese actor secundario que reclama improcedente protagonismo, como Peter Sellers que no deja de tocar la trompeta cuando en su condición de extra ha sido alcanzado por una bala ficticia-, para hacer constar ante tu audiencia, decimos, la audacia de tus teorías?

-Usted perdone pero José Luis Rodríguez el Puma no formuló esa teoría ni ninguna semejante. Siguiente pregunta.

-Compareció usted aquí hace un año para decir que Ancelotti iba a seguir en el cargo y luego se lo cargó. ¿Cómo pretende que le tomemos en serio?

-No comparecí aquí, en aquel entonces, para decir nada semejante. Eso es mentira. Y Ancelotti fue cesado, sí, pero al término de la temporada. Siguiente pregunta, por favor.

Pero hombre (o mujer). Tienes un disparo para matar a Kennedy, que viene ya herido, pero por si acaso ensayas primero con ese pajarito. Mañana seguirás escribiendo en tu periódico. Bien mirado, no es de extrañar que al Real Madrid le reclames absolutamente todo menos meritocracia.

No deja de ser una maravillosa casualidad que The Ouija Daily escoja términos eclesiásticos ("homilía") para referirse a a la intervención ante los medios de Florentino Pérez justamente en el momento en que el Padre Suances ha podido compaginar la realización sus labores pastorales con volver a escribir en La Galerna (sus palabras fueron ayer bálsamo sobre piel incandescente). Términos eclesiásticos y cinematográficos también: "El día de la marmota". Estamos en Punxsutawney, en el día en el cual, según marca la tradición, Alfredo Relaño ha de asomar la cabecita de su madriguera para dictaminar, ante cámaras de televisión provenientes de todos los estados del país, desde el Pacífico a la costa este, pasando por el Midwest y el aroma a magnolia del gentil sur, si el invierno ha tocado a su fin, o si por el contrario nos esperan aún largas semanas de escarcha y granizo.

Pues bien. Alfredo ha asomado su cabecita parda, se ha frotado los ojos con las patitas pilosas y, tras regalarnos un gracioso movimiento de sus facciones para desentumecer el hocico, ha dictaminado que el invierno va a ser largo, muy largo, y que lo pasaremos ateridos contra un muro sin más fuente de calor para nuestras manos que el propio orín.

Deportivamente hablando estamos mal, muy mal si se quiere, pero no lo estamos porque lo diga esta marmota. Al fin y al cabo, cada vez que sale de su madriguera, y sale hasta cuando no le toca (de hecho sale a diario), Alfredo dictamina invariablemente que el invierno será largo, muy largo, y que lo pasaremos ateridos contra un muro etcétera etcétera. Si alguna vez, siquiera una, hubiese la marmota dictaminado que el invierno ha tocado o está tocando a su fin, si en alguna ocasión (la "vergonzante" Novena, la potresca Décima, la Liga de Mou, las Copas del Rey, los torneos internacionales menores pero fehacientemente conquistados) hubiese la marmota concedido algún rayo de luz al panorama, resultaría tal vez ahora medianamente creíble en su papel de oráculo de lo infausto. Puede que existan razones para pensar que todo se está haciendo mal y que todo, en consecuencia, va mal y seguirá yendo desconsoladamente mal. Pero no será porque lo diga quien invariablemente, aun en el éxito, galopa a la grupa de cualquiera de los caballos del apocalipsis (el que toque según el día).

Marca opta por un reflejo mucho más aséptico de la comparecencia de Florentino Pérez, la cual a nosotros, la verdad, nos pareció bastante bien. Pero no se lo digáis a nuestras madres: ellas están tan tranquilas pensando que odiamos a Florentino y sometemos sus fotos a orgiásticas sesiones de vudú con gallos despedezados y fetos malogrados de marsupio.

Estamos seguros de que Florentino Pérez tiene algo de culpa de la actual situación, es imposible que no la tenga, pero al mismo tiempo nos preguntamos sinceramente si esa responsabilidad (y hablamos aquí del terreno meramente deportivo) no debería al menos verse matizada por la siguiente lista de nombres, puesta a disposición de los diferentes entrenadores del club en las dos etapas de su presidencia: Figo, Makelele, Zidane, Ronaldo Nazario, David Beckham, Sergio Ramos, Keylor Navas, Kroos, Isco, Modric, Cristiano Ronaldo, Benzema, Xabi Alonso, Özil, Di María, Bale. Y otros. No somos groupies del presidente ni nos morimos por su firma en nuestra carpeta, junto a las de Justin Bieber y el del tupé de One Direction. Simplemente, nos preguntamos cuánta culpa de la mejorable cosecha deportiva puede caer del lado de quien ha hecho posible (a todos los niveles, y con el grado de dificultad que encierra) la concreción de esa lista a priori de ensueño, y cuánta cae del lado de cuantos han gestionado deportivamente dicha lista... y de los componentes de la lista en sí. Hay otras muchas cosas discutibles, desde luego, pero si no se han ganado más títulos, ¿será mayoritariamente por culpa de quien ha hecho posible dicha lista, o mayoritariamente a pesar de quien la ha hecho posible? Insistimos que nos centramos en el aspecto puramente deportivo. Otros aspectos, a nuestro juicio, arrojan un balance más netamente positivo y por tanto menos debatible, aunque curiosamente haya quien también los debata, y hasta quien no permite que se debata que todo, absolutamente todo, y en absolutamente todos los terrenos, es una completa ruina y un bochorno permanente.

Mientras tanto, en Can Barça, sacan una marmota que lo que hace es pronosticar un verano inacabable, con Mascaró en lucebolas y Dani Alves en perennes gayumbos. Tienen sus razones para ello. Pero que no se confíen, ni crean demasiado que su estío será eterno. Ya tuvieron una buena borrasca en 2012 y otra todavía mayor en 2014. "El día de la marmota" (en España titulada "Atrapado en el tiempo") es una película que encierra un mensaje que probablemente se le escape a Relaño. Es más: aunque usa la frase hecha, dudamos seriamente que Relaño haya visto la película. De lo contrario, tal vez no la habría empleado como paradigma del escepticismo, la burla y el absurdo. No es absurdo lo que a Bill Murray le ocurre en la película, que encierra un mensaje filosófico y hasta religioso de gran enjundia y capacidad confortadora, un mensaje de redención a través de la búsqueda de la mejora personal y aun cuando nada parece tener sentido, aun cuando el bucle maléfico parece engullirnos.

When Chekhov saw the long winter, he saw a winter bleak and dark and bereft of hope. Yet we know that winter is just another step in the cycle of life. But standing here among the people of Punxsutawney and basking in the warmth of their hearths and hearts, I couldn't imagine a better fate than a long and lustrous winter.