En este artículo no voy a entrar a valorar los insultos racistas que recibió Vinicius en el Camp Nou el pasado fin de semana. No por nada, sino porque el propio 'Portanálisis' de La Galerna ya ha denunciado lo sucedido con una rectitud incontestable.
Lo que sí quiero hacer es hablar, de forma cortita y al pie, de los silbidos, constantes y numerosos, que acompañaron a Vinicius cada vez que cogía la pelota en el partido que el Real Madrid jugó contra el FC Barcelona.
Como bien dijo Ramón Álvarez de Mon en su canal de YouTube y en la propia Galerna, hemos pasado de los memes -desafortunados en su mayoría- a tomarnos en serio a Vinicius. Bueno, a que se tomen en serio al brasileño. Nosotros, los madridistas, ya lo hacíamos.
¿Por qué pitaron a Vinicius en el Camp Nou?
Tengo la teoría de que hay silbidos y silbidos. Hay silbidos por un pasado que no cicatriza, por un partido consagratorio, por temor e, incluso, silbidos por culpa de una campaña mediática dirigida a gente sin personalidad que actúan según leen, ven o escuchan.
En el caso de Vinicius, los pitos del Camp Nou no proceden de una campaña de la prensa y tampoco de un pasado blaugrana por mucho que intentasen desestabilizar diciendo que de pequeño quería jugar en el Barcelona. A Vinicius le pitaron como se le pita a un jugador que odias o temes.
Se ha ganado ese estatus, el de futbolista intimidatorio, el típico jugador al que no quieres que llegue la pelota cuando está en el lado contrario. Y se lo ha ganado él solito. Soportó las burlas, los chistes, los memes, los malos augurios y el tan manido "esto es el Real Madrid y aquí no se espera a nadie". Soportó y ganó. Ganó y ahora es uno de los nuestros, uno de los que vino para quedarse.
En el Camp Nou ya le temen. Pensaban que después de Cristiano Ronaldo no habría nada. Evidentemente ha sido una larga travesía por el desierto y Vinicius no tiene -ni tendrá- la grandeza infinita del portugués ni la mitad de su peso histórico dentro del Real Madrid. Sin embargo, ya genera temblores y respeto a partes iguales. Son insultos y silbidos, sí, pero no dejan de ser la muestra de respeto de aquel que sabe que tiene miedo pero pretende ocultarlo.
Hola Quillo,
No descartes tampoco que la comparación con su ansu fati, y el rendimiento de uno y otro en el partido, influyese.
Excelente reflexión
Entre los jugadores nuestros que jugaron el domingo, los había de muchas nacionalidades y varios de ellos de color. Pero se desgañitaron solo contra uno.
Se cebaron con el que más temen.
Sergio Valentín/Libertad Digital: " ¿cómo puede ganar el Madrid, si el ....... tiene a Eric, Ansu, Pedri, Gavi? "
Este Hombre merece la insignia de algo, Tito fichálo, lo de este tío es tener un par, pero no de cualquier cosa, de cojones.
De aquí a ná me le veo en la encrucijada de caminos, del patriarvoxfasciscado, o de alimentos. Cambias y sigues el guión o se te acabó el empleo, el sueldo, el recreo, el postre e incluso de no tajuntan los demás "compañeros de profesión".
Nada que objetar al maravilloso artículo, excepto la ausencia en el mismo de Mingueza, con lo que completarían la quinta, la nuestra fue muy de Rodríguez de la Fuente, esta es más de Rodríguez Sánchez.