Prohibido f*llar

Serán los efluvios de las fiestas, que aún nos duran, pero hemos leído otra cosa en el titular de Sport, una cosa relacionada con el anuncio que la misma portada incluye en sus bajos (para más inri). Alguna copa de cava -dejémoslo ahí- ha caído estos días y tal vez eso nos haya nublado un poco la vista, hasta el punto de leer una prohibición algo extraña para el Messías y el hijo del padre de Neymar Jr. Prohibido f*llar. Qué cosas. Menudos métodos se gastan en Can Barça. Será asunto del estilo. Pero, oigan, por ahí no pasamos los madridistas. Preferimos seguir deslavazados, sin orden ni concierto, antes de que nos prohíban semejante cosa, hombre, por favor, hasta ahí podíamos llegar.

Bien pensado, tampoco es que nos haga falta semejante contención para ganar, ya que, como bien "informa" Sport, ya hemos llegado al punto en que goleamos "sin rival". Así somos, queridos galernautas. Salimos once vestidos de blanco al campo (los once que le salgan en el bingo a Zidane, que ni piensa las alineaciones ni nada), empezamos a pasarnos la pelota y marcamos cinco como por no aburrirnos del todo teniendo delante a absolutamente nadie, que eso estorba y desluce. Los rivales son todos del Barcelona, ya se sabe, incluido el árbitro.

Ahí lo tienen. Miren arriba a la derecha. "Festín blanco con ayudita arbitral". Como tiene que ser. No es ayuda, sino ayudita, pero al menos es algo, así que no nos quejamos, aunque esperamos que para el próximo partido que tengamos -también sin rival, por favor- el evidente contubernio blanco que se viene gestando desde que don Paco Gento hizo la mili se ponga las pilas para que la cosa acabe en una ayuda en toda regla, en otro escándalo si cabe, en un paseo militar con el árbitro lleno de insignias blancas en ambas solapas. Es a lo que estamos acostumbrados, y además sin necesidad de ir a rodear al colegiado en comandita cada vez que hay una falta. Qué vulgaridad. Nosotros no necesitamos una acción tan desesperada. Todo está ya hablado de antemano en las altas instancias. Florentino no para de llamar a Gallardón, que no para de llamar a Donald Trump, que no para de llamar a Rick Astley para dejarlo todo atado y bien atado. Así que sepan que si hoy -no lo quieran la justicia, la belleza y el bien supremo- el Barcelona pierde algún otro punto contra el Villarreal será cosa de Rick Astley con Florentino a los teclados. Never gonna give you up, never gonna let you down.

Así que 39 partidos consecutivos sin perder y un tiempo muy feliz sin rivales, con ayuditas arbitrales, con minutos de descuento, con un entrenador florero, con un Balón de Oro de hojalata, y sobre todo sin nada que se parezca a un estilo. Pero, oh wait, que Zidane ha dicho que "también es importante cómo ganar y la gente está disfrutando" y a Relaño le ha faltado tiempo para ir corriendo a poner la declaración en su portada. No, no, por ahí tampoco pasamos. Desde La Galerna afirmamos que no estamos disfrutando en absoluto con esto, que semejante récord nos avergüenza, que esto de tener más títulos que derrotas en un año nos parece un oprobio, que necesitamos un entrenador que nos ilumine con conferencias magistrales sobre helarte de morirse de frío, y que en resumen Cristóbal Soria, Lobo Carrasco y Jorge D'Alessandro son nuestros máximos referentes porque ellos saben muy bien que disfrutar, lo que se dice disfrutar, es cosa bien distinta que no tiene nada que ver con f*llar, perdón, con ganar.

Así que una derrota, por favor. Imploramos por una victoria solamente moral, o estética, o discursiva. Lo que sea menos ganar sin rivales. Llevamos 39 salidas al campo en solitario y comenzamos a aburrirnos de nuestras propias tropelías. En definitiva, nosotros lo que queremos es saber jugar al fútbol más con los conceptos y la lengua al viento que con los pies.