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Al saber que Lopetegui fichaba por el Madrid, como me contó ayer la parienta, seguí con mis cosas hasta la hora de dormir, cuando picado por la curiosidad consulté prensa deportiva catalana y el As. Como me esperaba, abundaban cuestiones tan inteligentes como si podría un simple mortal tomar en cuenta lo bueno para la selección, al tener ya en mente otro grupo que entrenaría más adelante. A tareas parejamente sobrehumanas somete el despótico Madrit, seguí leyendo, aunque entre murmullos cada vez más airados se manifestasen los componentes no madridistas de la Roja, sospechando que ya no habrá equidad sino favoritismo.
Relaño añadió verbos como “avasallar” a un “me sentí profundamente indignado”, y El Mundo de hoy pone en duda que la “irresponsable” conducta de Florentino desemboque en cosa distinta de la humillante derrota ante Holanda. En estas estábamos, rumiando hasta qué punto la Selección se vería “desconcentrada” por la noticia, cuando Rubiales –el nuevo presidente- decidió tomar por el camino más valiente, y convertir la potencial desconcentración en irreversible decapitación. Ahora que se las arreglen solos, y que se fastidie el público, porque el feo hecho a su ínclita persona no merece otra respuesta.
Pues muy bien. Nos quedaremos sin saber cómo se habría desempeñado la Roja teniendo un seleccionador, como el resto de los equipos, y la culpa es del avasallador Madrit. Pero no hay mal que por bien no venga, y el incidente nos lega dos certezas. Una es cómo se las gasta el señor Rubiales, digno heredero del sempiterno Villar. La otra es el mecanismo que permite cumplir vaticinios dudosos. El gran incendio de Londres de 1666 lo inició un adivino persa, que se tomó el trabajo de prender los dos primeros almacenes portuarios; y los 30.000 muertos del año pasado en Méjico por guerrear contra La droga partieron de la ley Seca y la ley Harrison (ambas de 1914), en cuyo Preámbulo leemos que “sin alcoholes, cocaína y opio todos los niños y mujeres volverán a sonreír”. Aquí el preámbulo ha sido un cese, pero el asunto es el mismo: conseguir que algo deseado se cumpla, sea como fuere.
La Galerna trabaja por la higiene del foro de comentarios, pero no se hace responsable de los mismos
La clase se tiene o no.
🎂Cumple 33 años el hombre que le enseñó a Bellingham lo que significaba «chilena», el hombre tranquilo que no flaqueará jamás ante un penalti decisivo, el gran @Lucasvazquez91
¡Felicidades!
Lamine Yamal es muy joven.
Enormemente joven.
¿Y?
#portanálisis
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En el hecho de que @AthosDumasE llame a la que muchos llaman "Selección Nacional" la "selección de la @rfef" encontraréis pistas de por qué no la apoya.
La explicación completa, aquí
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Tal día como hoy, pero de 1962, Amancio rubricaba su contrato como jugador del Real Madrid.
@albertocosin no estaba allí, pero te va a hacer sentir que tú sí estabas.
Prensa española: "Julen Lopetequi no puede seguir al frente de la selección española porque el ambiente será irrespirable y se pondrán en tela de juicio todas sus decisiones. Se le preguntará continuamente por los jugadores del Real Madrid y se cuestionará cualquier cambio o alineación que protagonice un jugador del Real Madrid, se dirá que no está pensando en el equipo nacional sino en su futuro club... y todo eso lo haremos nosotros, la prensa española. Y además lo haremos en defensa de la selección española, de cuyos intereses somos celosos guardianes"
¿Es o no es maravilloso?
¡Exacto! El antecedente es: "Mourinho concita la animadversión de los rivales del Madrid". Mi variante favorita es: "Mourinho siempre está en el centro de la polémica [porque nosotros lo ponemos ahí; si no le hiciéramos caso, no lo estaría]".
Lo preocupante es que no haya una reacción crítica por parte del público, de los consumidores de los medios de comunicación. Parece que pueden transmitirnos cualquier disparate; que, si va a favor de nuestros prejuicios, no sólo no protestamos, sino que se lo aplaudimos.
En mi opinión el señor Rubiales ha actuado de manera temeraria e idiota. Temeraria porque no actuó valorando adecuadamente los riesgos que la destitución puede conllevar, e idiota porque antepuso su interés particular al interés general. Desde luego fue una decisión valiente pero con una falta de buen sentido evidente, entendiendo por buen sentido como la facultad que nos descubre el mejor y más ventajoso proceder en los actos a ejecutar. O quizás sí, para él resultó ventajoso, no desde luego para el equipo. Ventajoso pues confirmó la idea común de la prensa y eso le puede ahorrar próximas críticas y de manera subyacente, permanecer de este modo más tiempo en el cargo. Rubiales sacó las tablas de la ley en la rueda de prensa y nos explicó a todos lo que son los "valores" y la "ética" y nos dijo "que no podía obrar de otro modo atendiendo a su conciencia", pero sí, hombre claro que podías haber actuado de otro modo, sólo que no querías porque no te interesaba o lo que es peor porque no sabías a causa de que tu conciencia es muy endeble. Efectivamente ya sabemos como se las gasta el nuevo presi de la federación atendiendo a la antigua tradición maniquea de usar la diferenciación entre el bien y el mal, sin matices, para hacer exactamente lo que a él le apetece, continuando con la tradición de todos los dictadores que en el mundo han sido.
Por cierto, exactamente igual que Jose María García, que ha hecho unas declaraciones en las que el único retratado ha sido él. Otro dictador. Interesante ejemplo éste que debería poder explicarnos la diferencia entre actos temerarios, valientes y cobardes. El término medio, el término medio, explicaba Aristóteles.
¿Valiente? En mi opinión ha sido todo lo contrario. Un perfecto cobarde que se ha doblegado a la prensa y al antimadridismo.
Valiente habría sido ir contra viento y marea, y quedarse con Lopetegui.
La decisión fue valiente si entendemos la valentía como una "determinación para enfrentarse a decisiones difíciles", pero efectivamente, lo que trato de explicar es que tanto se puede incurrir por defecto en cobardía como por exceso en temeridad. Y los dos extremos son equivocados. En este caso resultó un temerario y por tanto equivocado, se alejó por exceso de lo que Aristóteles entendía como el verdadero valor.
Uf, a ver, yo es que creo que ante dos males, ha elegido el que él ha considerado el mal menor para él, de ahí que diga que es un cobarde.
Mal nº1 sostiene a Lopetegui y se enfrenta a la prensa, palos por todas partes a Lopetegui (esto no varía) y palos a él por sostener a Lopetegui. En las próximas elecciones, no sale ni de coña. En ese ambiente nencesitarías ser la Brasil de finales de los 50 y principios de los 60, unida a la Alemania de los 70, la Argentina de los 80 y la Francia de finales de los 90 y primeros del nuevo milenio para poder hacer algo decente en este mundial. Y aunque se hiciese buen papel, los periodistas seguirían pegándole palos por cualquier cosa a Rubiales. Resultado, no volvería a salir como presidente.
Mal nº 2. Se baja los pantalones y echa a Lopetegui, se quieda a 2 días, sin seleccionador, desestabilizando a la selección pero dando gusto a los periodistas. Los periodistas se callarán y no dirán nada de ti salvo que has actuado bien, y todo lo que salga de malo, que se caiga pronto, será culpa de Lopetegui y el Madrid, y si se llega a la final, semifinal o se gana, serán loas al calvo por su buen hacer y que se consiguió gracias al cambio de dirección.
En ese escenario, para Rubiales, no hay discusión, y elige la 2, la buena para él, o la menos mala. De ahí que yo diga que es un cobarde, y que en ningún caso se le puede llamar valiente. Ha mirado única y exclusivamente por su culo y su cabeza. Aunque creo entender que más que valiente querías decir "osado" por largar al seleccionador a 2 días del mundial. ¿Sería correcta mi interpretación?
Un auténtico e indisimulable ataque de cuernos.
Muy de acuerdo con el maestro
A este hombre le falta ver la película "Una mente maravillosa", para ver si aprende la diferencia entre lo que es bueno para mí y lo que es bueno para el grupo.
Lo maravilloso (o trágico) de la decisión de Rubiales es que el efecto producido a un sector de los aficionados y de la prensa iba a ser devastador. Da igual si la decisión era la permanencia de Lopetegui o su cese (como así ha sido), la repercusión de la noticia por parte de los medios iba a llegar de una forma u otra. Era algo irremediable. Estaban con las escopetas cargadas todos los medios, preparados para la decisión final, listos para acribillar al Rubiales de turno. Así, la prensa de uno u otro lugar daría por hecho acontecimientos que se escapan a cualquiera que no estuviera presente, y cada uno defendería lo suyo, sin respiro, con lamentaciones, con convencimiento, y todo por una decisión marcada por un hecho extraordinario.