Hubo un tiempo, ya lejano, en el que estudié algo de Psicología, noble ciencia de la que recuerdo poca cosa; no se me olvida, sin embargo, el concepto de proyección. Según tal concepto, el individuo se enfrenta a sus conflictos emocionales atribuyendo a los demás sus inaceptables impulsos. Les tiene que sonar, amigos: es el plato que el proceloso mar culé nos sirve a diario en su infame menú.
No importa la edad, condición o sexo del aficionado azulgrana, cada día nos desayunamos con un nuevo periodista, streamer o pinganiller que desgrana, a menudo con estridencia, las artimañas que tito Floren y el palco urden para orquestar sus derrotas. Gurucetas y Francos, Clesa y el Ministerio de Instrucción Pública se unen para urdir todo tipo de añagazas contra los inventores de la humildad y los valores, o sea ellos.
Como cortina de humo reconozcan que no está nada mal. Mientras se filtran audios del VAR, del VOR y del KGB, no hablamos de lo fundamental, que es el caso Negreira, verbi gratia, el caso Barça. Así es, amics. Después de 17 años de untamientos y masajes al trencilla de turno, resulta que un partido contra el Almería desata las Furias mediáticas contra nuestra casa, con los tanques vestidos de uniforme blaugrana, como si creyesen que nos vamos a olvidar del infame pitorreo en el que han convertido al fútbol español. Creen que el madridismo —amén de muchas más aficiones— se traga que las víctimas son los verdugos. Ésa es la proyección del soci medio, que pretende, a manera de neoguerra (lean a Umberto Eco) imponer como discurso dominante. Creen que un partido basta para borrar décadas de penaltis inventados, de fueras de juego increíbles, de tarjetas perdonadas, de palancas inverosímiles. En sus sueños húmedos, lo que se ha descubierto sobre el pantano de corrupción que nos apesta es un ardid para hundir su autoestima.
Nos dan lecciones de antifranquismo cuando condecoran al dictador, nos dan lecciones de fútbol cuando tenemos más trofeos que nadie, señalan con el dedo cuando están bajo la lupa judicial
Lamento decirles que de nada sirve, en el fondo. Verán, nada tengo contra Cataluña ni contra su idioma, que tengo la suerte de hablar. Lo que me subleva es la santurronería. La del beato que da lecciones en la calle mientras en su casa se dedica a todo tipo de perversiones, la del mafioso que limpia su imagen yendo a misa cada domingo. Nos dan lecciones de antifranquismo cuando condecoran al dictador, nos dan lecciones de fútbol cuando tenemos más trofeos que nadie, señalan con el dedo cuando están bajo la lupa judicial. Es inaguantable y perverso que tengamos que ver cómo semejante ofensiva de meapilas campa por sus respetos mientras desde la planta noble del club no ponen las cosas en su sitio.
Callen ya, culés. Limpien ustedes su casa antes de hablar de la nuestra.
Getty Images.
Nada más que decir que bravo por el artículo.
Cuando señalas a alguien con un dedo, los otros tres dedos te señalan a ti.
Genial artículo, muchas gracias.
Amén
Excelente artículo. Enhorabuena
Muy bien, Pedro. Totalmente de acuerdo contigo.
De acuerdo, naturalmente, con usted Pedro pero...Ellos simplemente se han especializado en aprovecharse del consentimiento o el silencio de los demás. Asi van ya casi 50 años...
Y es que dice el refrán que "el que calla, otorga" y son décadas otorgando
Hay otro dicho que es que "el que no llora, no mama" pues también se han especializado en esto...
En otros paises han bajado Juventus, Milan, Marseille, Glasgow Rangers, etc, por bastante menos y menos descaro
y no ha pasado nada por cumplir la Ley
Asco y nauseas produce todo lo relacionado con el Farsa, pero poco menos los cómplices o mansos vasallos como Patético, Valencia, Villareal, Mallorca, Celta, Alavés, Osasuna, Sevilla, Betis, Almería, Granada, etc., etc.,
Ahí, ahí...
Perfectamente explicado. Permítame añadir al hilo de lo comentado que el otro mecanismo de defensa , tan usado como la proyección, del "poble culer" es la negación. Negan y proyectan como ellos solos . Cuantitativa y cualitativamente.