En la actualidad el club blanco está inmerso en su gira de pretemporada, donde inicia la preparación del curso 2016-2017. Este año el equipo se concentra en Canadá y además disputará varios encuentros de la International Champions Cup en los Estados Unidos. Son giras llenas de glamour, expectación y difusión, muy diferentes a las que vivieron los jugadores merengues en la década de los 20 y comienzos de los 30. Las primeras giras del cuadro madridista se produjeron en esas fechas, cuatro de ellas por el viejo continente y una por toda América en 1927.
La primera expedición tuvo lugar en las Navidades de 1920. El club acababa de recibir el título de Real por parte del rey Alfonso XIII y realizó una gira por el reino de Italia para promocionar dicho honor. Comandando la expedición estaban el directivo Juanito López y los ya veteranos Pepe Castell y Natalio Rivas. Además, de la plantilla viajaron entre otros el arquero Hernández Coronado, los defensas Manzanedo y Peris, un histórico del club, el medio Sicilia, el extremo diestro Antonio De Miguel, el extremo zurdo Del Campo o el gran delantero Juan Monjardín junto al colchonero Escalera.
La ruta no fue muy bien en lo deportivo puesto que de cinco partidos únicamente ganaron uno. En el debut un combinado turinés les vapuleó por 4-1 y el día después de Navidad y en año nuevo Bolonia y Livorno respectivamente también les derrotaron con claridad. El triunfo llegó el día 3 de enero de 1921 contra el Nazionale Emilia F.C. Dos tantos de Torrado, uno de González y otro de Del Campo hicieron inútil la diana de Sorazzo y los blancos vencieron por 1-4.
La gira se cerró ante el potente Genoa, que antes de la I Guerra Mundial había obtenido siete Scudettos. Del último equipo campeón en 1915 aún quedaban los defensores Ferrari y De Vecchi, el medio Leale o los atacantes Bergamino, Dellacasa y Mariani, que se mostraron muy superiores a los merengues en el estadio Marasi y les endosaron un 5-0.
La segunda excursión fuera de la península se hizo esperar durante un lustro y tuvo como destino Europa Occidental. Una de las personas claves fue Enrique Alcaraz, un empresario y gran aficionado al balompié residente en Londres que fue quien propuso al presidente blanco, Pedro Parages, la gira por aquellas tierras. Los rivales iban a ser de aúpa y se decidió reforzar la escuadra con otros jugadores de distintos equipos españoles. Se llamó por ejemplo a los leones Laca y Larraza, a Vázquez del Irún o a los deportivistas Otero y Ramón. Ellos, junto a los Cándido Martínez, Escobal, Quesada, Muñagorri, Félix Pérez, Del Campo y el técnico Cárcer, partieron en tren desde la Estación del Norte el 27 de agosto de 1925.
El primer rival fue el Newcastle, al que se había ganado un año antes en la inauguración de Chamartín. En esta ocasión las cosas fueron muy distintas y los ingleses se vengaron con un 6-1. Pese a ello, el juego madridista fue muy elogiado por la prensa británica, al tratarse aún el conjunto blanco de un equipo de carácter amateur frente a la profesionalidad inglesa. A continuación se viajó a Birmingham, donde el resultado fue de 3-0 y el tercer duelo fue contra el Tottenham. En la capital londinense, Del Campo y Félix Pérez cuajaron una gran actuación pero no pudieron evitar la derrota por 4-2.
Al día siguiente y aún cansados por el partido la expedición cruzó el Canal de la Mancha en barco y tras tomar un tren llegaron a Lille. En la ciudad francesa consiguieron el único triunfo de la gira ante el League Nord Lillois (2-3) en un encuentro celebrado bajo una tormenta de granizo y que según las crónicas de entonces fue duro y bronco.
La siguiente parada fue Copenhague, capital danesa a la que se tardó dos días en arribar en tren. Su rival allí fue el Boldklubben 1893, con el que se vieron las caras dos veces en apenas 72 horas. En el primer duelo el mejor equipo del fútbol danés se impuso por 4-1, pero en el segundo el Madrid completó un gran papel para empatar a tres con goles de Moraleda, Félix Pérez y González. Desde Dinamarca regresaron a París con otro viaje muy largo y ante el Red Star del célebre Paul Nicolas firmaron tablas a dos tantos para cerrar el viaje.
La primera vez que el Madrid cruzó el Atlántico para visitar el continente americano fue en el año 1927. Tomó el ejemplo del Guipúzcoa o RCD Español que lo habían hecho con anterioridad y bajo el impulso del secretario del club, José García Echániz, hizo las maletas para tres meses y medio. Viajaron a Barcelona y allí tomaron el transatlántico Giulio Cesare con Bernabéu y Peris como técnicos y Quesada, Peña, Muñagorri, Cándido Martínez, Travieso del Athletic, Triana del Athletic de Madrid o Prats del Murcia como jugadores más destacados.
La primera parada fue Argentina, donde se jugaron cuatro partidos. Los dos primeros contra un combinado porteño, que acabaron 0-0 con un marcaje para la historia de Prats al gran Raimundo Orsi, y 3-2 para los bonaerenses gracias a un gol en los últimos minutos. En el tercero se enfrentaron a Boca Juniors con una victoria para la posteridad por 1-2 con dianas de Gurrucharri y Navarro al legendario Américo Tesoriere. Por último, y tras diez horas en ferrocarril, llegaron a Rosario, donde el sueño y la fatiga hicieron mella en el resultado final de 4-0 para Newells. A continuación se trasladaron a la vecina Uruguay para disputar un aburrido choque ante Peñarol, que acabó sin goles, y luego regresaron a tierras argentinas en barco desde Montevideo para caer contra Racing Club.
Les esperaba un larguísimo trayecto hacia Perú que duró una semana en tren para calzarse las botas en dos partidos más, uno ante una selección chalaca a la que se impusieron por 1-4 y más tarde frente al Alianza de Lima, que forzó el empate a uno tras un dudoso penalti pitado por el colegiado. La gira seguía su curso, pero se tomó la decisión de descansar unos días por la zona antes de ir a Cuba. En el puerto de El Callao subieron en el Ebro y a través del Canal de Panamá llegaron a La Habana a finales de agosto. Un único partido en la capital ante el Juventud Asturiana entrenado por Paco Bru (seleccionador español en Amberes) y que terminó con victoria blanca fue el bagaje merengue en la isla. Ese impás lo utilizaron algunos futbolistas para regresar a casa, como Vidal o Triana, al mismo tiempo que llegaban desde España Félix Pérez o Escobal.
La parada posterior era México donde estaban concertados seis encuentros. Debían arribar al puerto de Progreso, pero el barco tuvo problemas y quedó encallado a unos kilómetros de la costa. Fue en ese momento cuando se produjo una de las anécdotas de la gira. Peña y Urquizu bajaron a un bote para pasar un rato divertido pero remaron en una dirección llena tiburones. Al regresar Urquizu subió sin problemas por las escaleras pero Peña lo hizo por una cuerda y resbaló, cayendo al mar. Rápidamente consiguieron que volviera a la cubierta sano y salvo.
En cuanto a lo deportivo contaron sus seis partidos por victorias, aunque uno de ellos contra el América estuvo lleno de polémica. Los blancos acabaron con dos expulsados, Muñagorri dio una bofetada a una espectador y Félix Pérez se negó a recoger el trofeo en juego pese a ganar 3-5. El motivo fue la excesiva dureza de los azulcrema, que indignó y mucho a los madridistas. La excursión finalizó en Nueva York, adonde llegaron en trenes de lujo. Antes del partido la expedición hizo compras por la Gran Manzana y tras empatar con el Galicia Sporting fueron a un banquete obsequio del equipo rival en el Hotel Pensilvania. Allí el cónsul español, Casares Gil, pronunció un discurso de despedida a los blancos que tomaron el vapor Alfonso XIII el 28 de septiembre para presentarse en Vigo el 4 de octubre.
Las dos últimas giras blancas se produjeron ya en los años 30 con centroeuropa y el norte del viejo continente como lugares escogidos. En plena República y siendo Madrid F.C. en agosto de 1931 el club quiso ver a los nuevos fichajes en una ruta con partidos de gran nivel. Se había contratado a Ciriaco, Quincoces, Olivares, Hilario, Ateca o Luis Regueiro, y Hernández Coronado y el técnico magiar Hertzka querían evaluarles en primera persona tanto a nivel deportivo como personal.
En el debut pierden en Budapest ante un combinado de la ciudad con futbolistas mezclados del Ferencvaros, el Ujpest y el Hungaria. Tres días más tarde es en Praga donde se enfrentan a un equipo con jugadores del Sparta y el Slavia. Regueiro adelanta a los visitantes pero los checoslovacos empatan con un claro gol en fuera de juego dado por válido por el parcial trencilla. El tercer país que visitan es Alemania, donde suman su primer triunfo. Contra el Tennis Borussia Berlín en el Mommsenstadion doblegan a los teutones dirigidos por Sepp Herberger (posteriormente seleccionador germano) por 2-4. Tal era ya la fama de Zamora por Europa que el mítico técnico quiso tener el honor de haberse enfrentado al Divino y se puso de nuevo los borceguíes durante media parte del choque.
Dos días más tarde, el 31 de agosto, disputaron otro choque en Alemania aunque con signo negativo al caer en Leipzig por 3-2. Ya en septiembre sus dos siguientes partidos concertados eran de un nivel altísimo. En Zagreb jugaron contra un combinado yugoslavo de noche para inaugurar la luz artificial del estadio Concordije. Se perdió por la mínima pero se dio un gran nivel que avecinaba un triunfo histórico en Italia. En Milán aterrizaron el día 5 con el objetivo de derrotar a la Ambrosiana (actual Inter) que tenía en sus filas a Meazza, Scarone, Serantoni o Demaría. El lozano San Siro está a reventar y los aficionados presencian un choque extraordinario. Los blancos se adelantan en dos ocasiones pero los locales igualan la contienda. Sin embargo Regueiro marca su segundo tanto de la tarde en el 65 y el Madrid culmina el mejor partido de la gira frente a una escuadra de alta escuela.
La última excursión de esa época tiene lugar en 1934 con escalas en el Imperio Alemán y en Suecia. La conquista de dos Ligas de forma consecutiva y una Copa hizo que el poder de atracción de los blancos arriba de los Pirineos fuera cada vez mayor y en esta gira quedó demostrado. En el plantel continuaban hombres vitales del cuadro campeón como Zamora, Quincoces, Olivares, Emilín, Regueiro, Lazcano u Olivares aunque no evitaron las críticas tras caer en el estreno contra el Chemnitzer.
Las cosas se enderezaron y enrabietados los jugadores merengues acumularon dos victorias seguidas ante el Dresdner y el Hamburgo por 0-3 con Lazcano y Olivares muy eficientes de cara a puerta. Tras unos días de tranquilidad se encaminaron a Nuremberg, donde de nuevo hincaron la rodilla ante el equipo de la ciudad. Sin embargo, para concluir su estancia en territorio alemán, dos victorias contra el Fortuna Dusseldorf y el Saarbrucken dejaron un gran sabor de boca. La noticia de estos triunfos llegó a la capital de España y fue recogida por júbilo y alegría por los aficionados que vieron como el Madrid dejaba el pabellón muy alto por tierras germanas.
La siguiente parada en Suecia también dejó un fenomenal recuerdo tanto para la expedición como para el pueblo escandinavo. El primer día esperaba el campeón nacional el Allmänna Idrottsklubben, reforzado por varios internacionales suecos. Se empató a uno, pero los aficionados y la prensa local quedaron impresionados por el trío Zamora, Ciriaco y Quincoces. A continuación hubo dos clarísimas victorias frente al IFK Norrkoping y el Soderham para empatar a tres en Gotemburgo contra el IFK Goteborg el 20 de julio. La despedida y el cierre de la ruta de aquel verano fue contra un combinado sueco en Estocolmo, al que se ganó por 1-5 con doblete de Olivares e Hilario y una diana de Luis Regueiro. Hasta después de la Guerra Civil los blancos no saldrían de nuevo de España, pero el resumen de esta gira fue magnífico al haber cosechado los mejores resultados hasta la fecha con siete triunfos en once duelos.
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Maravilloso artículo. Por lo que leo y he leído acerca de la Historia de nuestro club, parece que la idea de universalidad del mismo forma parte desde su acta fundacional. Y algún iluminado por esos lugares pensando que "han inventado el fútbol".
Hala Madrid!
Muchas gracias Miguel!
Me alegro que te haya gustado 😉 Un saludo
Siempre es un gusto leerte, Alberto. Tu manera de contarnos esa parte de la historia del Real Madrid, sus primeras décadas y los jugadores estrellas de entonces es una gozada. No sólo es un estilo que hace la lectura agradable, sino que te quedan ganas de seguir leyéndote.
Ya tengo ganas de saber con qué nos sorprenderás en la próxima ocasión.
Muchas gracias Hechi!
Para eso estamos. Además me lo paso muy bien escribiendo, recopilando info, buscando fotos...
Hay mucho que contar, por tanto pronto saldrán más historias bonitas e interesantes 😉
Suscribo los comentarios. Siempre hablas de historia desconocida de nuestro club que es una delicia aprender y disfrutar. De esos polvos vienen estos lodos. Gracias.
Muchas gracias Silvestre!
Por suerte es un club con una historia tan grande y larga que hay mucho que contar
Un saludo